
Racismo y aversión “de Dios” contra los haitianos en la Pastoral que excomulgó a Duarte
Por Guido Riggio Pou
Quien haya leído la Carta Pastoral de Portes de 1844, el documento político publicado por la Iglesia para desacreditar y excomulgar a Duarte y apoyar a Santana, no debe extrañarse de la tibia posición que ha asumido la Iglesia criolla ante la actual problemática haitiana, celebrando con alegría la mostrenca sentencia evacuada por un tribunal Constitucional que custodia el Concordato y que responde a los intereses y a las líneas racistas de la Iglesia, desconociendo los más elementales derechos humanos.
En dicha Carta Pastoral es manifiesto el racismo y la repulsión “que siente Dios” y su iglesia por los haitianos, lo que jamás sintió Duarte.
Y es que, aun debiendo mostrar solidaridad cristiana, sus jerarcas todavía no han podido ocultar el sentimiento antihaitiano que les embarga, su odio ancestral, quizás a razón de recordar que fueron vejados, despojados de privilegios y propiedades por la ocupación haitiana. Como Duarte, los haitianos esgrimieron las ideas liberales anticlericales tomadas de la Revolución Francesa para establecer en la parte española un sistema laico y antiesclavista como lo planteaba el patricio, a lo que se opuso la Iglesia.
Racismo español y la segregación de la Iglesia
Para el clero criollo (el de rancio y divino abolengo) los haitianos todavía son portadores una cultura extraña y nefasta, incompatible con sus blancas raíces católicas de la Madre Patria: La Raza.
Y es que… citamos:
“El sistema español de clasificación racial de las personas en América fue una evolución de la doctrina de limpieza de sangre que había aparecido en España en el siglo XIV para segregar a la población conversa de judíos y moros en la península ibérica, creándose una diferenciación entre “cristianos viejos” y “cristianos nuevos”. En América, la clasificación de las personas según su pertenencia racial que hizo el Imperio Español conformara un sistema jerárquico de estratos sociales en el que los hombres blancos estaban en la cima y las mujeres negras en la base, según la pureza o impureza de su sangre que se establecía según su raza o su cruza racial” (ver Racismo, http://es.wikipedia.org/wiki/Racismo#El_racismo_de_sangre_espa.C3.B1ol)
Sobre la Carta Pastoral o manifiesto político que todavía los avergüenza
Durante décadas la Carta Pastoral firmada por el vicario Portes e Infante ( 24 de Julio de 1844) se mantuvo “archivada” hasta que un siglo después Demorizi la encontró buscando otros papeles de la Catedral, entregando luego su transcripción al Archivo General de la Nación en donde medio siglos después pudimos accesar a ella.
Portes Infante recibió su paga de Santana
El Jesuita Sáez confirma que, para pagarle “el favor ese” a Portes (es decir: proclamar la Carta Pastoral con la excomunión de Duarte), Santana lo recomendó a Roma para que lo nombraran arzobispo. (Ver en: https://youtu.be/oURV7s62Ky8 )
Pero… ¿por qué ocultar la Carta?
1) Porque en la Carta pastoral la Iglesia manifiesta un marcado racismo y repulsión contra el pueblo haitiano, lo que debe ocultar, a razón del supuesto amor universal que todo cristiano debe mostrar y predicar, sin excepción, a todos los hombres y pueblos.
2) Porque en la Pastoral queda registrado por escrito en la historia la posición antipatriótica que tomó la Iglesia a favor de Santana y la anexión.
3) Porque en ella queda registrada su persecución contra Duarte y sus Trinitarios independentistas.
4) Porque en esa Pastoral utiliza la excomunión, el arma político- religiosa empleada desde siempre por la Iglesia para desacreditar y doblegar a sus adversarios ( Excomunión latae sententiae ipso facto incurrenda; en este caso contra Duarte y a sus compañeros trinitarios) (http://ec.aciprensa.com/wiki/Excomuni%C3%B3n) https://www.facebook.com/pages/Excomuni%C3%B3n-de-Duarte/1602821433282933
Como, en artículos anteriores, ya hemos tratado ampliamente los dos primeros puntos contenidos en el dispositivo excomulgatorio, pasaremos a destacar las partes del texto de la Carta Pastoral del 24 de julio de 1844 donde la Iglesia Católica manifiesta su racismo, y la repulsión que siente su Dios y su Iglesia por los haitianos.
