Los efectos casi nunca analizados de la ideología dominante
Alfredo Grimaldos (1956-2020) fue un periodista de investigación español, de dilatada trayectoria, que se destacó, entre otras cosas, por sus relevantes estudios acerca de la Transición, una de las épocas más mitificadas de la historia reciente del Estado español (…).
REDACCIÓN CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Alfredo Grimaldos (1956-2020) fue un periodista de investigación español, de dilatada trayectoria, que se destacó, entre otras cosas, por sus relevantes estudios acerca de la Transición, una de las épocas más mitificadas de la historia reciente del Estado español. Fruto de sus investigaciones sobre esta época fueron libros como «La sombra de de Franco en la Transición», «La CIA en España: espionaje, intrigas y política al servicio de Washington» y «Claves de la Transición 1973-1986 (para adultos): de la muerte de Carrero Blanco al referéndum de la OTAN».
En el fragmento de una entrevista que ahora recuperamos para los lectores de Canarias-semanal, Grimaldos incide en la denuncia sobre la continuidad que se estableció en el Estado español, tras la muerte de Franco, tanto en la Judicatura como en los cuerpos policiales de la dictadura.
«Felipe González – recordaba Grimaldos – ascendió a los policías franquistas y relegó a los pocos policías demócratas que había, como luego hizo también Zapatero».
Esta «modélica» forma de Transición explica – apuntaba Grimaldos – «por qué tenemos una justicia de extrema derecha», «porque todos los policías torturadores del régimen siguieron ascendiendo» y por qué ha tenido que ser Argentina quien investigue todo lo que se ha tapado en España».
Pero en estas declaraciones, el desaparecido periodista apunta también a otro fenómeno mucho menos analizado sobre los efectos de la propaganda sobre la Transición repetida machaconamente durante casi 500 años.
No sólo entre quienes no vivieron las postrimerías del franquismo sino incluso entre quienes, como militantes, fueron protagonistas de la resistencia contra la dictadura.
«Yo me encuentro ahora – apuntaba Grimaldos – casos increíbles, de gente que ha estado conmigo en la calle, corriendo, militando y que ahora te cuentan una historia que es la oficial y no la que ellos vivieron».