
Por Red Universitaria por Palestina
«Gaza no tiene garganta,
son los poros de su piel los que hablan,
de sudor, sangre y fuego»
(Mahmoud Darwish)
El 18 de marzo el Estado sionista israelí decidió romper el alto el fuego y bombardeó de nuevo Gaza asesinando a más de 634 personas, más de 183 de ellas niños y niñas, e hiriendo a otras 1172. No ha habido ningún comunicado de condena por parte de las universidades españolas, ni del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ni del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
El pasado noviembre, el profesor, escritor y médico colombiano Víctor de Currea-Lugo cerraba su contribución en las jornadas “La Universidad ante el Genocidio”, preguntándonos: “¿Después del genocidio en Gaza, tiene sentido hablar del derecho internacional?, ¿es posible hablar de los convenios de Ginebra después de Gaza?” Poco antes, la escritora y antropóloga argentina Rita Segato adelantaba la respuesta: “El Estado de derecho siempre tuvo una naturaleza ficcional. Pero la ficción existía y era creída. Como ficción y como creencia cumplía su papel en otorgar una gramática a la vida social y a las relaciones internacionales. Esa gramática ya no existe”.
Interpelando a ese conjunto de reglamentaciones jurídicas que dan forma al derecho internacional, Rita Segato reconoce que la complicidad occidental con el genocidio en la franja de Gaza, extendido a Cisjordania, Líbano y Siria, ha acabado por tumbar definitivamente ese frágil y sesgado marco del Estado de derecho occidental. Hoy, bajo el lema del rearme, la Europa burocrática del engaño, de la falsa moral, las apariencias vacías y los dobles raseros, en sus funciones como autoridad en la colonia, quiere imponer el poder de muerte que aplasta impunemente a Palestina, para golpear también a la población trabajadora en Europa, igualmente colonizada y amordazada por EE.UU. y el sionismo.
En solidaridad con el pueblo palestino, como pueblos unidos y dignos, hemos de activar la reconstrucción de nuestra convivencia común colectiva. Esta reconstrucción ha de comenzar en Palestina y por el pueblo palestino, tal como defiende la propuesta del Grupo de La Haya, constituido por nueve países del Sur Global. Una unión que exige el cumplimiento de la legalidad internacional, y con ello respetar el derecho inalienable del pueblo palestino a su autodeterminación demográfica, territorial, cultural, económica y política, estableciendo una Palestina sin apartheid, sin limpieza étnica, libre de colonialismo e imperialismo. Una unión de y por los pueblos soberanos que bloquee los planes criminales y aberrantes del proyecto genocida de EE.UU., bajo la complicidad y el apoyo de la Comisión Europea.
En el idioma colonial, que llevamos cinco siglos empleando, «pacificar» siempre ha significado «exterminar». Eso es lo que significa, en último término, «civilizar», cuando el civilizador decide acelerar la «GESTIÓN» a la que se declara «universalmente destinado». Hemos avanzado del cristianízate o te mato, hasta el democratízate o te mato (Grosfoguel, 2016). Somos una sociedad GESTORA de muerte que lleva tiempo mirando al abismo al que le precipita su propia sed de sangre. Trump es el síntoma de un recorrido imparable, imperdonable e indefendible. Se llama colonialismo y es la ultraviolencia inherente a la condición imperialista del axioma del capital y la cosificación de la vida, sintetizada en delirios como el plan integral urbanístico de Gaza.
Durante los infames 15 meses de genocidio -que dan continuidad a los 77 años de violencia, asesinatos y ocupación contra Palestina y su pueblo-, sumados a los escasos tres meses de un alto el fuego, que Israel ha violado sistemáticamente desde su inicio, y que definitivamente rompió la pasada noche entre el 17 y 18 de marzo, los estados europeos han sido cómplices ejecutores con la barbarie y la criminalidad. En sus obligaciones han desobedecido a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que, bajo la opinión consultiva del pasado 19 de julio de 2024 dictaminó que “todos los Estados tienen la obligación de no prestar ayuda o asistencia para mantener la situación creada por la presencia ilegal de Israel en el Territorio Palestino Ocupado (TPO)”.
