La burbuja de la inteligencia artificial está fuera de control, reconoce la agencia Bloomberg. Las empresas tecnológicas son un pozo sin fondo. Una carrera loca ha llevado al capital a gastar miles de millones sin que los beneficios, presentes o futuros, aparezcan por ninguna parte.
El nuevo proyecto de inteligencia artificial de OpenAI, oficialmente llamado GPT-5 y en clave “Orion”, pretendia ser un gran avance tecnológico y salir al mercado a mediados de este año, pero lleva más de 18 meses paralizado.
Genera unos gastos gigantescos y nadie sabe cuándo funcionará o si funcionará. Puede que no haya suficientes datos en el mundo para que sea lo “suficientemente inteligente”.
OpenAI ha llevado a cabo al menos dos grandes rondas digestivas, cada una de las cuales implicó meses de procesamiento de enormes cantidades de datos. Cada vez surgieron nuevos problemas y el programa no entregó los resultados que los “expertos” esperaban. Los datos son indigestos.
Según dicen, en el mejor de los casos “Orion” funciona mejor que las ofertas actuales de OpenAI, pero no ha progresado lo suficiente como para justificar el enorme costo de mantener el nuevo modelo en funcionamiento. Una digestión de datos de seis meses puede costar alrededor de 500 millones de dólares sólo en costos informáticos.
La inteligencia artificial requiere instalaciones, maquinaria y energía, y todo eso, a su vez, ha impulsado el gasto en la compra de grandes extensiones de terreno, materiales de construcción y semiconductores. Hay países que ya no admiten la construcción de nuevos centros de datos, sobre todo por el gigantesco consumo de agua y energía. Este año el Ayuntamiento de Lleida ha rechazado la construcción de dos megacentros de datos en la ciudad. Sólo son “cajas de zapatos”, dijo el alcalde (*).
Las empresas estadounidenses están dejando de devolver los préstamos de alto rendimiento al ritmo más rápido en cuatro años, mientras intentan refinanciar la ola de préstamos baratos que siguió a la pandemia. Los impagos en el mercado mundial de préstamos apalancados –la mayor parte del cual se encuentra en Estados Unidos– superaron el 7 por cien en los 12 meses hasta octubre. Es la tasa más alta desde finales de 2020.
Las empresas se endeudaron durante la pandemia, cuando los tipos de interés eran extremadamente bajos, pero luego el mercado cambió y ahora se enfrentan a altas cargas financieras.
(*) https://cadenaser.com/cataluna/2024/12/13/lleida-rechaza-la-construccion-de-dos-centros-de-datos-no-aportan-nada-a-la-economia-local-sercat/
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