El Partido Comunista de China antes de la Fundación de la R. P. China
EL I CONGRESO NACIONAL DEL PCCH
El 23 de julio de 1921, se inauguró el I Congreso Nacional del Partido Comunista de China en la Avenida Wangzhi No. 106 (hoy Avenida Xingye No. 76), situada en la Concesión Francesa de Shanghai de aquel entonces. Como el local había sido detectado por los detectives y había sido allanado por la policía extranjera de la concesión, el Congreso tuvo que trasladarse en su último día de trabajo a una embarcación de turismo en el lago Nanhu del Distrito de Jiaxing, Provincia de Zhejiang. Estaban presentes los siguientes 12 delegados que representaban a 53 militantes de 7 lugares: Li Da y Li Hanjun, de Shanghai; Zhang Guotao y Liu Renjing, de Beijing; Mao Zedong y He Shuheng, de Changsha; Dong Biwu y Chen Tanqiu, de Wuhan; Wang Jinmei y Deng Enming, de Jinan; Chen Gongbo, de Guangzhou, y Zhou Fohai, residente en el Japón. También estaba presente Bao Huiseng, enviado por Chen Duxiu, quien se encontraba entonces en Guangzhou. Como observadores asistienron al Congreso G. Maring y Nicolski, delegados de la Internacional Comunista.

El Congreso decidió bautizar al Partido con el nombre de Partido Comunista de China. El programa del Partido preveía “derrocar a la burguesía con el concurso del ejército revolucionario del proletariado”, “adoptar la dictadura del proletariado para alcanzar el objetivo de la lucha de clases: la eliminación de las clases”, “abolir el sistema de propiedad privada del capital! y, en fin, unirse a la III Internacional.
EL II CONGRESO NACIONAL DEL PCCH
El programa de revolución democrática antiimperialista y antifeudal en China lo formuló definitivamente el II Congreso Nacional del Partido Comunista de China, celebrado en julio de 1922 en Shanghai. Presentes en el cónclave estuvieron 12 delegados, que representaban a los 195 militantes de todo el país (entre ellos 21 obreros).
Al analizar la situación económica y política del país, el Congreso puso de manifiesto el carácter semicolonial y semifeudal de la sociedad china. Señaló, por un lado, que China, totalmente controlada como estaba en lo político y económico por las potencias imperialistas, era en los hechos “un Estado semiindependiente manipulado por las fuerzas imperialistas del capital internacional”. Por otro lado, China “aún está controlada políticamente por el sistema feudal de los caudillos militares y los burócratas”, lo que suponía “un obstáculo extraordinario para el desarrollo de la naciente burguesía”. De ahí la “importantísima significación del movimiento revolucionario democrático”. Que el programa máximo del Partido consistía en realizar el socialismo y el comunismo, pero que su programa revolucionario para la etapa actual debía residir en derrocar a los caudillos militares, acabar con la operación del imperialismo internacional y unificar a China como una república auténticamente democrática. Se trataba, pues, de una etapa imposible de pasar por alto en la marcha hacia el socialismo y el comunismo en las condiciones propias de China.
EL III CONGRESO NACIONAL DEL PCCH
Fue el III Congreso Nacional del Partido, celebrado del 12 al 20 de junio de 1923 en Guangzhou, el que tomó una decisión formal a propósito de la política de cooperación con el Guomindang y los medidas concretas al respecto.
Haciendo una acertada apreciación de la posición revolucionaria de Sun Yat-sen y la posibilidad de una reorganización en el Guomindang, el III Congreso Nacional del Partido decidió enviar militantes comunistas a ingresar, en calidad individual, en el Guomindang, a fin de hacer realidad esta forma de cooperación entre ambos partidos. A la pregunta de su esposa Soong Ching Ling de “por qué hace falta que los comunistas ingresen en el Guomindang”, Sun Yat-sen respondió: “El Guomindang está que agoniza en medio de la degeneración, y para salvarlo de la muerte hace falta una transfusión de nueva sangre.”
