TERCERA ETAPA NÚMERO V
Cuatro años (2018-22) perdidos que pasaron sin saber que pasaron. Para recuperar el tiempo que no volverá, se necesitaría por lo menos, un quinquenio de reformas profundas y ayuda del Departamento de Compras y Contrataciones, entre otros, para desenmarañar todos los entuertos en la Universidad y la sociedad.
En La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), ocurre algo insólito, porque nadie se retira y todos los rectores desde 1990, con una ligera excepción, se muestran imprescindibles y, hasta cargan con unas siglas debajo del brazo, que les permite concertar posiciones burocráticas en el tren administrativo universitario ¡Oh presupuesto, cuantos abusos se cometen en tu nombre! ¡Que sangría a la vena aorta presupuéstal!
Según el lenguaje coloquial, una puerta giratoria te ayuda a marcharte sin obstáculos y, el movimiento en lugar de salir, te devuelve, para enquistarte en la Universidad. Esto es aplicable a rectores, vicerrectores, decanos y decanas, directores departamentales, algunos profesores y burócratas requetecontratados.
La Academia más antigua de América, tiene adherida al presupuesto universitario muchos burócratas, comenzando por un consejo de rectores retirados, con un sueldo, que muchos profesores quisieran tener. Todos los miembros del actual Consejo Universitario, evaden la respuesta de supresión de este adefesio en la UASD. Somos la única Academia del mundo que los burócratas reciben mas salario que los profesores. En ocasiones, esos oficinistas, dan un brinco y hasta trepan al aérea académica. y, eso no es nada, hasta algunos dirigentes estudiantiles y sus esposas, son empleados del exiguo presupuesto universitario.
Algunos dichosos, como un antiguo amigo decano que le dejaron su sueldo con chofer y vehículo de la Universidad, porque hizo proselitismo con las pasadas autoridades, por recomendaciones de la progresía que lo solicitó. Los vehículos, los fines de semana son llenados de combustibles para uso personal. Suerte que estamos en período de restricciones económicas en República Dominicana.
Entre los lunares que esta institución debe corregir, es el abuso de algunos burócratas, que se dicen estrategas y hasta insultan, como lo hicieron en la pasada campaña del 2018 al pasado rector, que le permitió huir para apoyar a los incumbentes del 2018 – 2022. Estos difamadores recompensados, le dijeron ladrón y cobarde y que lo iban a meter preso. Lo mismo ocurrió, con el recién electo Editrudis Beltran, que un izquierdista de los que se autodefinió puro, le decían improperios como: mono y ladrón. El trofeo fue, conseguir la creación de una buena teta,, para aumentar su economía personal mensual.
¿Que dirá el Consejo Universitario de los bachilleres que reciben emolumentos de cien mil pesos mensuales por esconderse bajo los ruedos de candidatos? ¿Puede alcanzar el Presupuesto de la UASD con semejantes distorsiones?
La respuesta de un chusco fue, “todos somos uasdianos”; le contesté al interlocutor recién designado, que ese término significa cómplice y no estoy de acuerdo.
Le espeté, “Puedes buscar la definición de universidad pública, sobretodo en un país con una economía neoliberal y un pueblo sobre explotado y de seguro, repudiarás estas desfachateces”.
Creer, que solo habrá luces y nada de oscuridad en este mandato rectoral, seria una insensatez. Los que se fueron y volvieron por la puerta giratoria, no serán contratados por empresas privadas por su sapiencias culturales y científicas, todos aspiran ser ministro o viceministros o una beca en el exterior en una embajada. Las capacidades de maniobras no se harán esperar; sentémonos, para no cansarnos.
Demostrar que tenemos científicos capaces de probar la deserción del los educandos universitarios en periodo de la pandemia Covid19, eso esperan los que aportan su sangre, sudor y lagrimas al Presupuesto de la UASD. ¿El proceso de aprendizaje fue cumplido? ¿El profesorado utilizo la plataforma de la Universidad, que pudiese comprobar su efectividad? Muchos profesores utilizaron alumnos, para no facilitar su teléfono personal, por lo tanto, hubo carencia en el seguimiento al proceso de aprendizaje. Muchos educadores aumentaron su riqueza mensual con la venta de folletos y libros, sin ninguna supervisión de las autoridades 2018-22. Esto lo comprobé observando en las facultades, donde se realizaban las operaciones. ¿Como lo supe? Le preguntaba a los alumnos y comprobaba con los hechos.
Varios alumnos y profesores consultados, dijeron, “sólo tenían conectividad un 30 %, como mucho de la matricula inscrita, porque el resto, presentaban excusas por ausencias, en otras labores. La presencialidad, dejó mucho que desear: alumnos acostados en una cama, en el sofa, otro, con un niño gritando, cocinando, etc. La pandemia originó improvisaciones, que permitió muchas irregulares nunca vigiladas.
La calidad educativa presencial, fue muy exigua. Mientras tanto, el nacimiento de la docencia en las redes, sirvieron para insertar profesores a la educación por las redes, ante una desvalida preocupación por las tics. Esto, originó muchas cherchas entre los internautas. Algunos profesores tenían problemas en el uso del correo electrónico y las contraseñas. Participe en cursos que promovió el actual Rector Editrudis Beltrán, fue un exito. Algunos, usaban el teléfono para llamadas y carecían de un buen ordenador.
Como el calidómetro no existe, tantos asesores que tenían las pasadas autoridades y ninguno se les ocurrió, encuestas, o quizás, hasta un escrutinio telefónico. Por eso, insisto que cuatro años perdidos que pasaron volando, con el paréntesis de la visita de la representante del imperio yanki a la UASD, que ni siquiera mereció un comentario de los boca revolucionarios y progresistas, como le gustan que le tilden.
Un chusco le comentaba a otro: “recuerda bien, nunca comparezcas donde un médico o ingeniero graduado al término de la pandemia, porque te arrepentirás.
Continuará…
Por Mayobanex Mueses, Profesor de la UASD
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