PLENO CONJUNTO DEL CC Y DE LA CCC CON
ASISTENCIA DE REPRESENTANTES DE DIEZ
ORGANIZACIONES DEL PARTIDO
Moscú. 25-27 de octubre de 1923147
RESOLUCIÓN «SOBRE LA SITUACIÓN INTERNA DEL PARTIDO»
Los Plenos aprueban por entero el rumbo, señalado oportunamente por el Buró Político, hacia la
democracia interna del partido, así como la proposición del Buró Político de intensificar la lucha contra los
excesos y contra la influencia corruptora de la Nep en algunos elementos del partido.
Los Plenos encomiendan al Buró Político que haga todo lo necesario para acelerar la labor de las
comisiones nombradas por él y por el Pleno de septiembre: 1) comisión de las «tijeras»*; 2) la de salarios, y 3)
la de la situación interna del partido.
- ‘»Tijeras»: denominación que se daba a la considerable desproporción existente entonces entre los precios de los artículos
industriales y los de los productos agrícolas. (N. de la Edit.)
En cuanto sean elaboradas las medidas necesarias en relación con estas cuestiones, el Buró
Político debe llevarlas a la práctica inmediatamente e informar de ello en el próximo Pleno del CC.
Los Plenos del CC y de la CCC con los representantes de diez organizaciones del partido
estiman que la declaración de Trotski, en un momento de la mayor responsabilidad para la revolución
internacional y para el partido, es un profundo error político, en particular porque el ataque de
Trotski contra el Buró Político ha tomado objetivamente el carácter de una acción fraccional, que amenaza
con asestar un golpe a la unidad del partido y provoca una crisis en él. Los Plenos comprueban con pesar
que Trotski ha elegido, para plantear los problemas tocados por él, el camino de dirigirse a estos o
aquellos miembros del partido, en vez de seguir el único camino admisible: someter previamente todos
esos problemas al examen de los organismos colegiados de los que forma parte Trotski.
El camino elegido por Trotski ha servido de señal para la formación de un grupo fraccional
(la declaración de los 46).
Los Plenos del CC y de la CCC y los representantes de diez organizaciones del partido condenan
enérgicamente la declaración de los 46 como un acto de política fraccional escisionista, que ha adquirido ese
carácter, incluso al margen de la voluntad de los firmantes de dicha declaración. Esa declaración amenaza
con poner toda la vida del partido durante los próximos meses bajo el signo de la lucha interna en sus
filas y, con ello, debilitar el partido en un momento de máxima responsabilidad para los destinos de la
revolución internacional.
El PCUS en las resoluciones y acuerdos. …, 8 a
ed. en ruso, t. 2, págs. 495-496.
XIII CONFERENCIA DEL PC (b) DE RUSIA
Moscú. 16-18 de enero de 1924m
RESOLUCIÓN «SOBRE EL BALANCE DE LA DISCUSIÓN Y LA DESVIACIÓN
PEQUEÑOBURGUESA EN EL PARTIDO»1. - Surgimiento de la discusión
Ya el Pleno de septiembre (de 1923) del CC, y con anterioridad aún el Buró Político del CC de
nuestro partido, mucho antes de cualquier acción de la oposición, plantearon la necesidad de reanimar la
labor del partido y de intensificar la democracia obrera en su seno.
De un lado, el progreso de la industria, que puso fin al desclasamiento del proletariado, el
desarrollo cultural de la clase obrera y el crecimiento de la actividad en sus medios creaban condiciones
más propicias para aplicar de verdad los principios de la democracia interna del partido. De otro lado, los
conflictos económicos del verano, aunque de por sí no tenían un carácter amenazador y por sus proporciones
eran mucho menores que en el pasado, indicaban que la ligazón de las organizaciones del partido con
la masa obrera sin partido era en algunos sitios insuficientemente fuerte.
El Comité Central del partido comprendía que el paso a los nuevos cauces debía efectuarse
de una manera meditada, con prudencia y después de una preparación seria. Consciente de ello, el CC del
partido comenzó en septiembre de 1923 los trabajos preparatorios en este terreno.
En esa ocasión, los viejos grupos y grupitos de oposición, cuya política ha sido
condenada ya más de una vez por el partido, consideraron que el momento era adecuado para pasar al
ataque contra el CC del partido. Calculando que el problema de la democracia interna despertaría una
atención agudizada de todos los miembros del partido, los grupos oposicionistas decidieron explotar esta
consigna con fines fracciónales. Después de la resolución del Pleno de septiembre del CC del PCR
apareció la carta de Trotski y, a continuación de ella, la carta de los 46. Estos documentos hacían una
apreciación completamente falsa y ultrafraccionista de la situación económica del país y de la situación
interna del partido y profetizaban una profunda crisis económica en la República y una crisis interna en el
partido, acusando al CC de dirigir equivocadamente.