EL IV CONGRESO NACIONAL DEL PCCH
A medida del desarrollo de la revolución, iba en aumento la diferenciación entre las fuerzas de izquierda y las de derecha en el seno del Guomindang y se iban complicando las relaciones entre el Guomindang y el Partido Comunista. Numerosos problemas nuevos que se planteaban antela revolución china esperaban respuesta. Del 1 al 22 de enero de 1925, se celebró en Shanghai el IV Congreso Nacional del Partido Comunista. Contaba el Partido en ese momento con 994 militantes. Los méritos históricos del Congreso consistieron, en primer lugar, en que planteó el problema de la hegemonía del proletariado chino en la revolución democrática cuando señaló: “El movimiento de la revolución nacional de China sólo puede coronarse con victoria a condición de que en él tome parte enérgica y tenga la hegemonía el proletariado, la clase más revolucionaria.” En segundo lugar, el Congreso formuló el problema de la alianza obrero-campesina, señalando que en la revolución china era necesaria “la amplia participación de los obreros y los campesinos, así como de la pequeña y mediana burguesía urbana”, ya que los campesinos constituían un “elemento importante” y un “aliado natural de la clase obrera”, sin cuya movilización en la lucha por parte del proletariado y su partido eran imposibles la hegemonía del proletariado y el éxito de la revolución china. En tercer lugar, el Congreso supo definir en forma aún más completa el contenido de la revolución democrática de China al señalar que, paralelamente a la “lucha contra el imperialismo internacional”, era preciso combatir tanto el “dominio político feudal de los caudillos militares” como las “relaciones económicas feudales”.
EL V CONGRESO NACIONAL DEL PCCH
En el momento crítico para la revolución china, se celebró, del 27 de abril al 10 de mayo de 1927, en Wuhan, el V Congreso Nacional del PPCh. El número de militantes del Partido había aumentado a cerca de 58.000, número mucho mayor que el de antes de la Expedición al Norte (1926-1927).
El V Congreso se celebraba en medio de una situación extraordinaria dentro de la cual hacía apenas una quincena se había producido el golpe de Estado anticomunista del 12 de abril montado por Jiang Jieshi. Del Congreso esperaba todo el Partido un enjuiciamiento sano de la situación y una respuesta a la pregunta, que en ese momento más atormentaba a la gente, de cómo salvar la revolución de la crisis. Sin embargo, el Congreso no pudo responder a las expectativas de todo el Partido.
EL VI CONGRESO NACIONAL DEL PCCH
Del 18 de junio al 11 de julio de 1928, el PCCh celebró su VI Congreso Nacional en Moscú, con la ayuda de la Internacional Comunista. La reunión sintetizó a conciencia las experiencias vividas desde el fracaso de la Gran Revolución, derivó de ellas las lecciones debidas, dio respuestas, acertadas en lo esencial, a una serie de problemas básicos acerca de la revolución china en torno a los cuales existían serias polémicas, y unificó, en líneas generales, los criterios de todo el Partido en condiciones en que reinaba una gran confusión ideológica en su seno.
Los cambios producidos en la situación política del país a raíz del incidente del 18 del septiembre
Avanzada la noche del 18 de septiembre de 1931 súbitamente tuvo lugar un serio acontecimiento que había de comprometer el destino de China y producir una gran conmoción en toda la nación: el Ejército de Guandong del Japón, acantonado en el Nordeste de China en virtud de un tratado ya de por sí desigual, desencadenó un ataque contra Beidaying, uno de los campamentos del Ejército del Nordeste de China, y contra la ciudad de Shenyang. Al día siguiente, las tropas japonesas lograron ocupar, sin grandes esfuerzos, más de 20 ciudades, entre ellas Shenyang y Changchun. En el curso de cuatro meses y algunos días, las tres provincias del Nordeste, a saber, Liaoning, Jilin y Heilongjinag, cayeron en su totalidad en manos del enemigo, y el pueblo del Nordeste se vio hundido en un abismo de sufrimientos como es clave sin patria.
