La educación, nicho de negocio para una industria educativa global con altas rentabilidades

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Parafraseando a Gramsci, si la ideología de la clase dirigente es asumida por la clase dominada, no se necesitan tanques de ocupación

La educación, nicho de negocio para una industria educativa global con altas rentabilidadesFoto: Ceronegativo

El capitalismo persigue el beneficio, éste es su objetivo principal. Por ello necesita crecer continuamente y obtener más beneficio. El problema es que al capitalismo, ya no le quedan prácticamente nuevas fronteras donde expandirse geográficamente. La última frontera, el último “far west”[1] que le quedaba por asaltar son los bienes comunes, lo público y, sobre todo, los servicios sociales que proporcionan los Estados. Una fuente inagotable, puesto que son básicos, necesarios y esenciales para todos los seres humanos de todo el planeta.

La globalización neoliberal implica alimentar la insaciable necesidad del mercado de crecer mediante la redefinición como ‘productos’ de sectores enteros que anteriormente eran considerados ‘bienes comunes’ que no estaban en venta: la salud y la educación, las ideas, las semillas, los remedios tradicionales aborígenes, las plantas e incluso los genes humanos. Las grandes corporaciones multinacionales necesitan cada vez más ámbitos que les proporcionen beneficios.

La expansión de la narrativa del mercado educativo

Desde hace tiempo las corporaciones empresariales y los grandes fondos financieros[2] han visto la educación como una fuente de obtención de beneficio, un nicho de negocio extraordinario. Desde la educación infantil hasta la educación universitaria, la formación a lo largo de toda la vida. Además de ser un espacio de disputa clave en la transmisión ideológica y “normalización” de sus postulados y del capitalismo como forma de concebir el mundo y las relaciones sociales. Parafraseando a Gramsci, si la ideología de la clase dirigente es asumida por la clase dominada, no se necesitan tanques de ocupación.

La educación se ha mercantilizado en los últimos 20 años, coincidiendo con las llamadas de los lobbies a hacer de este un sector más con el que ganar dinero. El primer ladrillo en el proceso acelerado de mercantilización europea de la educación lo puso el lobby empresarial europeo European Round Table (ERT) con su informe de 1989 Educación y competencia en Europa, diseñado por los lobistas de las multinacionales europeas más importantes en el que establecen que “la educación y la formación tienen que estar al servicio de la empresa”.

La enseñanza constituye uno de los mercados más vastos y de mayor crecimiento por conquistar, según declaran los empresarios en sus encuentros internacionales

De educar a pensar en ganar dinero en la educación

En 1995, la Comisión Europea presenta su libro blanco sobre la educación y la formación, en el que refleja casi textualmente la filosofía de ese informe. La línea de pensamiento que ha marcado desde entonces las políticas educativas europeas la resumió el presidente de Coca Cola en 1998, en el encuentro mundial de la Global Alliance for Transnational Education (GATE): “Desde el punto de visto del empresario, la enseñanza constituye uno de los mercados más vastos y de mayor crecimiento (…), los empresarios consideran que la enseñanza es un extenso mercado por conquistar”.

Hemos pasado de pensar en educar a pensar en ganar dinero. Un negocio de 137 millones de estudiantes en la UE entre todas las etapas educativas, 20 de ellos en la Universidad. El cálculo del mercado educativo es de 6,5 billones (6,1 billones de euros) anuales y alcanzará los 10 billones de dólares (8,9 billones de euros) para 2030, según el estudio de la consultora Holon IQ. En la UE, la OCDE calcula que los países de la UE se aproximan al billón de euros anuales en inversión pública en educación. A lo que hay que sumar en España, por ejemplo, el gasto privado en educación[3], que ha subido un 50 % desde que empezó la crisis en 2008, pasando de 8.700 millones de euros a 12.300 millones de euros, según datos del Ministerio.

De derecho educativo a negocio de la educación

La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales del PP (FAES) es el lobby que ha establecido la narrativa para aplicar el modelo neoliberal del mercado en la educación en España, demandando que se financie a los centros de acuerdo a la “demanda” de los clientes y los “resultados” que obtengan en las pruebas PISA.

Pero ha sido la falta de interés y voluntad política, así como el déficit de inversión pública lo que ha construido y favorecido que se cree un mercado educativo.

