El desconocimiento ha hecho que mucha gente se suba a una absurda ola de júbilo tras el cierre de USAID. Creen que, erróneamente, solo le darán una estocada a las minorías. Olvidan, sin embargo, que esa agencia aporta mucho más: ofrece ayudas en temas que van desde la educación hasta el medioambiente, sin olvidar la nutrición, la salud reproductiva, la institucionalidad, la eficiencia energética, la agricultura y los derechos humanos.
En el caso de la República Dominicana, que fue uno de los primeros países en recibir una misión de la USAID cuando se firmó el primer acuerdo bilateral el 11 de enero de 1962, esa cooperación se calcula en más de US$1,900 millones.
Amén de la suerte que corran los programas que la USAID apoyaba en el país, debemos pensar en la incertidumbre que se cierne sobre nosotros tras la cancelación de las ayudas que destinaba a Haití para su desarrollo y estabilidad.
Eso incluye US$13 millones que se usarían en sostener la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití (MSS, siglas en inglés), que ayuda a enfrentar a las bandas armadas. Que ese programa se caiga preocupa al presidente Luis Abinader, por lo que será el tema central de la visita del secretario de Estado, Marcos Rubio. Ojalá logre revertir esa medida.