Desde el estallido del Incidente del 18 de Septiembre, el Partido Comunista de China siempre preconizó con decisión la resistencia a la agresión japonesa. El 20 de septiembre, el CC del PCCh emitió una “Declaración con motivo de la ocupación armada de las tres provincias del Nordeste por el imperialismo japonés”, elevando su resonante voz: “¡ Nos oponemos a que el imperialismo japonés ocupe por la fuerza las tres provincias del Nordeste¡ ¡Que éste retire de inmediato del Nordeste sus fuerzas de ocupación terrestre, naval y aérea! ¡Que anule por su propia iniciativa todos los tratados desiguales!” El 27 de noviembre, el Gobierno Central Provisional de la República de los Soviets de China, que acababa de proclamarse en Ruijin, provincia de Jiangxi, emitió una declaración dirigida a todo el país, llamando al pueblo chino a movilizarse y armarse para luchar contra la agresión japonesa y la dominación reaccionaria del Guomindang.
LA REUNIÓN DE ZUNYI
La Gran Marcha del Ejercito Rojo fue una hazaña sin precedentes en la historia mundial. En un principio, el Ejercito Rojo Central emprendió, a mediados de octubre de 1934, la Gran Marcha la no temer otra alternativa ante el revés sufrido en su lucha contra la quinta campaña de “cerco y aniquilamiento” lanzada por el Guomindang a mediados de abril del mismo año.
El 7 de enero de 1935, el Ejército Rojo conquistó Zunyi, una ciudad de importancia estratégica en el Norte de Guizhou. Como el Ejército Rojo cambió repentinamente de rumbo, deshaciéndose delas fuerzas enemigas que los perseguían desde atrás o lo bloqueaban por delante, pudo descansar y consolidarse en Zunyi durante 12 días.
Del 15 al 17 de enero, se celebró en Zunyi una reunión ampliada del Buró Político del CC del PCCh. Después de un debate enconado, los asistentes a la reunión aprobaron en su mayoría el programa y los criterios de Mao Zedong, Zhang Wentian y Wang Jiaxiang, considerando incorrecto el informe de balance que Bo Gu había hecho sobre la lucha contra la quinta campaña de “cerco y aniquilamiento”. En la reunión se incorporó, mediante elecciones, a Mao Zedong al Comité Permanante del Buró Político del CC y se encargó a Zhang Wentian la redacción de la “Resolición del CC sobre el informe de balance de la lucha contra la quinta campaña enemiga de ‘cerco y aniquilamiento’”.
De hecho, la Reunión de Zunyi dejó establecida la dirección acertada del CC del Partido con Mao Zedong como núcleo. En circunstancias sumamente críticas, esta reunión salvó al Partido Comunista, al Ejército Rojo y a la revolución china, pasando a ser un punto de viraje entre la vida y la muerte en la historia del Partido.
LA REUNIÓN DE WAYAOBU
Tan pronto como logró el Ejército Rojo asentar los pies en tierra firme en el Norte de Shaanxi después de tan numerosos combates en su desplazamiento de decenas de miles de li, el Buró Político del CC del PCCh celebró del 17 al 25 de diciembre de 1935 en Wayaobu una reunión ampliada para discutir los problemas relativos a la estrategia militar, la situación política del país y la línea táctica del Partido. Mao Zedong señaló en la reunión que nuestra estrategia debía ser la de llevar a cabo con decisión una guerra revolucionaria nacional que integrara antes que nada la guerra interna del país con la guerra nacional, y llevar adelante toda la guerra bajo la consigna de guerra nacional. La reunión aprobó una “Resolución del Comité Central cobre la presente situación política y las tareas del Partido”, redactada por Zhang Wentian, en la cual se señalaba que “se ha operado un cambio fundamental en la situación política actual”, que “la línea táctica del Partido consiste en movilizar, aglutinar y organizar a todas las fuerzas revolucionarias de la nación china para luchar contra los enemigos principales que tenemos enfrente: el imperialismo japonés y el cabecilla entreguista Jiang Jieshi”, y que “la actitud de ‘puertas cerradas’ es el peligro principal en el seno del Partido”.