Desde el 7 de octubre de 2023, la Comisión Europea no sólo no ha suspendido la financiación a las instituciones y centros de investigación comprometidos con la ocupación ilegal, sino que ha inyectado 126 millones de euros de los fondos del programa Horizon Europe a la industria israelí, incluyendo a Israel Aerospace Industries (IAI), una de las mayores empresas armamentísticas de Israel. La misma Comisión Europea mantiene firmemente el Acuerdo de Asociación UE-Israel, aún cuando las acciones del Estado sionista violan ampliamente todos los artículos esenciales de dicho acuerdo.
Localmente, el Estado español, con su farsa de reconocer un Estado palestino ocupado, estrangulado y abandonado, ha continuado colaborando y alimentando con recursos militares al Estado sionista durante el genocidio en curso. Mediante el uso de los puertos y aeropuertos españoles, el Gobierno de España ha permitido el envío de más de 60.000 piezas de armas desde EEUU hasta Israel desde enero de 2024 hasta la actualidad. Por su parte, el Estado supremacista y de apartheid liderado por Benjamin Netanyahu, cualidades que el historiador Ilan Pappé identifica con un “Estado de Judea” etnonacionalista fuera de la órbita del liberalismo político, ha reconocido al partido político VOX como uno de sus nuevos aliados estratégicos en esta nueva entente de la internacional reaccionaria.
El blanqueamiento del genocidio por occidente ya no escapa de sus falacias fundacionales. El genocidio ha sido reconocido por todas las autoridades, expertos y expertas en la materia, advertido por la Corte Internacional de Justicia, así como concluido en los informes de Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Ante el despliegue de todos estos argumentos e informes que reconocen el genocidio contra el pueblo palestino, avalados por la orden de captura a Benjamín Netanyahu solicitada por la Corte Penal Internacional, la internacional reaccionaria liderada por la administración de EE. UU. responde a todas estas evidencias jurídicas sancionado a la propia Corte Penal Internacional.
Con todo ello, las instituciones soberanas, como son las universidades públicas del Estado español, tienen la obligación de cumplir los marcos legales internacionales, esos mismos que viola de forma sistemática el Estado sionista con total impunidad. Nuestro cometido principal, como Red Universitaria por Palestina (RUxP), implica exigir acciones concretas y efectivas a unas universidades, las nuestras, que en su disculpa no solo muestran complicidad con la más abominable y repudiable criminalidad, sino que también activan su propia autodestrucción.
El ataque a la soberanía pública de la gestión universitaria, en pleno desarrollo a través de la censura más atroz y disciplinante en ese ojo del huracán que ha sido siempre EE.UU., Europa y su colonialismo, aparecen como consecuencia del horror permitido y amparado en nombre de “la civilización”. La pasividad y la innacción de las instituciones ante el epistemicidio, el escolasticidio, ante el genocidio en curso en la franja de Gaza, en Cisjordania, y sobre toda la Palestina ocupada, rebota sobre la comunidad universitaria de EE.UU. en forma de amenazas, represión violenta y la rescisión de la financiación estatal, así como la deportación de toda la disidencia y de las voces críticas. EE.UU. pretende iniciar el desmantelamiento de toda gestión estatal de su sistema educativo. En nuestro estado, la desarticulación reaccionaria en la Comunidad de Madrid se materializa como plan de ataque a la independencia y la gestión pública de nuestras universidades y centros educativos. Unos ataques y una represión a la universidad pública que en España quiere ser capitalizada por los nuevos aliados del sionismo.
Sabemos que el desmantelamiento de la gestión pública de la educación, junto a la represión y la censura no son más que signos de debilidad y de miedo ante la nueva realidad que se impone: el derrumbe del imperialismo estadounidense que sostiene al estado de Israel. Los Estados de occidente, hasta ahora llamados democráticos y de libertades, se exponen ante el mundo como un “emperador desnudo”, como los verdaderos verdugos de este genocidio en el s.XXI.
Ante el genocidio la ley es clara, es el momento de romper todo tipo de relaciones, colaboraciones y actividades con cualquier institución de Israel. Es momento de ejecutar todas las sanciones diplomáticas y económicas sobre el estado invasor y colonial de Israel, tal como se ejecutaron contra Rusia al ocupar Ucrania. Unas acciones de ruptura de relaciones que en nuestro país ya han sido respaldadas por resoluciones judiciales, como la reciente sentencia a favor de las medidas de suspensión de colaboraciones con Israel por la Universidad de Granada, puesto que su cumplimiento queda recogido y obligado por el derecho internacional vigente. Cualquier complicidad y connivencia con el genocidio, como sucede en el caso de la Universidad de Oviedo y su apoyo al proyecto TICHE, financiado por el Fondo Europeo de Defensa, deberá ser denunciada ante los tribunales de justicia.