El daño que causan estas manifestaciones fracciónales de Trotski y de los 46 se agravó
por el hecho de que las citadas cartas fueron conocidas en el acto por gran número de miembros del
partido, se divulgaron ampliamente en los distritos y entre la juventud estudiantil de Moscú y empezaron a
difundirse también inmediatamente por toda la URSS.
La sesión conjunta de octubre de los Plenos del CC y de la CCC con participación de
representantes de las diez organizaciones más importantes del partido condenó merecidamente la acción de
Trotski y de los 46 como un acto fraccional; al mismo tiempo, los Plenos conjuntos del CC y de la
CCC aprobaron por unanimidad la iniciativa del Buró Político respecto a la reanimación de la
actividad en el seno del partido y a la intensificación de la democracia obrera. Los Plenos conjuntos del CC
y de la CCC acordaron no sacar fuera del CC las disputas suscitadas por Trotski y los 46, no dar a
la publicidad las cartas de Trotski y de los 46 ni la respuesta del Buró Político y la resolución del CC y
de la CCC que condenó a la oposición por una mayoría de 102 votos con 2 en contra y 10 abstenciones.
Sin embargo, Trotski y sus 46 adeptos no se sometieron al acuerdo de una institución tan autorizada
del partido y prosiguieron la campaña sistemática contra su CC, primero en vastos sectores de la
organización de Moscú y después en toda la URSS.
El Buró Político, guiándose por la resolución de los Plenos conjuntos, empezó a redactar la
resolución sobre la situación interna del partido y la democracia obrera. A pesar de la acción
fraccional de Trotski, la mayoría del Buró Político consideró necesario tratar de llegar a un
acuerdo con él. Tras prolongados esfuerzos de la mayoría del Buró Político, el 5 de diciembre de
1923 fue aprobada por unanimidad y publicada la resolución del Buró Político y del Presidium de la CCC
sobre la construcción interna del partido.
Una de las cuestiones más litigiosas durante la redacción de la resolución del Buró
Político y del Presidium de la CCC fue la de las fracciones. Al principio, Trotski no se opuso a la
prohibición de las fracciones; pero, al mismo tiempo, insistió en que no se prohibiera la libertad de grupos. No
obstante, se logró redactar un texto aprobado por unanimidad, que en el problema de las fracciones se
remitía a la resolución del X Congreso del PCR.
Pero la oposición continuó su labor fraccional. Mientras que la mayoría del CC y de la CCC, atada por
su propia decisión de no publicar ciertos documentos, cumplió leal-mente este acuerdo, la oposición siguió
difundiendo ampliamente sus documentos fracciónales. Dos días después de haberse hecho pública la
resolución del Buró Político y del Presidium de la CCC, aprobada por unanimidad, Trotski publicó la
conocida carta titulada Un nuevo rumbo, que era, de hecho, un manifiesto fraccional contra el Comité Central.
Los artículos de Trotski publicados después recalcaron más aún el carácter fraccional de sus acciones, lo
mismo que el folleto de Trotski {Un nuevo rumbó), que ha visto la luz el día de la apertura de la
Conferencia del partido.
Desde el momento en que aparece el manifiesto fraccional de Trotski, la lucha se encona más
aún. La oposición emprende en Moscú, sobre todo en las células militares y en las de los centros de enseñanza superior, una campaña sin precedente en la historia de nuestro partido contra el
Comité Central, sembrando la desconfianza hacia él. La oposición envía representantes suyos a toda Rusia. La
lucha adquiere formas inusitadamente agudas. Como núcleo de la oposición aparecen los miembros
del ex grupo del «centralismo democrático», que combatió la línea del partido durante una serie de años.
A este núcleo se suman varios ex miembros del CC (Preobrazhenski, Smirnov y Serebriakov) que, a
propuesta del camarada Lenin, no fueron reelegidos en el X Congreso del PCR. Todo este grupo de oposición
lo encabeza Trotski, por lo que en los primeros tiempos adquiere cierta autoridad.