Firme pilar de la Guerra de Resistencia contra el Japón
En la noche del 7 de julio de 1937, las fuerzas invasoras japonesas, con el pretexto de realizar maniobras militares, atacaron sorpresivamente al 29. cuerpo de ejército de las fuerzas armadas chinas, acantonado cerca de Lugoqiao, puente situado al suroeste de Beijing. La inmediata reacción de esta unidad militar, que opuso una firme y decidida resistencia, marcó el inicio de la guerra de resistencia contra el Japón y por la liberación nacional.
Al día siguiente del Incidente de Lugouqiao, el CC del PCCh mandó difundir un “Telegrama del Partido Comunista de China sobre el ataque de las fuerzas japonesas a Lugouqiao” en el que exhortaba al pueblo de todo el país con estas palabras: “¡Beiping y Tianjin están en peligro! ¡El Norte de China está en peligro! ¡L nación china está en peligro! ¡Nuestra única salida es emprender una guerra de resistencia de toda la nación!”; lanzaba, al mismo tiempo, el siguiente llamamiento: “¡Que todo el pueblo, el gobierno y las fuerzas armadas se unan y erijan una inquebrantable Gran Muralla del frente único nacional para resistir a la agresión japonesa! ¡Que el Guomindang y el Partido Comunista cooperen estrechamente para rechazar los nuevos ataques de los agresores japoneses!” “La nación entera, de arriba abajo, tiene que desechar en el acto toda idea y toda esperanza de vivir en una paz humillante con los agresores japoneses.” El mismo día, Mao Zedong, Zhu De y Peng Dejuai, dirigentes del Ejército Rojo, telegrafiaron a Jiang Jieshi expresando que todos los comandantes y soldados del Ejército Rojo estaban decididos a “dar su vida en aras de la nación y enfrentar al enemigo con el fin de defender el territorio patrio y salvaguardar al país”.
El 14 de agosto de 1945 el Gobierno japonés notificó a los Gobiernos de EE.UU., Inglaterra, Unión Soviética y China su aceptación de la Declaración de Potsdam. El 15, el Mikado Hirohito anunció en público su rendición incondicional. El 2 de septiembre, representantes del Japón firmaron el acta de rendición. 1.280.000 soldados que se encontraban aquí se rindieron ante China. Así, victoriosamente, terminó la Guerra de Resistencia contra el Japón y, por consiguiente, la Segunda Guerra Mundial. La victoria de la Guerra Antijaponesa de China la logró el pueblo de todas las nacionalidades de China a través de una lucha sumamente dura y pagando precios en extremo elevados. Según estadísticas, el pueblo china y sus fuerzas armadas sufrieron en la Guerra más de 21 millones y los gastos de guerra ascendieron a 100.000 millones de dólares (siendo, dentro de este total, de 60.000 millones de dólares, aproximadamente, las pérdidas materiales). La Guerra de Resistencia contra el Japón fue la primera guerra de liberación nacional que en más de cien años logró coronar el pueblo con una victoria completa luchando contra la invasión del imperialismo capitalista. Esta victoria puso fin al aparentemente inmutable destino de China, sugerido por los anales de la historia armadas extranjeras; lavó todos los estigmas nacionales acumulados desde la década del 40 del siglo XIX, sirvió de punto de viaje desde el cual comenzó la resurrección de la nación china, hasta entonces sumida en la decadencia, y echó los cimientos de la independencia y la emancipación de China.
EL VII CONGRESO NACIONAL DEL PCCH
En momentos en que se avecinaba la victoria de la Guerra de Resistencia contra el Japón, al pueblos chino se la planteaban dos destinos o dos alternativas hacia el futuro: uno, un destino radiante, preconizado por el Partido Comunista de China, es decir, el de una Nueva China independiente, libre, democrática, unificada, próspera y poderosa después de la derrota de los invasores japoneses, y el otro, un destino sombrío, defendido a todo trance por la camarilla de Jiang Jieshi, o sea, después de la derrota japonesa, el mantenimiento de la dominación de los grandes terratenientes y la gran burguesía, la continuación de la política anticomunista y antipopular y la conservación de China como país semicolonial y semifeudal, desmembrado y sumido el la miseria. El Partido Comunista de China debía, al frente del pueblo de todo el país, esforzarse por hacer realidad el destino radiante.