El traspaso de fondos públicos a instituciones privadas y el desembarco en la educación de una lógica de “cuasimercado” empezó en 1985, cuando el Gobierno de Felipe González creó la escuela concertada con la LODE y decidió financiar a centros privados, mayoritariamente en manos de la jerarquía católica (el mayor lobby de presión en España). Traspaso que se ha duplicado y reforzando con las sucesivas leyes: la LOE, la LOMCE y la actual LOMLOE.

Fuente: Sánchez-Caballero (2020). A partir de los datos del Ministerio.

Sumario: El gran negocio: gestión de centros educativos, producción de materiales, test, evaluaciones y libros de texto, enseñanza online, comedores, transporte…. y los datos de los alumnos

El desembarco de los fondos buitre en la educación española

La educación se ve por estos actores como un nicho de negocio, una industria educativa global (‘Global Education Industry’) con altas rentabilidades, que incluye muchos tipos de negocio: gestión directa de centros educativos, producción de materiales escolares y libros de texto, enseñanza online, servicios de consultoría, edu-marketing, servicios de producción de test, evaluaciones, así como la privatización de servicios muy diversos que van desde los comedores escolares o el transporte del alumnado hasta los servicios de inspección educativa, etc.

En los últimos ocho años han comprado más de 56 colegios en España, sobre todo privados y preferentemente internacionales, para abrirse al mercado latinoamericano y traer estudiantes a España. La procedencia de estos fondos buitre es británica, norteamericana y suiza. Pero las inversiones se dirigen también a la creación de centros propios en distintos niveles de la enseñanza, pero sobre todo en los no obligatorios.

Por ejemplo, en el caso de Andalucía, en Educación Infantil, en el curso 2009-10 había 930 centros privados, mientras que en el curso 2020-21 alcanzaban la cifra de 1.581, es decir, un 70 % más, mientras que los centros públicos aumentaron un 18 %. En Bachillerato el número de centros privados aumentó un 16 %, mientras que el de los públicos lo hizo en un 11 %. En la Formación Profesional de Grado Medio el incremento del número de centros privados ha sido del 59 %, mientras que el de centros públicos fue del 3 %. Donde el aumento de la inversión privada en la creación de centros ha sido más espectacular es en el caso de los Ciclos de Grado Superior de la Formación Profesional. Entre el curso 2009-10 y el 2020-21, el número de centros privados que imparten estas enseñanzas ha aumentado un 108 %, mientras que el de los centros públicos lo ha hecho en sólo un 12,5 %.

No obstante, este aumento de la demanda por sí sólo no generaría esas expectativas si no se complementara con políticas de abandono del sector público.

El sector de la educación es considerado un sector rentable y estable, y con un potencial de crecimiento enorme. Por eso grandes empresas están invirtiendo en la industria educativa, desde la mayor de ellas, Pearson, hasta las más recientes tecnológicas y la gestionan como si fuera una empresa, olvidando que es un derecho, un bien común.

Educación no universitaria

Los fondos de capital riesgo han desembarcado en la educación española, intensificando la compra de grupos educativos nacionales y buscando altas rentabilidades en este sector en expansión, ante la falta de financiación pública de la educación y las expectativas de crecimiento con el creciente proceso de escolarización en el primer ciclo —de 0 a 3 años—, animado y financiado por las administraciones públicas.

Un ejemplo de ello son los colegios Laude, un grupo compuesto por diez centros privados repartidos por el país. En 2006, los fondos Dinamia y N+1 compraron cinco colegios por 18 millones de euros. El grupo fue creciendo con la compra de más centros hasta que en 2014, tras una inversión total de 35 millones, se vendió por entre 35 y 45 millones de euros al gigante International School Partnership (ISP), cuyo principal accionista es Partners Group, la firma de capital riesgo más grande de Suiza. A día de hoy, el grupo Colegios Laude SL es el segundo más grande del sector.

Otro ejemplo es el banco privado Andbank que ha creado la sociedad de capital riesgo Noesis Educación para invertir en colegios privados en España, “especialmente de currículo británico”, y venderlos a un inversor internacional con un incremento sustancial de las ganancias.

Además, en las últimas dos décadas ha crecido un sector conocido como “nueva concertada”, sobre todo en la Comunidad de Madrid, donde se les cedió terreno público para implantar su negocio. Son colegios en manos de empresas o colectivos ultrarreligiosos, que funcionan con lógicas de mercado y consiguen importantes beneficios a través de cuantiosas cuotas (supuestamente voluntarias) por los servicios educativos y por el cobro de todo tipo de servicios complementarios.

