A 207 años del nacimiento de Carlos Marx

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Carlos Henry Marx nació el 5 de mayo de 1818 en Tréveris, ciudad de la Prusia renana, en el seno de una familia de clase media acomodada. Su padre, un abogado liberal ilustrado, influyó decisivamente en su formación. Desde la secundaria, Marx escribía textos literarios y fue en esta etapa donde un maestro despertó en él el interés por la filosofía.

A los 17 años ingresó a la Universidad de Bonn para estudiar derecho, donde se unió a la sociedad poética. Luego se trasladó a la Universidad de Berlín, centro intelectual de gran prestigio, donde su pensamiento tomó un giro radical al entrar en contacto con los jóvenes hegelianos, seguidores del filósofo Georg Hegel. Participó en círculos de debate junto a intelectuales como Bruno Bauer y Ludwig Feuerbach, donde se desafiaban las estructuras del Estado prusiano.

Durante esta etapa conoció a Jenny Von Westphalen, con quien se casó en 1843. Compartían ideales políticos, lo que cimentó una relación basada en el apoyo mutuo. Tras obtener su doctorado, Marx se trasladó a Colonia para integrarse al equipo de la «Gaceta Renana», un periódico liberal radical que denunciaba al gobierno prusiano. El periódico fue clausurado y Marx expulsado, por lo que se trasladó a París, ciudad de exilio para muchos revolucionarios europeos.

En 1844, en París, conoció a Friedrich Engels, quien se convertiría en su inseparable compañero de lucha. Juntos comenzaron a desarrollar una crítica profunda al capitalismo y a formular los principios del socialismo científico basado en el materialismo histórico. Por su actividad revolucionaria, Marx fue expulsado de Francia en 1845, mudándose a Bruselas, donde continuó trabajando con Engels. En este periodo produjeron obras fundamentales como «La Sagrada Familia» y «La Ideología Alemana», cimentando las bases del materialismo histórico y dialéctico.

La Revolución Industrial intensificaba la contradicción entre el auge del capital y las miserables condiciones de vida de los trabajadores. En ese contexto, Marx y Engels se unieron a la Liga de los Justos, que en 1847 se transformó en la «Liga de los Comunistas», encargando a ambos la redacción del «Manifiesto del Partido Comunista», publicado en 1848. Este documento se convirtió en una guía de lucha para el proletariado mundial, proclamando con fuerza: «¡Proletarios del mundo, uníos!».

El 28 de septiembre de 1864 se fundó en Londres la Primera Internacional o Asociación Internacional de los Trabajadores. Marx fue figura central de esta organización, redactando su manifiesto fundacional y muchas de sus resoluciones. Su pensamiento se consolidaba como una herramienta poderosa de organización y combate para la clase obrera.

La doctrina marxista representó un salto cualitativo en el pensamiento humano. Más que una simple crítica al capitalismo sentó las bases para las futuras revoluciones de los oprimidos, como la Revolución Rusa en 1917 y la Revolución China en 1949. El marxismo integró y superó las corrientes más avanzadas de su tiempo: la filosofía clásica alemana, la economía política inglesa y el socialismo utópico francés, en estrecho vínculo con la lucha real de la clase trabajadora.

El siglo XIX, marcado por el ascenso de la burguesía tras la caída del feudalismo, fue también testigo de una explosión del desarrollo científico, técnico y productivo. En este marco, Marx elaboró una crítica estructural al capitalismo que revelaba sus contradicciones internas. La experiencia de la Comuna de París de 1871, aunque efímera, ofreció una lección fundamental para Marx: la necesidad de destruir el Estado burgués y sustituirlo por un poder obrero, lo que él denominó la dictadura del proletariado.

Marx fue un gran maestro del proletariado, por su contribución a la elaboración de la ciencia del proletariado, por ser consecuente en su práctica como dirigente en las luchas obreras de la época, ganándose el odio de las clases reaccionarias; convirtiéndose en un migrante del mundo, viéndose obligado a trasladarse a Londres en mayo de 1849 donde permanecería para el resto de su vida. Fue aquí donde fundó la nueva sede de la Liga de los Comunistas, estaba fuertemente involucrado con la Sociedad Londinense de Instrucción de los Obreros Alemanes, que realizaba sus reuniones en la calle Great-Windmill, en Soho.

Sus últimos años estuvieron marcados por la pobreza y el desgaste físico. No obstante, continuó desarrollando su obra más importante «El Capital», de la cual solo logró publicar el primer tomo en vida. Sus investigaciones para los siguientes volúmenes fueron completadas y editadas por Engels tras su muerte.

Las ideas de Carlos Marx siguen vigentes. Su análisis del capitalismo, su propuesta revolucionaria y su convicción en la capacidad transformadora del proletariado siguen siendo vigentes para quienes luchan por un mundo libre de explotación. Marx no solo interpretó el mundo: se propuso transformarlo, y su legado continúa siendo una guía para las luchas actuales por la emancipación de la clase obrera.

Engels dijo en su discurso en el funeral de Marx:

El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde, dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas le dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, le encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre.

Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana […] Pero no es esto solo. Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él. El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas […]

Por eso, Marx era el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo. […] Y ha muerto venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria, como él, diseminados por toda Europa y América, desde las minas de Siberia hasta California. Y puedo atreverme a decir que, si pudo tener muchos adversarios, apenas tuvo un solo enemigo personal. Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra.”

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