Del 23 de abril al 11 de junio de 1945 se celebró solemnemente en Yan´an el VII Congreso Nacional del Partido. En él estaban presentes 547 delegados titulares y 208 suplentes, representando a 1.210.000 miembros del Partido. Dicho congreso, separado por un intervalo nada menos que de 17 años del VI Congreso Nacional del Partido, celebrado en 1928, estaba llamado a resumir la experiencia revolucionaria hasta entones acumulada e ir al encuentro de la victoria de la Guerra de Resistencia contra el Japón.
La orientación del trabajo del VII Congreso Nacional consistía en unirse para conseguir la victoria. Sus méritos históricos residen principalmente en los tres aspectos siguientes:
Primero, hizo un balance de las experiencias históricas adquiridas por el PCCh en el espacio de 24 años al dirigir la revolución democrática de China en medio de altibajos y, sobre todo, las experiencias de 8 años de Guerra de Resistencia contra el Japón, y elaboró un programa acertado y unas tácticas correctas para derrotar a los invasores japoneses y establecer una Nueva China.
Segundo, criticó las ideas erróneas existentes dentro del Partido, dilucidando sistemáticamente las bellas tradiciones y el excelente estilo de trabajo del Partido y unificando así los criterios de todo el Partido sobre la base del marxismo-lininismo y del pensamiento de Mao Zedong.
Tercero, hizo surgir, mediante elecciones, un cuerpo de dirección central con Mao Zedong a la cabeza, de modo que todo el Partido quedó más unido que nunca en materia de organización.
El estallido de la Guerra Civil General y el programa de acción del Partido de “derribar a Jiang Jieshi y liberar a toda China”
Una vez terminados sus preparativos bélicos, las autoridades guomindanistas no demoraron en volver la espalda haciendo añicos el acuerdo de armisticio y los acuerdos de la Conferencia Consultiva Política entre el Guomindang y el Partido Comunista y lanzando sin escrúpulos una ofensiva general contra las regiones liberadas. Esta ofensiva comenzó con el ataque convergente desencadenado por parte de 220.000 efectivos de las tropas guomindanistas contra la región liberada de las Planicies Centrales, situada en los límites entre las provincias de Hubei y Henan. Luego, las tropas guomindanistas emprendieron otra ofensiva en gran escala contra las regiones liberadas del Este de China, de Shanxi-Hebei-Shandong-Henan, de Shansi-Suiyuan, del Nordeste y de la isla de Hainan. Estalló así una guerra civil en toda la línea.
El 11 de julio, agentes secretos del Guomindang asesinaron en Kunming a Li Gongpu, miembro del Comité Central de la Liga Democrática de China, quien había sido, en vísperas del inicio de la Guerra de Resistencia contra el Japón, activista de renombre en el movimiento patriótico por la salvación de China. Acto seguido, el 24 del mismo mes, fue asesinado de igual manera Wen Yiduo, poeta, literato y catedrático de la Universidad Asociada del Suroeste, quien, al término de la Guerra Antijaponesa, indignado con las fechorías del Guomindang, tomó parte activa en el movimiento democrático. Era obvio que las armas de los reaccionarios guomindanistas no sólo apuntaban contra el Partido Comunista, sino también contra todas las personas de buena voluntad que reclamaban la paz y la democracia.
El 10 de octubre de 1947, con motivo de la etapa de ofensiva estratégica de la Guerra Popular de Liberación, el Alto Mando del Ejército Popular de Liberación hizo público un manifiesto planteando categóricamente la consigna de “Derribar a Jiang Jieshi y liberar a toda China”.
http://es.chineseembassy.org/esp/ztsj/zt14/t104303.htm