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¿Un conflicto local o la antesala de una guerra mundial?

El bombardeo de EE.UU. a Irán el 22 de junio de 2025 ha desatado una tormenta global con consecuencias imprevisibles. Desde el cierre del estrecho de Ormuz hasta la amenaza de una «guerra civilizatoria», el conflicto ha sacudido los cimientos del equilibrio internacional.

POR JORDI RUIZ EN UNA EXCLUSIVA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
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      La operación fue lanzada poco antes del amanecer del 22 de junio. Un grupo de bombarderos B-2 con tecnología  furtivaescoltados por drones de vigilancia y aviones de guerra electrónica, penetraron el espacio aéreo iraní tras despegar desde bases estadounidenses en el Golfo Pérsico. El objetivo era claro: neutralizar las capacidades nucleares de Irán.

      En apenas veinte minutos, las instalaciones de FordoNatanz e Isfahán fueron alcanzadas por misiles de alta precisión. En redes sociales y medios de comunicación, testigos describieron explosiones “ensordecedoras” y columnas de humo negro visibles a kilómetros de distancia. La televisión estatal iraní interrumpió su programación para confirmar los ataques y declarar el estado de emergencia en todo el país.

      Trump, en un mensaje a través de su red Truth Social, se atribuyó el éxito de la operación:

    “Ha sido una acción quirúrgica, rápida y limpia. Una demostración del poder militar estadounidense contra la amenaza nuclear más grave del mundo”.

UNA ESCALADA PREVISIBLE, UNA RESPUESTA FULMINANTE

    Aunque la magnitud del ataque sorprendió, el conflicto entre Irán y EE.UU. había escalado durante semanas. La “Promesa Verdadera 3”, nombre dado por Teherán a una ofensiva con drones sobre Israel apenas dos días antes, fue el detonante inmediato. Desde hace meses, Washington advertía que no permitiría que Irán consolidara capacidades nucleares, y las recientes inspecciones del OIEA habían vuelto a poner el tema en el centro del tablero internacional.

     Lo cierto es que el ataque no fue improvisado. Fuentes del Pentágono habían advertido que los preparativos llevaban semanas y que Israel había sido informado con antelación. Desde Tel AvivNetanyahu celebró públicamente la acción y urgió a Trump a “no detenerse a medio camino”.

LAS PRIMERAS REACCIONES: DE LA CONDENA A LA ALIANZA

     Minutos después de confirmarse el bombardeo, Irán condenó los ataques como un “acto de guerra”, y prometió una respuesta “contundente y estratégica”. El Líder Supremo, Alí Jamenei, declaró en televisión que “EE.UU. ha cruzado una línea roja y pagará el precio”.

     Rusia y China, dos teóricos aliados claves de Teherán, exigieron una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU. Moscú denunció una

“flagrante violación del derecho internacional” y alertó que el ataque “desestabiliza toda la región”.

Pekín, por su parte, pidió contención, pero acusó a Washington de “incendiar Oriente Medio”.

     Mientras tanto, la Unión Europea reaccionó dividida. Alemania y Francia emitieron un comunicado conjunto pidiendo el cese inmediato de hostilidades, mientras que el Reino Unido, alineado con la OTAN, expresó su “comprensión” hacia la decisión de EE.UU., aludiendo a la “amenaza inminente” que representaba Irán.

      En las calles de Jerusalén y Teherán, la tensión se volvió palpable. Las sirenas sonaron en varias ciudades israelíes por temor a un ataque de represalia, mientras que en Irán se reportaron movilizaciones espontáneas de ciudadanos pidiendo una respuesta armada.

“Esto acabará en la Tercera Guerra Mundial”, decía un joven en Teherán entrevistado por RT.

     Desde América Latina, varios gobiernos —entre ellos Cuba, Venezuela y Bolivia— condenaron el ataque, advirtiendo sobre las “aventuras bélicas del imperialismo”. Brasil, por el contrario, guardó silencio oficial mientras medios locales hablaban de “un posible reacomodo geopolítico del mundo”.

EL ESTRECHO DE ORMUZ: UN CUELLO DE BOTELLA ESTRATÉGICO BLOQUEADO

     Horas después del bombardeo, Irán respondió con una medida que estremeció al mercado mundial: el bloqueo total del estrecho de Ormuz. Este angosto paso marítimo por donde transita cerca del 30% del petróleo que circula globalmente se convirtió de inmediato en el epicentro del conflicto.

     Buques iraníes colocaron minas navales y movilizaron baterías costeras, mientras las fuerzas de la Guardia Revolucionaria anunciaban una “zona de exclusión total”. La televisión iraní mostró imágenes de barcos petroleros desviándose o quedando anclados por temor a ser atacados.