Veamos:
En la Carta Pastoral quedaron plasmadas las siguientes ideas:
a) Que el pueblo haitiano era enemigo de Dios.
b) Que Dios utilizaba al pueblo haitiano para castigar a los dominicanos.
c) Que el pueblo haitiano era comparable a los pueblos Caldeos, “desvergonzados y ladrones”.
d) Que estas narraciones bíblicas citadas fueron escritas para los dominicanos y no para los “israelíticos”.
e) Que Dios le habla a los dominicanos a través de Portes-Moisés.
f) Que Dios discriminaba a los haitianos
Provocando así que el argumento de la Carta Pastoral girara en torno al hecho de que, de no obedecer a Santana y negar el liderazgo de Duarte, Dios entregaría a los dominicanos a sus enemigos haitianos, permitiendo lo invadiera de nuevo y tomaran el territorio dominicano para apoderarse de sus bienes, para lo que les citó el Deuteronomio, discriminando a los haitianos, presentándolos como salvajes, lo que jamás hizo Duarte:
<< Si no guardares la ley del Señor dice el libro del Deuteronomio, te castigará con pobreza, fiebres y fríos, entréguete el Señor en manos de tus enemigos; y seas derrotado, tu buey sea puesto delante de ti, y no le comas, servirás a tus enemigos con hambre, sed, desnude4 y pobreza, el cual pondrá sobre tu cerviz un yugo de hierro hasta destruirte; traerá el Señor contra ti una gente de los puntos más distantes de la tierra, con tanta ligereza coma el águila, cuya lengua no puedas entender, una gente desvergonzadísima que no respete al anciano, ni se compadezca del tierno niño, la cual coma todos tus frutos, y no te deje ni animales, ni bueyes, ni vacas, ni ovejas; en vuestras días sucederán cosas que nadie creerá después. También dijo Dios por Habacuc, yo suscitaré contra vosotros a los caldeos, nación dura y ligera; para que posea las cosas no suyas, todos vendrán a robar.>> y continua Portes: << ¿no os parece que estas cosas se escribieron para nosotros los dominicanos, y no para el pueblo israelítico? >>
Amenazando con la ira de Dios al pueblo dominicano si no obedecía a Santana y declarando:
<< Ya percibís, señores, el punto a que se encamina nuestro discurso. La justicia divina haciéndonos sufrir con la independencia haitiana todos los estragos de la guerra en castigo de nuestros delitos. Ved aquí el plan de nuestro discurso, lo cual nos hará entrar en los sentimientos de un temor saludable para no irritar de nuevo su furor. Dios de nuestros Padres que nos castigas porque nos amas, que mortificas, y vivificas a tus siervos conforme conviene al designio de atraernos a tu servicio, haz que al daros gracias por tus beneficios nos hagamos acreedores a la continuación, no provocando de nuevo tu indignación y tu furor>>
Luego, insinuando que los haitianos eran gentes abominables y ladrones, dice:
<< Mi espíritu no puede permanecer con hombres abominables. A este momento, y como torrente de agua inundan las tropas de estos nuevos fledos (sic)’ la parte española y se esparcen por nuestro país para talar, robar, y saquear a Babilonia. >>
Sin embargo, el objetivo central de la pastoral queda definido en el dispositivo final de la Carta donde Portes, como Moisés, dice ser el portador de un mensaje directo de Dios para los dominicanos, el que dice:
<< Nuestros queridos hijos, solamente la religión católica, apostólica, romana, puede consolarnos en nuestras aflicciones y desgracias. El mundo adormece los pesares: pero no los cura. Solo Dios, el Dios de toda consolación es el único que sabe hablar al corazón: por consiguiente, El os dice por el órgano de mi débil voz pero embajador de su hijo preciosísimo, que os mantengáis en tranquilidad, que no abuséis de su misericordia, y advertid que El es muy celoso de su honor y de su gloria y ya vosotros estáis comprometidos, por supuesto se dará por ofendido si no obedecéis los mandatos y órdenes, tanto del general de división y jefe supremo Santana, como las de la Junta [Central] Gubernativa, para lo cual os conminamos con excomunión mayor, a cualquiera clase de persona que se mezclase en trastornar las disposiciones de nuestro sabio gobierno, y del bien social, y decid todos vosotros con el profeta David a Nuestro Gran Dios: bendecid a este vuestro pueblo para que en vuestra gloria eterna seamos contados en el número de vuestros escogidos, para que como lo esperamos brille sobre cada uno de nosotros vuestra misericordia, y no nos vemos confundidos con los réprobos.>>
Dada en la ciudad de Santo Domingo en el arrabal de La Misericordia a los 24 días del mes de julio de 1844.(firmado) Doctor Tomás de Portes (rúbrica) Salvador de la Peña, cura y vicario foráneo de la común de San Francisco de Macorís, certifico haber dado cumplimiento a la orden que antecede ….. Apostólico de la Isla de Santo Domingo, Dr. D. Tomás de Portes. Macorís, y Agosto ocho de 1844. (fdo.) Salvador de la Peña (rúbrica)
Asunto que queda aclarado por el Historiador Fernando Pérez Memén en su libro “El pensamiento democrático de Duarte y otros temas de historia dominicana y de Haití” (2005), “Iglesia en la Independencia” (Pág. 157 -174), citamos:
<< Desalojados los trinitarios del poder, por el golpe de Estado del 16 [13?] de julio de 1844, Santana asumió el mando. El Arzobispo electo Portes e Infante se apresuró a apoyar al nuevo régimen. La Junta Central Gubernativa, bajo la presidencia del referido caudillo, publicó un manifiesto por el que justificaba el levantamiento contra el gobierno anterior, y la persecución de los trinitarios, a quienes acusaba de ambiciosos, de querer engrandecer a Duarte ‘cuyos servicios a la patria, ni es hombre que puede salvarla de ningún peligro’ desaprobaba la actitud de los pueblos del Cibao por proclamar de un modo “tumultorio” (sic) sin forma legal a Duarte presidente. “…Muestra del apoyo del distinguido prelado al régimen fue la pastoral que publicó el mismo día del preanalizado documento, en la que señala lo que denomina las atrocidades haitianas, que sufrió el pueblo del Este como un castigo divino, (…) El documento, finalmente, se contrae a su idea central, a saber, mandar a los fieles, bajo la pena de excomunión mayor, a mantenerse en tranquilidad y obedecer los mandatos y órdenes del General de División y Jefe Supremo Santana, como la Junta Central Gubernativa.>> Fin de la cita.
Luego Portes reitera en su Pastoral:
“Así es como se explica Jeremías: por grandeza de tu iniquidad te he castigado con la plaza de tus enemigos.”
Para concluir diciendo:
“Católicos, confesemos sinceramente, que nuestro gran Dios ha sido quien ha movido a los haitianos para que castiguen nuestras culpas; pero Dios eterno, ¿no hemos besado el azote con que aflige para haceros nuestro aliado? No hemos… pero ¡ay! que nuestros pecados nos impiden tanto bien. Sí, nuestros pecados son la causa de que se dilate nuestro remedio.”
Y cuál sería el pecado mayor del pueblo dominicano en ese momento y circunstancia: Desobedecer a Santana y seguir a Duarte, lo que se dejó muy bien estipulado en la Carta Pastoral.
Referencias:
Texto Completo de la Carta Pastoral de 1844 http://guidoriggio.blogspot.com/2015/03/excomunion-de-duarte-en-1844.html
Página sobre Excomunión de Duartehttps://www.facebook.com/pages/Excomuni%C3%B3n-de-Duarte/1602821433282933 Latæ y Ferendæ Sententiæ http://ec.aciprensa.com/wiki/Excomuni%C3%B3n
http://guidoriggio.blogspot.com/2014/07/balcacer-de-prestigioso-historiador_1350.html
http://guidoriggio.blogspot.com/2014/07/duarte-lo-que-callan-el-cardenal-y-su.html
https://guidoriggio.blogspot.com/2015/04/racismo-y-aversion-de-dios-contra-los.html