FOGARATE
RAMÓN COLOMBO
Ocupo espacio cafetario en medio del oprobio colonial: por allá el Alcázar de Colón, pionero depredador de esta isla; por allí la calle Las Damas, primeras grandes beneficiarias de la soledad sexual marinera; más allá la Isabel la Católica, que patrocinó el gran robo de dimensión continental; por aquí, Nicolás de Ovando, ladrón torturador de seres que convirtió en esclavos. En fin, tomo el sol en una Ciudad Colonial que solo rinde honor al primer gran genocidio de millones de habitantes del continente Abya Yala…(¡Y vuelvo a avergonzarme de provenir, en mi más profundo origen, de aquella insensible España depredadora!).