En el ámbito de la escuela concertada están surgiendo nuevos actores como la empresa Scientia, que se dedica a reflotar centros concertados en apuros, exprimiendo más aún al profesorado y convirtiendo todos los espacios de los centros en negocio para facturar con las otras áreas de su empresa.

Los fondos de capital riesgo buscan negocio en la FP ante el aumento de la demanda, que ha crecido  un 45% y la escasez de plazas públicas

Formación Profesional

De la misma forma, los fondos de capital riesgo buscan negocio en la FP ante la escalada de demanda (han ganado en la última década más de 300.000 alumnos, un crecimiento del 45 %, hasta alcanzar el millón de estudiantes) y la escasez de plazas, que está provocando que miles de alumnos se queden fuera del título que querían cursar, según el sindicato CC. OO. Los gobiernos conservadores están provocando e impulsando está privatización por la desatención deliberada de la inversión en FP pública.

Es un proceso análogo al que se ha vivido en la universidad al calor de una demanda creciente no satisfecha: en el año 2.000 había 16 campus privados, hoy son 40, mientras que no se ha vuelto a inaugurar un campus público desde 1997. Para terminar de cerrar el círculo, muchas de esas universidades privadas ofrecen hoy títulos de FP de grado superior a través de centros asociados.

Un ejemplo en la FP es el fondo español Queka Real Partners que en 2018 adquirió el 51 % de la empresa andaluza Medac, una red de 30 centros de FP, por 15 millones de euros, y en 2021 el fondo buitre estadounidense KKR la compró por 200 millones. La compra de Medac por parte de KKR se suma a otras dos adquisiciones hechas por la firma en 2020: MasterD, el mayor grupo educativo en formación abierta en España especializada en preparación de oposiciones y cursos de FP, y el Instituto Técnico de Estudios Profesionales (ITEP). El nuevo grupo se convirtió así en la mayor empresa española de FP. Unidas controlan una oferta de cerca de 350 cursos de 50 titulaciones oficiales de FP y másteres ofertados en sus 60 centros que forman a cerca de 94.000 alumnos al año.

Educación Universitaria

La enseñanza universitaria también es objeto de interés por parte del mundo de los negocios. Mientras que en 1995 eran siete, actualmente son 40 las universidades privadas que operan en España, representando ya casi el 50 % del total de universidades.

En el ámbito de la Educación Superior esta tendencia se ha disparado. En 2018, el fondo de inversión Permira pagó 770 millones a Laureate por la Universidad Europa de Madrid, Canarias y Valencia, IEDE Business School y Real Madrid Graduate School, además de otros dos centros portugueses. Tres meses después, CVC adquiría la Alfonso X El Sabio por alrededor de 1.100 millones. En 2019 salía al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) Proeduca, cuyo negocio principal es la Universidad Internacional de La Rioja. En su primera jornada en el MAB, las acciones se dispararon un 16 %.

Gran parte del ‘boom’ de este mercado se explica, en parte, por el aumento en competitividad de la privada en un contexto de subida de precios en la pública. Las universidades privadas españolas esperan un crecimiento estimado del sector del 30 % hasta 2025, debido a la caída de la inversión en las universidades públicas.

La mitad de las Universidades en España son privadas. El 44% del alumnado que cursó un máster en el curso 2020/21, lo hizo en estas universidades. Una década antes eran el 23%

El gobierno conservador de Andalucía recientemente ha dado el visto bueno para la puesta en marcha de otras dos nuevas universidades privadas, en Sevilla y Málaga. El Ministerio de Universidades señalaba que, en el curso 2020-2021, el 44 % del alumnado que se matriculó en un máster lo hizo en instituciones privadas. Una década antes eran solo el 23 %.

Los inversores se rifan la universidad española, sobre todo el negocio de los masters, los centros de posgrado con títulos propios y las escuelas de negocios. Un ejemplo es Magnum Capital, que ha puesto en marcha dos grandes grupos educativos: Digitalent, que engloba a escuelas de negocios como ISDE, ISDI, IEBS y Eserp, así como la compañía de programación Coders y la de formación profesional tecnológica Digitech; y, por otro lado, Metrodora, un proyecto enfocado a la formación sanitaria en FP, en la educación superior, y la formación continua, muy centrada en cursos y preparación de exámenes oficiales.