     En pocas horas, el precio del barril de petróleo Brent se disparó por encima de los 150 dólares, niveles no vistos desde la guerra de Irak. Las bolsas de Asia y Europa reaccionaron en caída libreWall Street abrió con pérdidas superiores al 4% y el Nasdaq sufrió su mayor retroceso desde la pandemia de 2020. El dólar se fortaleció como refugio, pero el oro superó los 2.500 dólares por onza, reflejando el temor a una guerra de largo alcance.

ECONOMÍA MUNDIAL EN VILO

      Los países más dependientes del petróleo importado, como Japón, Corea del Sur y varias naciones del sur global, empezaron a emitir comunicados de emergencia. En varios aeropuertos de Asia se vieron colas de pasajeros varados ante la cancelación de vuelos por falta de combustible. En Europa, empresas de transporte anunciaron subidas de tarifas “por tiempo indefinido” ante la incertidumbre energética.

     El temor a un “efecto dominó” no era infundado: la interrupción del suministro no solo elevó los precios del crudo, sino que también disparó los costos de producción en sectores industriales clave como la alimentación, la logística, la química y la automoción.

     Por su parte, Irán dejó claro que su objetivo era económico.

“Si nuestra soberanía es atacada, los mercados pagarán el precio”, declaró un portavoz del gobierno iraní.

      La amenaza de cerrar también el tráfico de gas hacia Europa, vía Turquía, empezó a circular en medios cercanos a Teherán.

LAS GRANDES POTENCIAS TOMAN POSICIONES

      En Washington, la administración Trump defendía el ataque como una “acción defensiva”, pero ya enfrentaba críticas tanto internas como externas. Varios senadores republicanos y demócratas exigieron que se convocara al Congreso para evaluar las consecuencias del ataque. Mientras tanto, manifestaciones de protesta contra una nueva guerra se multiplicaban en ciudades como Nueva York, Chicago y San Francisco.

     En Moscú, el presidente ruso, Vladímir Putin, calificó el bombardeo como “una temeridad con consecuencias imprevisibles” y ordenó reforzar la presencia naval rusa en el mar Caspio en Siria. Rusia también anunció maniobras militares conjuntas con China en Asia Central, como mensaje disuasivo.

     China, por su parte, reaccionó con una mezcla de cautela y dureza. En un comunicado oficial, exigió “la inmediata desescalada del conflicto” pero dejó claro que “no tolerará una agresión que altere el equilibrio regional”. En los días posteriores, varios barcos chinos fueron escoltados por unidades navales hacia rutas alternativas de transporte.

     Europa quedó dividida. Mientras Francia intentaba mediar con llamados al diálogo, Reino Unido aumentó su presencia militar en la región, sumándose tácitamente al bloque pro-estadounidense. Alemania, más dependiente del suministro energético, presionaba por un cese de hostilidades, temiendo una recesión inminente.

    En América Latina, países como México y Argentina expresaron preocupación por la seguridad energética y llamaron a la ONU a “intervenir diplomáticamente con urgencia”. Brasil, cada vez más alineado con Washington, guardó silencio mientras su industria energética celebraba la subida de precios.

UNA GUERRA DE CIVILIZACIONES EN EL HORIZONTE

      Desde el Líbano hasta Yemen, los aliados regionales de Irán comenzaron a movilizarseHezbolá declaró que “la agresión no quedará sin respuesta” y en Irak se registraron los primeros ataques contra bases estadounidenses. El conflicto ya no parecía limitado a dos países: se insinuaba una confrontación más amplia.

      Medios iraníes y árabes hablaban abiertamente de una “guerra civilizatoria”, en la que no solo estaban en juego intereses geopolíticos, sino visiones del mundo contrapuestas“Si Irán cae, todos perdemos”, decía un titular de la plataforma comunicacional rusa RT, al reflejar la percepción de los países que ven a Teherán como símbolo de resistencia frente al orden occidental.

¿UNA TORMENTA PERFECTA EN MARCHA?

     Lo ocurrido entre el 21 y el 22 de junio de 2025 no fue solo un ataque militar. Fue la chispa que encendió una mecha larga, conectada a décadas de tensiones, guerras encubiertas, sanciones y luchas por la hegemonía mundial. Con el estrecho de Ormuz cerrado, el petróleo disparado y las potencias globales tomando posición, el mundo parece avanzar, paso a paso, hacia una nueva fase de conflicto global.

https://canarias-semanal.org/art/37294/los-dias-en-los-que-el-mundo-contuvo-y-sigue-conteniendo-la-respiracion

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