- La esencia ideológica de la oposición
Como se ha puesto en claro durante la discusión, los puntos más importantes de las
discrepancias entre la inmensa mayoría de nuestro partido y la oposición actual se reducen, en lo
fundamental, a los seis puntos siguientes: - La oposición, encabezada por Trotski, ha lanzado la consigna de destruir el aparato
del partido y ha intentado trasladar el centro de gravedad de la lucha contra el burocratismo
en el aparato del Estado al «burocratismo» en el aparato del partido. Esta crítica
indiscriminada y la tentativa de desacreditar de modo directo al aparato del partido sólo pueden conducir
objetivamente a emancipar el aparato del Estado de la influencia del partido en él, a separar del
partido los organismos estatales. La tendencia a separar los organismos estatales de la influencia del
partido se manifestó en Trotski ya en vísperas del XII Congreso del PCR. En la discusión actual,
esta tendencia no ha hecho más que adoptar otra forma. - La oposición ha intentado contraponer la juventud del partido a sus cuadros
fundamentales y a su Comité Central. En vez de enseñar a la juventud que nuestro partido debe
orientarse hacia su núcleo proletario fundamental, hacia los obreros comunistas que trabajan en las fábricas, la
oposición, encabezada por Trotski, ha pretendido demostrar que el «barómetro» para el partido es la juventud
estudiantil. - Trotski ha hecho alusiones vagas a la degeneración de los cuadros fundamentales de
nuestro partido y, con ello, ha intentado minar el prestigio del CC, que es entre los congresos el único
representante de todo el partido. Trotski no sólo ha intentado oponer su propia persona al resto del Comité
Central, sino que se ha permitido tales acusaciones que no podían dejar de suscitar inquietud en vastos
sectores de la clase obrera y una violenta protesta en las filas de todo el partido.
4) El los problemas de la economía, la oposición ha dado pruebas de la mayor
bancarrota, al no poder corroborar con nada absolutamente sus acusaciones contra el CC del partido y
al no intentar siquiera presentar frente a la política del partido proposiciones sistematizadas, por poco
que fuera, en cuanto a estos problemas.
En la crítica de la política económica del partido hecha por la oposición apuntan dos matices. Una
parte de la oposición rinde tributo copiosamente a la frase «izquierdista» contra la Nep en general, haciendo
declaraciones que tendrían algún sentido sólo en el caso de que estos camaradas propusieran renunciar a la
Nep y volver al comunismo de guerra. Por el contrario, otra parte de la oposición, mucho más influyente,
reprocha al CC que no va en grado suficiente al encuentro del capital extranjero, que hace concesiones
insuficientes a las potencias imperialistas, etc. Esta parte de la oposición (Rádek) ha propuesto
abiertamente que se revisen las condiciones que señaló el partido con motivo de la Conferencia de
Genova y que se hagan mayores concesiones económicas al imperialismo internacional, con el fin de
intensificar las relaciones prácticas con el capital extranjero. El partido rechaza sin ninguna vacilación estos
dos errores.
5) La oposición, en todos sus matices, ha manifestado opiniones completamente no
bolcheviques respecto a la importancia de la disciplina del partido. Las intervenciones de toda una serie de
representantes de la oposición constituyen una violación flagrante de la disciplina del partido y recuerdan los tiempos en que el camarada Lenin hubo de luchar contra el «anarquismo intelectual»
en los problemas de organización y defender las bases de la disciplina proletaria en el partido.
6) La oposición ha infringido patentemente la resolución del X Congreso del PCR que prohíbe la
formación de fracciones en el seno del partido. La oposición sustituye la concepción bolchevique del partido
como un todo monolítico con la concepción del partido como una suma de corrientes y fracciones de todo
género. De acuerdo con los «nuevos» puntos de vista de la oposición, estas corrientes, fracciones y grupos
deben tener los mismos derechos en el partido, y el CC debe ser, no tanto el dirigente del partido,
como un simple registrador e intermediario entre las corrientes y los grupos. Semejante concepción del
partido no tiene nada de común con el leninismo. La labor fraccional de la oposición no podía dejar
de constituir una amenaza para la unidad del aparato estatal. Las acciones fracciónales de la
oposición han resucitado las esperanzas de todos los enemigos del partido, incluida la burguesía de Europa
Occidental, en la escisión en las filas del Partido Comunista de Rusia. Estas acciones fracciónales han vuelto a plantear ante el partido, con toda agudeza, la cuestión de si puede el PCR, que se halla en
el poder, permitir la formación de grupos fracciónales en el partido.
Al hacer el balance de estas discrepancias y analizar el carácter de las acciones de los
representantes de la oposición, la Conferencia del partido llega a la conclusión de que en la
oposición actual vemos no sólo un intento de revisar el bolchevismo, no sólo un apartamiento directo
del leninismo, sino también una manifiesta desviación pequeño-burguesa. No cabe la menor duda de que esta
oposición refleja objetivamente la presión de la pequeña burguesía sobre las posiciones del partido proletario
y su política. Se empieza ya a interpretar los principios de la democracia interna del partido fuera del marco
de éste extensivamente; en el sentido de debilitar la dictadura del proletariado y ampliar los derechos
políticos de la nueva burguesía.
En una situación en la que el PCR, que encarna la dictadura del proletariado, goza del
monopolio de la legalidad en el país, es inevitable que los grupos menos firmes de comunistas cedan a
veces a las influencias no proletarias. El partido en su conjunto debe ver estos peligros y proteger ojo
avizor la línea proletaria del partido.
Es imprescindible la lucha sistemática y enérgica de todo nuestro partido contra esta
desviación pequeño-burguesa.