Las Garrapatas.
Bosch se Aparta de la Lucha.
Capítulo XXIV del libro Afán de Libertad de Rafael Gamundi Cordero -Rafa-
En carta enviada por el profesor Bosch a su amigo Sacha Volman, le dice: “la situación dominicana ha llegado a un punto que nosotros, estado toda una vida hablando de democracia no tenemos ningún papel que jugar, ni contamos con ninguna fuerza que pueda ayudarnos. En el mismo momento en que fuerzas norteamericanas comenzaron a llegar a Santo Domingo, dije que mi vida política ha terminado.
Semejante posición revela un gran desplome en la voluntad de lucha del líder.Muestra un hombre frustrado , deprimido y con su autoestima por los suelos, sin confianza en nadie; un dirigente que anuncia que su vida política ha terminado.
Y mas grave aun, en carta agrega: el PRD no tienen ningún papel que jugar ya en la vida política dominicana, por lo menos, como partido democrático. Pero aun si a epatamos que el partido lo tienen, no lo tengo yo”
El profesor no hablaba, ni escribía por el simple gusto de hacerlo. Su retirada envolvía una estrategia y quería que alguien lo supiera a través de Sacha, de lealtad absoluta al profesor Bosch. Los pasos dados poco después lo comprueban.
El 20 de mayo de 1970 después de haber desafiado toda clase de peligro y dificultades habíamos reestructurado el partido y restablecido sus energías revolucionarias, el profesor Bosch que hacíaPeña Gómez a Francia y así salvar mi posición unos días había retornado al país dijo que venia a )transformar el PRD en un partido organizado y disciplinado y con una ideología bien definida, y hace todo todo lo contrario: desacredita e insulta a sus mas esforzados dirigentes, los hace salir al exterior, como fueron los casos de Jose Francisco Peña Gomez y Winston Artaud, o los expulsa como se hizo con 293 dirigentes y conmigo al negarme profundamente a dejar el país, como era su intención mediante una comisión encabezada por Ruben Suro gran amigo de mi familia, que le pidió a mi madre me
convenciera para que acompañara al doctor Peña Gómez a Francia y así salvar mi posición en el partido que había ayudado a fundar en el país y donde gozaba de sincero aprecio.
En el mismo tono y con igual objetivo, el profesor Bosch, enviada a Sacha Volman el 8 de enero de 1968 le había dicho: me her quedado sin país, puesto que mi país se halla merced de lo que quiera hacer el poder norteamericano, y al quedarme sin país me he quedado sin partido. En vista de que por mucho que lo pienso, mas me convenzo de que ideológicamente no tengo salida en el PRDnni en ninguna otra organización de su tipo”. (Amaury Justo Duarte: Histiroa Política Contemporánea. Pag. 87).
Pues bien, estas cartas a Sacha demuestran había iniciado los Paola destruir al PRD como organización revolucionaria, alejándolo de los sectores progresistas de la sociedad, en especial de las izquierdas.
Quería que la oligarquía nacional lo supiera y lo apoyara. La ka Mejor prueba, la mas convincente fue la llamada desgarrapatización del buey: golpeando a los mas decididos y firmes luchadores por el establecimiento de un régimen nacional democrático que pusiera en práctica los aspectos avanzados de la Constitución del 1963.
Da pena que quien así actuaba independiente de su gran liderazgo fuera escuchado y seguido con tanta vehemencia por hombres y mujeres de conducta moral cristalina, en momento que despedazaba el futuro político y ponía en peligro la vida de jóvenes que veían en el partido el instrumento ideal para junto a los sectores más democráticos y progresistas de la sociedad construir una nueva República, donde desaparezca el hambre, pobreza y falta de desarrollo y libertad del pueblo.
Y lo mas doloroso, se cerraba el camino de dirigentes activistas y militantes disciplinados a los que debió explicar el profeso-de haberlo querido-, el porque de sus giro político, porque ya no estaba de acuerdo con la aplicación de las líneas y políticas que había el mismo trazado, en vez de indultarlos con el denigrante epíteto de “garrapatas”, negarle sus prerrogativas y derechos dentro de la organización y expulsarlos del partido, quedando indefensos en las garras de una dictadura que al encontrar a sus víctimas sin respaldo de un partido político, podía materializar sus ansias de devorarlos como ocurrió con los patriotas y demócratas revolucionarios Milcíades
Encarnación y Gregorio Estrella.
A partir de entonces comenzó a Moreira el PRD como organización revolucionaria y solo logró mantenerse como tal por la confianza que en las masas populares conservaba y generaba el Dr. José Francisco Peña Gomez.