Elecciones que se celebrarán el próximo domingo en Chile
James Petras opina en relacion con las proximas elecciones que el extremismo del pinochetista de José Antonio Kast parece estarle jugando malas pasadas, llegando incluso a hacer inclinar la balanza de las elecciones presidenciales
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL
En su habitual entrevista con la emisora uruguaya Radio Centenario, el sociólogo estadounidense James Petras opina en relación con las elecciones que se celebrarán el próximo domingo en Chile, que el extremismo del pinochetista José Antonio Kast , parece estarle jugando malas pasadas, llegando incluso a hacer inclinar la balanza de las elecciones presidenciales a favor del centro izquierdista Gabriel Boric, una suerte de «modelo europeo», que aparece políticamente cruzado por vetas feministas y ecologistas.
Al respecto, James Petras aseguró que
«La nueva alternativa electoral Boric ha aumentado sus expectativas debido a que sectores del ámbito del centro-izquierda y del centro-derecha, se han decidido a votar en contra Kast. Creo que que existe la posibilidad de que el centro-izquierda gane las elecciones, pero con un programa extraordinariamente tibio y con muchas limitaciones. Tienen, no obstante, un problema y es que la participación va a ser altísima, más del 50%. Si no tuvieran un programa reformista podrían perder la oportunidad de ganar las elecciones».
Al ser preguntado si entonces para ganar hay que moderar los programas y las propuestas, Petras respondió:
«La cuestión es que lo moderan para la derecha, pero no para las grandes masas, que han estado movilizadas en las calles mostrando la fuerza popular. Por ello para ganar sectores de la derecha y ganar sectores de izquierda utilizan un doble discurso, para así atraer votos de ambos sectores. Utilizan, además, el ecologismo para atraer a los sectores de centro-izquierda, especialmente a aquellos provenientes de la clase media de las ciudades.
Por otra parte, -indica Petras- el problema que tiene el candidato pinochetista José Antonio Kast es que resulta demasiado extremista para Washington, un hecho que podría determinar que los demócratas no se vean comprometidos a prestarle su apoyo.
