Voces y ecos
RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
Especial para Quisqueyaseralibre.com
La gratitud no se puede medir en metros ni en galones ni en
quintales. Podría compararse con cosas elevadas como el pico
Duarte o menos altas como la basílica de La Altagracia. Pero el
sentido de agradecimiento de la familia de Federico Henríquez
Gratereaux puede parangonarse con la capacidad de expresión
de ese intelectual dominicano, fallecido el 16 de octubre de
2024.
A partir de ese parámetro, inferiremos que doña Josefita Caolo,
sus hijos Federico, Laura, Carolina y sobre todo Pía Henríquez
atesoran con suficiencia una de las virtudes que mejor cualifica al
ser humano: la gratitud. Puedo testimoniarlo por la actitud de
esta familia para conmigo a partir de lo poco que pude hacer
ante el fallecimiento del ilustre intelectual.
El primer regalo que he tenido de ellos es la amistad, en
correspondencia con la que tuve con don Federico. Ayer recibí de
Pía, en nombre de su madre, unos presentes materiales, entre
ellos un ejemplar del libro “La teoría de los sentimientos
morales”, escrito por Adam Smith, un teórico de la economía,
nacido a principio del siglo XVIII, en Escocia.
Pía Henríquez tributa devoción por la intelectualidad de su
padre. Con ella supe justamente ayer que Adam Smith no fue
solo el procreador del libre mercado y de lo que han llamado
“capitalismo salvaje”, sino que este fue un humanista con
sentimientos morales. Ella lo sabe bien porque su padre ofreció,
en 2015, una conferencia con ese tema al personal del Banco
Central.
Me han regalado el ejemplar que perteneciera a don Federico
del libro “La teoría de los sentimientos morales”. No está
marcado con su nombre, pero desde la página de los créditos
aparecen anotaciones manuscritas, por ejemplo, que
transcurrieron 238 años entre la primera publicación en inglés
(1759) y la primera en español (1997). La edición es de Alianza
Editorial, Madrid.
La publicación tiene un estudio preliminar de Carlos Rodríguez
Braun, responsable de la edición. El resalta la aceptación con la
que ha contado Smith en español con la divulgación de su obra
“La riqueza de las naciones”, lo que ha validado al estudioso
escocés como uno de los progenitores universales de la
economía. Pero no así el otro libro, el humanista.
Dice Rodríguez: “Tan llamativa asimetría refleja la percepción
equivocada que se tiene de Smith. Es idea muy extendida que
Smith es el padre de una ciencia, la economía, y de una doctrina,
el liberalismo. La sabiduría popular asocia a Smith con la más
célebre metáfora económica, según la cual el mercado libre
actúa como una mano invisible”.