Educación Digital

También las tecnológicas pelean por coger su trozo del pastel del negocio educativo. Se prevé que el sector de la formación online, según un informe de la consultora MarketsandMarkets, se disparará desde los 8.400 millones de dólares con que cerró 2020 a unos 33.200 millones en 2025. Google, IBM, HP y muchos otros gigantes han saltado de lleno al sector, donde el negocio real son los datos del alumnado (el oro blanco del siglo XXI). Diversas plataformas ya están en manos de inversores y empresas de riesgo de Silicon Valley, que crecen día a día a medida que incorporan nuevos contenidos y asociaciones de proveedores.


La Global Education Industry dicta las políticas educativas

Lo que se detecta de fondo es que cada vez hay un giro más radical en el enfoque de la incursión de las empresas en la educación: de ofrecer recursos para el aula, abordarlas como un mercado en expansión y utilizarlas para transmitir su ideología[4] y una forma de gobierno en la distancia a modelar las políticas educativas y el propio sentido de la educación.

El auge de la Global Education Industry, conformada por una amplia gama de empresas educativas, cadenas privadas de escuelas, consultorías o grandes conglomerados educativos, que abarca cada vez más etapas, ámbitos y niveles formativos, no solo tiene que ver con la privatización de la educación, sino con un cambio radical del sentido y finalidad de la educación, marcado por la ideología neoliberal. Pasando a considerarla, no como un derecho humano y social, básico para el desarrollo vital de toda la población y la cohesión de la sociedad, sino como un medio para potenciar la competitividad del sector industrial de un territorio y una oportunidad de éxito individual, para quienes sean capaces de aprovecharla, con el fin de triunfar en una sociedad de mercado competitiva y darwinista.

Por lo tanto, se considera que las familias y los propios estudiantes deben estar cada vez más dispuestos a invertir su dinero en una educación “rentable” y en aquellos productos y servicios relacionados con la educación, orientados a mejorar los resultados de los estudiantes, para aumentar su “empleabilidad” individual en el futuro mercado laboral y, a su vez, incrementar el crecimiento y la competitividad del país a escala internacional

Este fenómeno, tiende a transformar el sistema educativo mismo y el sentido de la propia educación, poniendo en marcha una “verdadera industrialización educativa y de la formación”, creando auténticos “mercados educativos” impulsados por los principios de la elección-selección y la competición.

Bibliografía

Cinco Días. (2019). El apetito inversor desembarca en el sector educativo. El Paíshttps://bit.ly/3uGpIlv

Merchán, J. (2022). El negocio de la educación. El Diario de Sevillahttps://bit.ly/4bLyhwi

Sánchez-Caballero, D. (2020, febrero 5). 35 años de leyes para privatizar las aulas: de la LODE a la LOMCE. El Diario.es https://bit.ly/3T30aZ5

Turienzo, D., Prieto, M., Manso, J., & Thoilliez, B. (2022). El profesorado en el punto de mira: estrategias de influencia de las empresas españolas en el sistema educativo. Revista Española de Educación Comparada, (42), 151–172. https://doi.org/10.5944/reec.42.2023.34310


[1] Se denomina “Far west” porque era la visión norteamericana de la “frontera salvaje”, donde no había leyes para aquellos que estaban dispuestos a saquear y conquistar a costa de lo que fuera (el genocidio indio fue una de sus consecuencias, que aún hoy sigue invisibilizado y oculto en la cultura norteamericana).

[2] Los fondos de capital riesgo son denominados “fondos buitre” porque se rigen por la búsqueda del beneficio rápido de sus accionistas, troceando las empresas y saqueando aquellos sectores que dan el mayor beneficio y mandando al paro al resto y luego volando hacia otros sectores donde empezar de nuevo el proceso; un ejemplo de ello es el personaje de Richard Gere en la película Pretty Woman.

[3] En una sociedad capitalista híper competitiva, las familias que pueden permitírselo buscan la mejor inversión para sus hijos e hijas. En países asiáticos como India, Singapur, Taiwán, Corea del Sur o China se extiende la “fiebre de la educación”. Hay familias que venden sus casas, se endeudan, renuncian a sus seguros de salud e incluso a sus pensiones para pagar, sobre todo, las facturas de estas escuelas.

[4] La contaminante Repsol ofrece contenidos curriculares sobre medio ambiente y sostenibilidad y la ecocida Endesa “buenas prácticas medioambientales”. Elaboran unidades didácticas listas para aplicar en clase —los contenidos que aprende el alumnado— o galardones que premian su forma de entender el sector, con el apoyo y la participación de las administraciones educativas (Turienzo et al., 2022).

(*) Profesor Facultad Educación Universidad pública de León

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