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Alfredo Jalife-Rahme Analista mexicano
Pese a la apoteosis de la tectónica cumbre de los BRICS en Kazán, llamó la atención que el tan cantado tema de la desdolarización no haya sido siquiera abordado. El presidente Putin comentó que los BRICS no están contra el dólar, sino que la militarización del dólar ha obligado a los países sancionados por tan extrema medida de buscar alternativas.
Con el triunfo en el horizonte de Rusia contra Ucrania —que a mi juicio definirá el nuevo orden mundial que ineluctablemente será civilizatorio/multipolar/ policéntrico/desdolarizado, como aboga el ascendente grupo geoeconómico de los BRICS—, se le notó sereno y muy relajado al presidente Vladímir Putin, quien optó por un discurso geofinanciero más terso que sus aliados de China y Brasil, quienes fueron muy feroces en su justa crítica al dominante modelo financiero anglosajón, sin abordar específicamente el tan cantado tema de la desdolarización que tuvo mayor resonancia en la anterior cumbre de los BRICS en Johannesburgo sin haber podido lanzar la tan anhelada “divisa de los BRICS».
En la tectónica cumbre de los BRICS en Kazán, más futurista que histórica, con sus nuevos 13 países “asociados”, cuenta ya con el 57% de la población mundial y ensancha su ventaja frente al alicaído G7, hoy en su mayoría en franca recesión y en plena ingobernabilidad.
Es altamente probable que los estrategas en el seno de los BRICS, a 12 días de la crucial elección presidencial en EEUU, hayan optado por la prudencia estratégica y hayan pospuesto una serie de medidas geofinancieras que se habían dejado entrever con antelación.
La fortaleza de los BRICS+, hoy fuerte de 23 países y en espera de otro tanto para integrarse en su seno, es inversamente proporcional al declive del G7 que nolens volens marcaría la paulatina debilidad de su principal divisa: el dólar estadunidense.
La ‘cumbre de la desdolarización’ de los BRICS
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Alfredo Jalife-Rahme
La cumbre de los BRICS+ en Kazán tiene probabilidad de ser un ‘game changer’ cuando por fin se atreverán a cruzar el Rubicón del dólarcentrismo unipolar para iniciar la travesía, nada fácil, de la desdolarización, que se esperaba desde la pasada cumbre en Johannesburgo, pero que carecía de la musculatura nuclear y misilística hipersónica de Rusia.
En la anterior cumbre en Johannesburgo, todavía de cinco miembros, los BRICS estuvieron a punto de lanzar la altisonante «divisa BRICS», como había adelantado James Rickards, exconsultor financiero del Pentágono.
In extremis, Sudáfrica —que, a propósito, tenía armas nucleares que luego desechó en forma admirable— no se atrevió a cruzar el Rubicón debido a las circunstancias geopolíticas nada favorables del momento y que habían estimulado la iracundia silenciosa de EEUU.
La muy cantada «desdolarización de los BRICS» forma parte nodal de la conceptualización de un nuevo orden multipolar y policéntrico, donde el ascendente sur global jugaría un preponderante rol plural.
Pareciera que los BRICS cambiaron de táctica, quizá debido a la derrota de EEUU/OTAN/Unión Europea en Ucrania, lo cual afectará el poderío del otrora omnipotente dólar que empieza a ser erosionado en los rubros de los energéticos —donde brillan intensamente en el seno de los BRICS potencias petrolíferas y gaseras—, y los alimentos, donde se perfila un acuerdo agroalimentario entre Rusia y Brasil.
La identidad del próximo gobernante en EEUU será determinante para la adopción de una política más prudente y/o más acelerada sobre la desdolarización por los BRICS.
En un escenario de un triunfo de Kamala Harris, prácticamente la política exterior y monetaria estadounidense no tendrá cambios significativos y será enmarcado por la agudización de la colisión de EEUU contra Rusia y China, sin modificación en su política monetaria pese a su mayor endeudamiento.
En un escenario de triunfo de Trump, quien se maneja bajo el símbolo de la paz, es probable que negocie con Rusia los alcances de un nuevo orden mundial, mientras queda en el aire su confrontativo discurso contra Irán y China. Trump ha sido más prístino en cuanto se refiere al peligro de la desdolarización cuando ha propuesto adoptar las criptodivisas como sustento del dólar.
Mohamed El-Erian —presidente del Queens College en la Universidad de Cambridge y consultor económico de Gramercy y Allianz— comentó que otra vía de la desdolarización se está dando mediante el incremento del oro en las reservas de los bancos centrales, a expensas del dólar.
A juicio de El-Erian, el incremento inesperado y continuo del precio del oro en 40% en los pasados 12 meses se debe en gran medida al “interés en explorar posibles alternativas al sistema de pagos basado en dólares, que ha sido el núcleo de la arquitectura internacional durante 80 años», por lo que «un creciente número de países se ha interesado y se ha involucrado cada vez más», citando explícitamente a Rusia, China, India y Turquía.
También pareciera que los BRICS han optado por la erosión del dólar en forma paulatina, cuando Rusia juega más al ajedrez de una desdolarización gradual, mientras China opera su célebre juego del «go» para ir carcomiendo y asfixiando al dólar.
Las opiniones expresadas en este artículo pueden no coincidir con las de la redacción.
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¿Qué se sabe sobre el nuevo secretario de Defensa estadounidense?
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El ganador de las elecciones presidenciales, Donald Trump, eligió a Pete Hegseth, presentador de ‘Fox News’ y veterano de la Guardia Nacional con experiencia en Afganistán e Irak, para el puesto de secretario de Defensa. Esta decisión resultó ser una sorpresa para muchos políticos y suscitó críticas.
