EL NUEVO PROYECTO EDUCATIVO DE LA UE: ¿IGUALDAD DE OPORTUNIDADES O PRIVILEGIOS PARA UNOS POCOS?

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¿Estamos creando una sociedad de dos velocidades educativas?

En un planeta como el nuestro, donde la educación define el futuro, Europa se enfrenta a un dilema: modernizar sus métodos pedagógicos sin sacrificar la equidad. Con la privatización en aumento y métodos de enseñanza innovadores bajo el microscopio, ¿qué camino deberíamos elegir para garantizar que todos tengan acceso a una educación de calidad? ¿Puede una educación moderna cumplir su promesa de Inclusión?

POR MARTÍN ÁLVAREZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

   En el curso de los últimos años, hemos estado asistiendo a un intenso debate sobre la educación en Europa, especialmente a partir del año 2000 con la llamada «Estrategia de Lisboa».

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     La discusión ha estado centrada en cómo debería ser el sistema educativo quién debería tener acceso a una educación de calidad. Un aspecto preocupante de este debate está siendo la fuerte tendencia creciente a privatizar la educación, es decir, a hacer que las escuelas funcionen más como si de empresas privadas se tratara, que como instituciones públicas destinadas a servir a toda la sociedad.

LA «ESTRATEGIA DE LISBOA»

   La llamada «Estrategia de Lisboa» a la que hemos aludido, consistió en un plan de desarrollo económico y social adoptado por la Unión Europea en marzo del año 2000, durante una Cumbre especial de jefes de Estado y de gobierno en Lisboa, Portugal. 

     El objetivo principal de esta «Estrategia» fue la de convertir a la Unión Europea en la economía basada en el conocimiento más competitivo y dinámico del mundo, que fuera capaz de sostener «un crecimiento económico con más y mejores empleos y una mayor cohesión social», todo ello antes de 2010.

   Para alcanzar estos ambiciosos objetivos, los protagonistas de tal estrategia alegaban que esta estaría centrada en la aplicación de una serie de políticas clave que incluirían la «reforma en el mercado laboral», supuestos avances en la educación y la formación, impulso a la innovación y la economía digital, y medidas para la inclusión social. 

    Específicamente en el terreno educativo, la «Estrategia de Lisboa» destacaba la importancia de adaptar los sistemas de educación y formación para «responder mejor a las  necesidades de la sociedad del conocimiento», promoviendo la innovación pedagógica, el aprendizaje a lo largo de toda la vida y la movilidad de estudiantes y trabajadores dentro de la Unión Europea.

     A lo largo de los años, la Estrategia de Lisboa ha sido objeto de diferentes revisiones con la finalidad de adaptarse a las cambiantes circunstancias económicas y sociales, culminando ahora en la «Estrategia Europa 2020», lanzada como la sucesora de la anterior. La «Estrategia Europa 2020» se ha propuesto «objetivos renovados y específicos para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador», manteniendo algunos de los ideales de la Estrategia de Lisboa pero ajustándolos «a los desafíos post-crisis financiera global».

DOS PROYECTOS

     Pero, en realidad, ¿qué es lo que se escondía detrás de todos estos deslumbrantes objetivos, que se han enmascarado tras una jerga tecnocrática engañosa?


    En realidad, la idea subyacente que ha primado en estos grandilocuentes proyectos europeos nos ha sido otra que la de privatización educativa. Ambos han partido y parten de la base del hecho de que en determinadas escuelas, llamadas «concertadas» o «privadas», se ofrece una educación de mejor calidad porque tienen «menos regulaciones» y pueden operar de manera más «independiente». Estas escuelas suelen tener exámenes rigurosos, asignar tareas para casa y siguen métodos de enseñanza tradicionales. 

   Por otro lado, en las escuelas públicas, especialmente en áreas menos privilegiadas, se promueven métodos de enseñanza más modernos, como aprender a través de proyectos o el uso de tecnología en el aula. Sin embargo, estos nuevos métodos a menudo se critican por no ofrecer una educación tan rigurosa o detallada como los métodos tradicionales.

    Un problema con la privatización es que crea dos sistemas educativos diferentes: uno para la clase dominante, que puede permitirse escuelas privadas, y otro para el resto de la sociedad, que depende de la educación pública. Esto no solo es injusto, sino que también puede llevarnos a una sociedad todavía más dividida, donde solo unos pocos tienen acceso a las mejores oportunidades.

     Además, la tendencia hacia la privatización y a los nuevos métodos de enseñanza ha sido apoyada por algunos gobiernos y políticos que se consideran de «izquierda», lo que ha sorprendido a no pocos.

     Estos políticos argumentan que están «modernizando» la educación y haciéndola más «inclusiva». Sin embargo, los críticos de estas políticas señalan que, en realidad, lo están haciendo es justo lo contrario: excluyendo a los estudiantes de familias trabajadoras de una educación de calidad y preparándolos solo para ser trabajadores precarios en el futuro.

REFORMAS INDICATIVAS

     Lo más preocupante de estas reformas educativas es que a menudo se implementan sin una discusión abierta con profesores, padres y estudiantes, que son los más afectados por estos cambios. Muchos maestros y profesores se sienten frustrados porque se les pide que adopten nuevos métodos de enseñanza que creen que no benefician realmente a los estudiantes. Además, la burocracia y la constante necesidad de adaptarse a nuevas regulaciones pueden hacer que sea difícil para los maestros concentrarse en lo más importante: enseñar.

   El debate sobre la educación en Europa está preñado de contradicciones. Por un lado, existe un deseo de modernizar la educación y hacerla más relevante para el siglo XXI. Por otro lado, existe el riesgo de que estas reformas amplíen la brecha entre ricos y pobres, y entre quienes tienen acceso a una buena educación y quienes no. En cualquier caso lo que resulta realmente crucial es que cualquier tipo de cambios en el sistema educativo se haga de manera transparente y con la participación activa de toda la comunidad educativa, para garantizar que todos los estudiantes, sin importar su origen social, dispongan de las mismas oportunidades de aprender y prosperar.

https://canarias-semanal.org/art/35749/el-nuevo-proyecto-educativo-de-la-ue-igualdad-de-oportunidades-o-privilegios-para-unos-pocos

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