EL IMPERIO CONTRA JULIAN ASSANGE: LA CAZA DE BRUJAS EN EL S. XXI

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La extradición a los Estados Unidos amenaza la vida del periodista

En un acto de valentía sin precedentes, Julian Assange desenmascaró algunos crímenes de los poderosos, solo para ser devorado por el sistema que desafió. Enfrentando una persecución implacable y un futuro incierto, su caso se erige como un grito de guerra contra la erosión de nuestras libertades más básicas. ¿Seremos los próximos en la lista por buscar la verdad?

Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

  En un mundo donde contar la verdad resulta cada día más peligroso,  la persecución judicial contra Julian Assange destaca como un intolerable ataque a las libertades civiles fundamentales y el derecho inalienable a informar y ser informado.

  La de Assange no es solo la historia de un periodista enfrentándose al gigante estadounidense, sino un relato alarmante sobre la verdadera situación, en las presuntas «democracias» modernas, de los valores que supuestamente defiende, como  «la libertad y la justicia».

  El caso de Assange, el periodista que sacó a la luz crímenes de guerra y abusos de poder sin precedentes, es emblemático de los riesgos que enfrentan aquellos que osan desafiar al poder en el autodenominado «Mundo Libre».

  A pesar de publicar documentos auténticos que exponen atrocidades cometidas por Estados Unidos y sus aliados, Assange ha sido criminalizado, sometido a años de encarcelamiento y a un proceso judicial que los juristas independientes no dudan en calificar como una auténtica farsa.

  El proceso de extradición contra el periodista impulsado por Estados Unidos, basado en una anticuada ley de espionaje, revela una clara intención: intimidar a cualquier periodista que se atreva a revelar verdades incómodas sobre las acciones gubernamentales.

  Utilizando el manido pretexto de la seguridad nacional, se está llevando a cabo un ataque intolerable contra el derecho a la información, una piedra angular de cualquier sociedad democrática.

  Assange no es un espía, sino un periodista que ha ejercido su deber de informar al público sobre acciones gubernamentales que de otro modo permanecerían ocultas.

  La respuesta del gobierno de Estados Unidos, lejos de abordar los crímenes expuestos, ha sido perseguir a Assange, intentando extraditarlo para enfrentar cargos que podrían resultar en una condena de hasta 175 años en prisión.

  El caso contra Assange también ha revelado la hipocresía  del sistema judicial internacional. Mientras se le niega a Assange un trato justo y se le somete a tortura psicológica, como ha señalado el Relator Especial de la ONU sobre Torturas, aquellos que han cometido crímenes de guerra continúan impunes. Este desequilibrio en la justicia subraya una erosión preocupante de los derechos humanos y las libertades fundamentales.

LA NECESARIA COMPLICIDAD DE LOS MEDIOS CORPORATIVOS DEL SISTEMA

   Pero el caso de Julian Assange también ha puesto en evidencia el papel que desempeñan los medios de comunicación corporativos que, históricamente, han pretendido representar un «Cuarto Poder», supuestamente encargado de fiscalizar al resto de poderes del Estado.

   Después de publicar las revelaciones de WikiLeaks, haciendo «caja» gracias al trabajo de esta organización, medios de comunicación como The  New York Times, The Guardian, Le Monde, Der Spiegel y El País, entre otros muchos, han guardado durante años, y en el mejor de los casos, un silencio cómplice sobre el atropello judicial cometido contra Julian Assange.

  Solo recientemente, algunos de estos medios  se unían para enviar una carta abierta al Gobierno de Estados Unidos, solicitando el cese de la persecución contra Julian Assange. Argumentan que el enjuiciamiento de Assange sienta un precedente peligroso para la libertad de prensa, destacando la importancia de proteger el derecho a publicar información en el interés público como parte esencial del periodismo.

   Esta acción colectiva, sin embargo, llega tras años de críticas por su abandono del fundador de WikiLeaks, quien ha enfrentado graves consecuencias por las publicaciones que ellos mismos difundieron y no ha estado acompañada de ningún apoyo sostenido a la campaña de solidaridad que lucha por obtener la liberación de Julian Assange.

https://canarias-semanal.org/art/35846/el-imperio-contra-julian-assange-la-caza-de-brujas-en-el-siglo-xxi

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