«Pete lleva toda su vida siendo un guerrero por el Ejército y por el país. (…) Pete es duro, inteligente y un verdadero creyente en ‘América primero’. Con Pete al timón, los enemigos de Estados Unidos están avisados: nuestras Fuerzas Armadas volverán a ser grandes y Estados Unidos nunca retrocederá», expresó Trump en un comunicado.
Graduado de la Universidad de Princeton y exanalista de Bears Sterns, Hegseth fue oficial de la Guardia Nacional de Minnesota. Participó en las invasiones estadounidenses de Afganistán e Irak y también estuvo desplegado en la base naval estadounidense de Guantánamo, Cuba, probablemente la prisión estadounidense más conocida en el extranjero. Sin embargo, carece de experiencia militar de alto rango o en seguridad nacional.
En su libro titulado Guerra a los guerreros: Detrás de la traición a los hombres que nos mantienen libres, Hegseth acusó a los políticos estadounidenses de izquierda de traicionar a los «guerreros» estadounidenses e insistió en que el Ejército debe volver a la «meritocracia, la letalidad, la responsabilidad y la excelencia».
Más que eso, Hegseth actuó como asesor no oficial de Trump durante varios años en la Casa Blanca, reporta CNN. Se esperaba que iba a ocupar distintos cargos en la primera Administración Trump; sin embargo, finalmente fue rechazado en favor de otros candidatos, según señalaron los asesores republicanos.
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El nombramiento de Hegseth fue una sorpresa para el propio Pentágono, ya que su nombre no figuraba en las listas de posibles candidatos, según cita CNN a funcionarios de Defensa bajo anonimato. Los interlocutores revelaron que se enteraron de la decisión del nuevo presidente apenas unas horas antes de la presentación; uno de ellos subrayó que todos estaban «en shock».
Entre otros nombres para ocupar el puesto figuraba el congresista Mike Waltz, por Florida, pero en el último momento Trump le pidió que fuera su asesor de seguridad nacional.
Los retos para el nuevo jefe del Pentágono
Una vez confirmada su elección, Hegseth estará ocupado en intentar aumentar significativamente el presupuesto de defensa en línea con las promesas de campaña de Trump. Sobre todo, lo que concierne al creciente desafío de la nueva superpotencia, China.
Pero su relativa falta de experiencia política e internacional dejó atónitos a algunos críticos. De esta manera, el representante demócrata Dan Goldman, de Nueva York, arremetió contra la elección de Trump.
«Estoy sorprendido. Y esto es exactamente lo que nos preocupaba, y advertimos sobre Donald Trump, que es que va a nombrar a leales no cualificados para dar forma al Gobierno en su propio feudo personal», expresó.
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Trump pretende reformular la postura de EEUU hacia Ucrania y Rusia, China, Irán y el conflicto en curso en Oriente Medio, lo que ya sugirió hacer a su equipo de seguridad nacional.
Como ejemplo, el triunfador de las elecciones del 5 de noviembre ya expresó en varias ocasiones durante su campaña electoral que sería capaz de acabar con el conflicto ucraniano. Incluso, aseguró que podría resolverlo en un día. Por su parte, el Kremlin, aunque muestra cierto interés, constató que el problema es demasiado complejo para una solución tan simple.
La postura de Hegseth en política exterior
En cuanto a la propia visión del mundo de Hegseth, se mostró como firme partidario de Trump, defendiendo incluso decisiones tan controvertidas como el asesinato del general iraní Qasem Soleimani en 2020.
Hegseth es conocido por su postura belicista hacia Teherán, tachando al país de «maligno» y por ser un gran defensor de la estrecha relación con Tel Aviv. Destacó la importancia de que Estados Unidos sea el «aliado más fuerte» de Israel y acusó a Irán, Hamás e Hizbulá de intentar destruir el Estado judío.
Sin ser en absoluto un gran admirador de Rusia, Hegseth postuló, no obstante, que los problemas internos de EEUU —como la inflación y la crisis fronteriza— son mucho más importantes que el conflicto ucraniano.
Hegseth criticó a los miembros europeos de la OTAN por su aparente dependencia de la protección estadounidense y su reticencia a gastar lo que les corresponde en defensa, con la esperanza de que EEUU les salvará en caso de apuro.
China es aparentemente considerada por Hegseth como una amenaza, viendo cómo afirmaba que Pekín está «construyendo un Ejército específicamente dedicado a derrotar a Estados Unidos».
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Trump, en su intento de no repetir los errores del pasado
Trump expresó su arrepentimiento por muchas de las personas que nombró en cargos de responsabilidad cuando asumió la Casa Blanca en 2016 y manifestó su molestia con los funcionarios que intentaron bloquear sus órdenes y deseos, frecuentemente impulsivos. Así que esta vez, Trump busca nombrar a leales para su segundo mandato, especialmente para las posiciones clave.
Por ejemplo, en su primer mandato Trump tuvo relaciones difíciles con los jefes de Defensa. Así, el exsecretario James Mattis manifestó su protesta después de que Trump anunciara la retirada inmediata de las tropas estadounidenses de Siria, mientras su sucesor Mark Esper advirtió abiertamente sobre la amenaza que representaba la nueva Administración durante la carrera electoral de 2024.
Desde 2014, Hegseth colaboraba con Fox News, primero como corresponsal y luego fue nombrado copresentador. Mientras trabajaba para la cadena de televisión, el periodista instó en privado a Trump a indultar a algunos miembros de las Fuerzas Armadas estadounidenses acusados de crímenes de guerra. Así, el expresidente indultó a dos militares y restituyó el rango del marine Eddie Gallagher. Esto provocó críticas del entonces secretario Esper y de otros altos mandos militares, quienes advirtieron que un indulto presidencial podría dañar la integridad del sistema judicial militar.