CAYETANO RODRIGUEZ DEL PRADO.- Fragmentos de Notas Autobiográficas.- Recuerdos de la Legión Olvidada (2008) No. 40

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FRENTE AL PREMIER CHOU EN-LAI

 DEDICADO AL PREMIER CHOU EN-LAI, UNO DE LOS FUNDADORES DE LA REPUBLICA POPULAR CHINA Y PADRE DE LA DIPLOMACIA CHINA MODERNA


 Los mandarines eran funcionarios del imperio que podían tener competencia en los diferentes estamentos del gobierno imperial e, incluso en el mismo círculo imperial, donde el Emperador era considerado Hijo del Cielo y detentaba el poder supremo de toda China. Habían surgido durante la dinastía Han que reinó desde el año 206 antes de Cristo y aparecieron al crearse una escuela de administración que le daba formación y que cumplía con el precepto confusiano de seleccionar a los hombres en base a sus méritos antes que hacerlo por privilegios de cuna. Así, para ascender a la posición de mandarín, debían hacerlo por oposición, demostrando un amplio conocimiento no solo del idioma sino también de la filosofía de Confusio. 

 En orden jerárquico los mandarines se hallaban inmediatamente por debajo de los nobles que era la clase que rodeaba al emperador. Debemos recordar que desde aquellos tiempos y hasta el triunfo de la revolución encabezada por Mao Zedong en pleno Siglo XX una minoría, verdaderamente exigua, conocía los secretos de la lectura y la escritura que, si bien constituía un fenómeno común a todas las civilizaciones antiguas, en el caso del alfabeto ideográfico chino, era aún más difícil el manejo del idioma. En consecuencia, los mandarines eran quienes daban a conocer las órdenes del Emperador hasta en los rincones más apartados del imperio, pudiendo salpicar esos designios imperiales con los matices propios de cada uno de ellos. De ahí en gran medida su gran poder en el imperio.   

 Desde muy joven Chou En-lai fue un luchador activo de las causas en que creía. En tal sentido se destacó como uno de los principales dirigentes de las protestas del Movimiento del 4 de Mayo de 1919 contra las condiciones impuestas a China en el Tratado de Versalles el cual otorgaba grandes privilegios comerciales a Japón en perjuicio del interés nacional de China.

 La situación social del joven Chou le permitió viajar por diferentes países, entre ellos Japón, Francia, Inglaterra y Alemania, y conocer diferentes culturas y civilizaciones, disfrutando de una situación muy exclusiva en la hermética sociedad china de esa época. Pero no perdió su tiempo y así, en Francia fundó la Liga de la Juventud Comunista de China habiéndose unido también al Partido Comunista Francés.

 Continuando sus labores de relaciones internacionales, conoció y se relacionó estrechamente con un joven vietnamita residente en Francia que luego sería conocido como Ho Chi Minh y a quien la historia le reservaría el privilegio de ser muchos años más tarde el líder de la independencia de Vietnam. El joven Ho incluso conoció a Santo Domingo cuando llegó a su puerto en un barco francés en el cual trabajaba como humilde marinero.
 De vuelta Chou En-lai a China, en el período de colaboración entre el Kuomintang y el Partido Comunista de China, fue director del departamento político de la Academia Militar de Whanpoa en la zona bajo control de Chiang Kai-shek el líder derechista chino que también había sido fundador del Kuomintang, o Partido Nacionalista Chino. 

 Chou fue el organizador de la huelga general de la ciudad de Shanghai en 1926, acción esta que ocasionó grandes persecuciones en su contra que le obligaron finalmente y en ocasión del golpe de estado de Chiang Kai-shek, a huir a la base de Jiangxi en la zona controlada por los comunistas de Mao Tse-tung (o Mao Zedong). Desde esta base y con la valiosa ayuda de Chou En-lai inició Mao su ascenso al control del Partido Comunista de China que más tarde lo llevó al poder.

 Al inicio de la Gran Marcha, en una reunión celebrada en la ciudad de Zunyi, provincia de Guizhou, Chou En-lai retiró su valioso apoyo a la facción pro-soviética del Partido Comunista de China otorgándole un decidido apoyo a Mao como jefe máximo del partido. Durante la Gran Marcha, fue designado en el cargo de Comisario Político del ejército rojo de China. Instalado en Yenán a partir de 1935, adoptó como pseudónimo Shaoshan, que significa pequeña montaña.

 Después de completada la Gran Marcha en la ciudad de Yenán y ante la poderosa embestida del ejército japonés, Chou se destacó por sus esfuerzos en lograr una alianza con el Kuomintang, dirigido por Chiang Kai-shek, que permitiera la derrota de los japoneses. Cuando Chiang fue secuestrado durante el llamado “incidente de Xian” y obligado a integrar un frente unitario contra los japoneses Chou jugó un papel determinante en las gestiones para liberar al dictador derechista chino.

 Sin embargo algún tiempo más tarde, el dictador Chiang Kai-shek llegó a ofrecer la suma de 80,000 dólares por la cabeza de Chou En-lai y 250,000 por la de Mao.

 Con el triunfo de la revolución en 1949, Chou En-lai fue nombrado Primer Ministro y responsable de las relaciones exteriores de China, contribuyendo en forma decisiva a combatir el aislamiento internacional que se pretendía aplicar a su país. En tal condición acompañó a Mao a Moscú, en el único viaje al exterior que hiciera el fundador de la República Popular China, y contribuyó en forma determinante a preparar el camino para la celebración del dificultoso Tratado de Amistad Chino-Soviético.

 Durante la celebración del XXII Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) con Nikita Kruschov ejerciendo el poder en su país y luchando denodadamente por borrar la memoria de Stalin de la historia soviética, chou realizó una muy publicitada ofrenda floral en la Plaza Roja de Moscú sobre la tumba de Stalin, lo que constituyó una verdadera bofetada al liderazgo soviético de entonces. 
 Aquel hombre que ahora teníamos enfrente, sin borrar de su rostro la amplia sonrisa que ofrecía desde el primer momento, nos presentó personalmente al pleno del gabinete del Primer Ministro, quienes nos esperaban en el salón que hacía las veces de antedespacho, y después de recibir nosotros un amable saludo de cada uno de ellos, Chou nos invitó a tomar asiento en su despacho, haciéndolo él mismo con agilidad sorprendente.

CONTINUARÁ…

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