CAYETANO RODRIGUEZ DEL PRADO.- Fragmentos de Notas Autobiográficas.- Recuerdos de la Legión Olvidada (2008) No. 38

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EL FINAL DE LA CONFERENCIA TRICONTINENTAL DE 1966 Y LA FUNDACION DE OLAS

 DEDICADO A ALTAGRACIA AMELIA RICART CALVENTIi, QUIEN CON SOLO QUINCE AÑOS DE EDAD, FUE AMETRALLADA JUNTO A UN GRUPO DE VALIENTES ESTUDIANTES QUE PACIFICAMENTE FUERON AL PERIMETRO DEL PALACIO NACIONAL A PROTESTAR CONTRA LA GROSERA INVASION NORTEAMERICANA A NUESTRO TERRITORIO Y A AMAURY GERMAN ARISTI QUIEN POCOS AÑOS MAS TARDE REPRESENTO BRILLANTEMENTE A NUESTRO PAIS EN LA PRIMERA REUNION DE OLAS Y FUE ELEGIDO VICEPRESIDENTE DE LA MISMA.


 La Tricontinental (enero de 1966) congregó a muy importantes personalidades del continente asiático, así, la República Popular China fue representada por Wu Xueqian, quien era en ese momento vicepresidente del Comité de Solidaridad de China con Asia, África y América Latina. Más tarde en la década de los 80, fue Ministro de Relaciones Exteriores de China y un poco más tarde, miembro del Consejo de Estado, viceprimer Ministro, y vicepresidente de la Conferencia Consultiva política del pueblo Chino, destacándose como uno de los líderes más importantes del Estado chino.

 Como uno de los puntos centrales de la Conferencia fue el apoyo al pueblo vietnamita en su guerra contra la invasión estadounidense, Vietnam se hizo representar por funcionarios de muy alto nivel.
 Representó al Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur, o Viet Cong, Nguyen Van Tiene y al gobierno de Vietnam del Norte Tran Danh Tuyen.

 Casi al momento de concluir los trabajos de la Conferencia Tricontinental, Fidel planteó la idea de crear una organización que incorporara a todos los movimientos revolucionarios de América Latina, tal como existían en Asia y en África, y así, las delegaciones de nuestro continente nos reunimos en enero de 1966 para fundar la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), organización que celebraría su primer congreso el año próximo y en el cual resultaría elegido Amaury Germán como uno de sus Vicepresidentes.
 Tuve la impresión de que Fidel Castro quedó muy bien impresionado por la presencia de tantas y tan importantes delegaciones participantes en ambas reuniones, la Conferencia Tricontinental y en la reunión para la fundación de OLAS. Fidel no ocultaba su gran satisfacción cada vez que se refería al tema.
 Al finalizar los trabajos de la reunión de La Habana, las agencias de prensa norteamericanas que tuvieron acceso a las reuniones abiertas del evento entrevistaron a algunos de los participantes, entre ellos a mí.
 Uno de los periodistas yanquis me preguntó acerca de cuál sería el futuro de la lucha de los revolucionarios dominicanos, en una nación aún invadida por tropas extranjeras en enero de 1966, y sin muchos rodeos le contesté:
 “Si las tropas de los Estados Unidos no se retiran inmediatamente de nuestro país, nuestro pueblo convertirá a la República Dominicana en un Vietnam del Caribe”.

 Estas declaraciones tuvieron gran repercusión en la prensa internacional, que manejada por las agencias norteamericanas en aquel momento, produjeron una conmoción importante en nuestro país, al punto que, en un gesto de servilismo más, el presidente Héctor García Godoy nos prohibió el ingreso al territorio dominicano, no solamente a mí, único responsable de las declaraciones, sino a toda la delegación dominicana.
 García Godoy olvidó en aquel momento que los gobernantes y líderes dominicanos que se inclinan demasiado ante los yanquis, no solo pierden el respeto de su propio pueblo, sino el respeto de los propios yanquis, quienes lo utilizan como un pedazo de papel higiénico. Algunos militares de San Isidro fueron un buen ejemplo.
 Unos días más tarde el gobierno de García Godoy se manchó las manos de sangre con el ametrallamiento frente al palacio de gobierno de un grupo de estudiantes de secundaria que había ido a protestar contra la invasión norteamericana a nuestro territorio. Una de las víctimas mortales fue la niña Altagracia Amelia Ricart Calventi, hija de Gustavo Ricart, uno de los miembros del Comité Central del MPD.

 Cuando llegó el momento de nuestra partida de Cuba, Fidel le entregó a Euclides Gutiérrez una carta para Caamaño en la cual le contestaba la misiva que el Coronel de Abril le había enviado unos cuantos días antes. De modo que, cuando llegamos a París, inmediatamente Euclides continuó viaje hacia Londres para entregarla a su destinatario que acababa de llegar forzosamente a esa capital europea como agregado militar.

  Como el MPD no había podido darle continuidad a los trabajos de acercamiento que se habían producido con nuestra visita a China en junio-julio de 1964 debido en parte a la guerra del 1965 y a la imposibilidad de que algún dirigente nuestro pudiera evadir el cerco impuesto por la represión, habíamos decidido visitar de nuevo aquella nación tan pronto concluyeran los trabajos de la Conferencia Tricontinental y así lo hice, partiendo casi de inmediato a reunirme otra vez con los dirigentes de la República Popular China y del Partido Comunista. Las relaciones entre los revolucionarios dominicanos y los revolucionarios chinos deberían continuar y desarrollarse sabiendo que en el futuro esas relaciones irían ampliándose más y más y ambos pueblos se acercarían y se conocerían mucho mejor.   
 Primero se producirían las relaciones entre nuestros partidos y las organizaciones de izquierda, pero en el futuro, esas relaciones deberían producirse también entre los pueblos y los gobiernos, tal como lo habíamos manifestado en nuestra reunión con el líder y fundador de la República Popular China, Mao Tse-tung en junio de 1964 y que hoy, bajo el liderazgo de XI Jinping, se ha hecho realidad.

CONTINUARÁ…

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