Hoy en día, cuando miramos una enciclopedia o un documento que presenta contenido, estamos acostumbrados a ver una o más imágenes que están asociadas a la explicación. Es a Comenius a quien debemos esta práctica.
Sigamos aquí su razonamiento, basado en una exigencia democrática. Comenio consideraba que «en las escuelas, todos deben ser instruidos en todo«. Pero sabe que hay una contradicción con la inmensidad de las cosas que hay que aprender si te especializas. Por lo tanto, debemos encontrar la manera de asegurarnos de que el espíritu científico prevalezca siempre sobre las cosas que descubrimos, incluso si no las hemos estudiado.
Comenio dice así:
«Por lo tanto, es necesario llegar a una organización tal que nadie, durante su estancia en la tierra, se encuentre con algo que le sea absolutamente desconocido y de lo que no pueda sacar ventaja en alguna medida, sensatamente y sin caer en las trampas del error».
Comenio ha encontrado como medio nada menos que la imagen. Si, de hecho, el pensamiento refleja la realidad, como una tablilla que inscribe lo que los sentidos le proporcionan como información, entonces todo pasa a través de la imagen.
¿Cuál es el papel de la imagen? De hecho, Comenio considera que la mente humana se divide en tres partes: inteligencia, voluntad y memoria. Estas partes no están separadas, y la enseñanza debe iluminar el intelecto, dirigir la voluntad y despertar la conciencia.
Se trata de una división, una vez más, de acuerdo con el materialismo dialéctico: la conciencia debe aprehender la realidad, mientras está detrás de ella en su transformación (ya que sólo refleja la realidad); la voluntad debe ser dirigida de acuerdo con principios; Por último, la inteligencia debe ser iluminada, es decir, debe beneficiarse del desarrollo y de métodos eficaces.
La imagen tiene aquí una función esencial. Es un punto de referencia y una guía; esto es lo que explica Comenio, en el prefacio a su obra El mundo en imágenes:
«He aquí, pues, una nueva ayuda y un nuevo recurso para las escuelas: la pintura y la nomenclatura de todas las cosas fundamentales que existen en el mundo y también de todas las acciones principales que se realizan en el curso de la vida humana.
Para que no les parezca aburrido, mis queridos maestros y tutores, hojear y leer detenidamente este libro, les diré, en pocas palabras, el gran beneficio que podrán obtener de él.
Este libro, como ves, no es un gran volumen. Es, sin embargo, un compendio de todo el mundo y de toda la lengua, un compendio que está adornado y lleno de pinturas, nomenclaturas y descripciones de todas las cosas.
I. Las pinturas o figuras son ideas o retratos de todo lo que es visible en el mundo; a estas ideas de las cosas visibles se unen en cierto modo las de las cosas invisibles, y esto en el orden en que han sido dispuestas y descritas en la Puerta de las Lenguas [un manual para aprender un idioma extranjero, basado en el mismo principio de las imágenes], de modo que no se ha omitido ni descuidado nada necesario y esencial.
II. Las nomenclaturas son los títulos e inscripciones que se han adherido a cada una de las pinturas o figuras y que expresan, en términos generales, el contenido de su materia.
III. Las descripciones son las explicaciones del cuadro o figura según sus partes. Estas explicaciones se expresan con sus propios nombres, de modo que el mismo número puesto en la figura o cuadro y junto a su significado, muestra de forma evidente las cosas que se corresponden entre sí. »
Publicado a mediados del siglo XVII, El mundo en imágenes, cuyo verdadero título es Orbis sensualium pictus (La imagen del mundo sensible), tuvo un éxito considerable en Europa. Era un manual de aprendizaje muy popular; Tenía dos versiones cuatrilingües (latín, alemán, italiano y francés, así como latín, checo, alemán y húngaro).
Johann Wolfgang von Goethe lo presentó en sus memorias como la primera obra real para niños.
La Puerta de las Lenguas, mencionada anteriormente, es un libro de texto de idiomas basado en un principio muy similar, y basado de manera similar en la visión materialista del mundo.
Para aprender una lengua, más que la acumulación de palabras, Comenio abogaba por el aprendizaje razonado. Su Porte des langues consiste en bloques de palabras en latín y en otro idioma, agrupadas por temas.
Las 8000 palabras más utilizadas se agrupan en 1000 temas, con el fin de facilitar la comprensión y el aprendizaje. No es difícil ver la fantástica modernidad de este enfoque.
Sin embargo, Comenio, juzgando que el enfoque todavía era demasiado difícil, añadió las imágenes, que condujeron al Orbis sensualium pictus, cuyo epígrafe anuncia con orgullo: Omnia sponte fluant, absit violentia rebus (Que todo llegue espontáneamente, que la coerción sea desterrada). Cada imagen tiene números en su interior, vinculados a un vocabulario preciso, lo que le permite formar una mejor imagen, reflejando la realidad.
El Orbis sensualium pictus tenía, pues, una doble naturaleza: se utilizaba para presentar la realidad a través de escenas, permitía adquirir el vocabulario que la acompañaba, y si el vocabulario en una lengua extranjera se colocaba en paralelo con el texto en la lengua nacional, se producía el aprendizaje de una nueva lengua.
VIVE LE MAOÏSME!
LA RUPTURE ET LA CULTURE