Cómo la dictadura polaca arrojó su país a las garras de Adolf Hitler

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Solamente un descendiente de aquel régimen feudal y oscurantista, como Kaczynski, sería capaz de intentar revertir los hechos para evitar rendir cuentas por el abismo en el que Polonia, otra vez, en esta crisis, se debate. 

Los documentos ahora desclasificados por Rusia sobre la actividad anti-soviética y pro-fascista del gobierno polaco antes de la Segunda Guerra Mundial detallan algunos aspectos, pero los hechos a los que se refieren ya eran sobradamente conocidos en el momento, y después. Es una verdad que ya debería haber pasado a los libros de historia en general -y si no pasaron es sólo porque los años de neoliberalismo fueron también (y, quizá, sobre todo) un pantano de mentiras- que el gobierno polaco de Pilsudski y Beck persuadió a minorías étnicas dentro de la URSS, que mantuvo un aparato de sabotaje y asesinato contra el gobierno soviético y que hizo frente con los nazis para derrotar a los rusos, ucranianos, bálticos, bielorrusos y otros pueblos que estaban construyendo el socialismo. También es cierto que, como dijo el general Lev Sotskov de la inteligencia rusa, con esta política, provocaron una catástrofe para Polonia y para el pueblo polaco.

Sólo un oportunista (o un completo ignorante) como el actual presidente polaco, Lech Kaczynski, puede tener la pretensión de distorsionar e invertir hechos que ya eran más que conocidos. Sin embargo, los hechos son los hechos, y no hay imbécil en el mundo que pueda cambiarlos, ya que ya han sucedido.

El intento es, sin duda, presentar a los soviéticos como los agresores de Polonia cuando los nazis masacraron el país entre 1939 y 1944, asesinando a seis millones de polacos, la mitad de ellos en Auschwitz, Treblinka y otros campos de exterminio.

Solamente un ignorante como Kaczynski trataría de revertir la historia de esta manera. El objetivo es claro: absolver al gobierno polaco de antes de la Segunda Guerra Mundial -una dictadura feudal, oscurantista, con una mezcla de fanatismo idiota y brutalidad- de su complicidad con Hitler, lo que acabó llevando finalmente al país a la peor tragedia de su historia, ya por sí bastante trágica.

No es, por supuesto, gratuito (realmente, gratuito no es) este intento. Kaczynski es un descendiente de los PiBsudski, Beck y otras figuras lamentables que jugaron con Polonia en el abismo. Pero sus razones no son puramente históricas: en la crisis actual, Polonia está de nuevo en el pantano, pagando el precio de la brutal, salvaje e irracional restauración del capitalismo en el país. En aquella época se estancaron todas las aguas residuales de Polonia, de donde surgieron los Walesa, los Kaczynski y otros demagogos sin escrúpulos. Ahora que el desastre está a la vista, que los polacos sufren cada día las consecuencias, quieren huír sin rendir cuentas, echando la culpa a los soviéticos. Pues no lo van a conseguir.

Recapitulando rápidamente los hechos:

1) En 1919, el dictador polaco PiBsudski se sumó a la intervención extranjera en Rusia y, aprovechándose de la retirada alemana después del final de la Primera Guerra Mundial, invadió el oeste de Ucrania, mientras que los pueblos que formarían después la URSS estaban combatiendo los bandos «blancos» en el interior del país.

2) En abril de 1920, Pilsudski invadió el este de Ucrania, pero fue repelido por el Ejército Rojo, que, a pesar de estar debilitado por los años de guerra, consiguió derrotarlo. El conflicto con Polonia terminó en octubre de ese año, con un alto el fuego, y al año siguiente, los bolcheviques, todavía ocupados con la guerra civil, optaron por obtener la paz en ese frente, a costa de ceder el oeste de Ucrania a los polacos.

3) En el período de entreguerras, la actitud del gobierno polaco, sobretodo después del golpe de Estado de Pilsudski en el que eliminó a la oposición (1926), fue de provocación hacia la URSS. Las redes de espionaje y sabotaje armadas por el gobierno polaco dentro de la URSS, estuvieron activas hasta los años 30, que fueron desmanteladas. El gobierno polaco, con la intención explícita de desmembrar la URSS, financió los ataques de los fascistas ucranianos en territorio soviético, los mismos que más tarde se convertirían en sanguinarios siervos de los nazis durante la ocupación tanto de Polonia como de Ucrania, Bielorrusia y los países bálticos por los alemanes.