El pasado 7 de octubre de 2024, al cumplir un año de genocidio en curso, La Red Universitaria por Palestina mantuvo una reunión con la Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas (CRUE). En dicha reunión la RUxP presentó y envió un dossier con una serie de propuestas y medidas siguiendo las obligaciones jurídicas adquiridas por todos los estados, como terceras partes llamadas por la opinión consultiva de la CIJ, incluyendo, por tanto, a las universidades públicas de cada estado. La RUxP no ha recibido respuesta alguna. Tampoco ha recibido respuesta a las múltiples solicitudes de reunión enviadas desde entonces tanto a la CRUE, como a la Secretaria General de Universidades del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Ante un silencio que se completa viendo matar a niños y niñas inocentes sin más remordimiento que la pena inerme, como base humana de nuestras instituciones universitarias, de todo el personal que las sostienen, nosotras no vamos a permanecer ni en silencio, ni paralizadas. Por ello, la RUxP como fuerza creativa y constituyente exige tomar acciones concretas que juzguen, condenen y bloqueen el genocidio en Gaza, el ecocidio en Gaza, el epistemicidio en Gaza, el escolasticidio en Gaza, el feminicidio en Gaza, el domicidio en Gaza, … porque solo ante una solidaridad genuina, comprometida y completa tiene sentido hablar de humanidad.
La Red Universitaria por Palestina, desde 46 de las 50 universidades públicas del Estado español, EXIGE a los órganos de gobierno de sus universidades, a la CRUE y al Gobierno de España:
1. La condena clara, explícita e inequívocamente sujeta a la legalidad internacional del genocidio en la Franja de Gaza y de las políticas “inherentemente genocidas” (A/HRC/55/73) de la colonización de asentamientos, así como de la ocupación, el saqueo, la expulsión y el apartheid llevados a cabo por el estado de Israel en Palestina.
2. La suspensión de la participación en proyectos y colaboraciones como Horizon Europe, Erasmus+ y similares. Esto incluye la petición al gobierno y al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de la exclusión de las universidades y los centros de investigación israelíes de cualquier proyecto, contrato o convenio en el marco del Acuerdo de Asociación UE-Israel, por incumplimiento de sus cláusulas en materia de respeto a los Derechos Humanos.
3. Incorporar las cláusulas pertinentes de derechos humanos a todos los contratos u operaciones comerciales para señalar la obligación del cumplimiento del Derecho Internacional. Reafirmar o, en su caso, incluir en los estatutos de cada universidad el compromiso institucional de no participación en materia de aplicaciones y tecnologías militares, incluyendo el “doble uso”. Revisar y en su caso suspender los convenios de prácticas que mantienen nuestras universidades con empresas, entidades y/o instituciones israelíes, así como con empresas o subcontratas que colaboren con o se beneficien de la ocupación y el apartheid en los Territorios Palestinos.
4. Exigir a la UE el desarrollo de programas de colaboración en investigación tipo Horizon que contribuyan a la recuperación de las instituciones académicas palestinas, así como potenciar los programas de colaboración y movilidad con instituciones palestinas desde cada una de las universidades españolas.
5. Garantizar los derechos de la comunidad universitaria ante las denuncias y el acoso a personas, grupos e instituciones por parte de organizaciones vinculadas al estado y/o los lobbies sionistas, que vienen instrumentalizando las acusaciones de antisemitismo para perseguir, criminalizar y silenciar la visibilización y la defensa de los derechos humanos del Pueblo Palestino. Evitar asimismo la celebración de actos, jornadas o seminarios con participación de entidades o instituciones israelíes.
6. Apoyar oficialmente la propuesta a la Asamblea General de la ONU para retirar a Israel sus credenciales como estado miembro de las Naciones Unidas. Además, solicitamos, por parte del Gobierno de España, la adhesión al Grupo de la Haya.
https://www.publico.es/opinion/columnas/respuesta-universidad-silencio-genocidio.html