4) En 1934, la dictadura de Pilsudski firmó con Hitler un pacto de no agresión. Este pacto significó la ruptura del tratado de alianza con Francia. El Gobierno polaco, por lo tanto, declaraba oficialmente que su principal aliado era la Alemania nazi, asumiendo esta prioridad hasta en la relación con los países occidentales.

5) Cuando Hitler amenazó a Checoslovaquia, en la segunda mitad de los años 30, los sucesores de Pilsudski en el gobierno polaco negaron el permiso para el paso de las tropas soviéticas, que, de acuerdo con el tratado de asistencia con aquel país -y, a petición del presidente Edvard Benes- estaban movilizados para defender a los checos.

6) Inmediatamente después de la entrega, por Gran Bretaña y Francia, de la región checha de los Sudetes a los nazis, el gobierno polaco llegó a un acuerdo con Hitler para la fragmentación del resto de Checoslovaquia. No sólo llegó a un acuerdo sino que ocupó, cuando Hitler liquidó el país, la parte que le tocaba de Checoslovaquia a cambio de apoyar el avance nazi -pese a las protestas, incluso de Churchill, quien consideró el acuerdo de con los nazis una indignidad. En lo que, sin embargo, tenía toda la razón.

7) Unos meses más tarde, cuando Hitler concentró sus tropas en la frontera con Polonia, el gobierno polaco rechazó la ayuda soviética. Józef Beck, el principal gobernante polaco, dejó absolutamente claro que prefería considerer como enemigo a los soviéticos y no a los nazis. Y lanzó a su país y a su pueblo a las garras de Hitler.

8) Los soviéticos firmaron el pacto de no agresión con Alemania cuando las tropas de Hitler ya se encontraban en posición de partida para invadir Polonia, lo que hicieron un par de días más tarde, y la URSS había sido abandonada por Inglaterra y Francia. El Pacto no ejerció influencia alguna en la decisión nazi de atacar Polonia. Hasta los planes operativos ya habían sido distribuídos entre las unidades de la Wehrmacht. El pacto sirvió para que la URSS ganase tiempo en la preparación para la guerra, que los líderes soviéticos consideraban, con razón, inevitable, y para mover hacia el oeste las fronteras del país, dificultando la penetración alemana.

9) Después de la invasión de Polonia por los nazis, los soviéticos recuperaron el oeste de Ucrania, territorio que no era polaco. Solamente había sido ocupado por los polacos poco después de la Primera Guerra Mundial, cuando intervino, con más de 13 países, en la guerra Civil en Rusia, con el objetivo de derrocar el gobierno bolchevique. El territorio fue soviético después de la II Guerra, sin ninguna reivindicación polaca sobre ella. Pero es probable que Kaczynski prefiriese que, en 1939, los nazis ocupasen el oeste de Ucrania, como hicieron con Polonia, en lugar de los soviéticos. Sin embargo, la oportunidad ha pasado, hace exactamente 70 años.

10) Polonia fue liberada de la ocupación nazi por el Ejército Rojo, a pesar de que los antepasados del actual gobierno polaco hayan llevado a cabo una aventura -el llamado levantamiento de Varsovia- que costó mucha sangre, inútilmente, al pueblo polaco. Decenas de miles de soldados soviéticos dieron sus vidas para liberar Polonia, y esto es un hecho imperecedero e imborrable.

11) Se debe a la URSS la restauración de Polonia como país, decidida en 1945, en la Conferencia de Yalta, por Stalin, Roosevelt y Churchill. La propuesta fue presentada en esa conferencia por el Ministro de Relaciones Exteriores de la URSS, Vyacheslav Molotov, así como la definición de las actuales fronteras polacas. Solamente los territorios que no eran histórica ni étnicamente polacos, que habían sido ocupados por la dictadura de Pilsudski, fueron excluidos de estos límites geopolíticos. La ciudad de Gdansk (que los alemanes, considerándola suya, llamaban Dantzig) se convirtió en polaca debido a esta propuesta soviética. Incluso después de la Primera Guerra Mundial, cuando fue puesto bajo la administración de Polonia (el entonces famoso «corredor polaco» que separaba a Alemania de Prusia Oriental), aún era una ciudad polaca, sino una «ciudad libre». Por la propuesta aprobada por Molotov en Yalta, el este de Prusia dejó de existir y se convirtió en territorio polaco, así como casi toda Silesia, donde se encuentran las ciudades de Wroclaw y Katowice.

Estos son los hechos.

Traducido por «Cultura Proletaria» de horadopovo.com.br/

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