ENTREVISTA: WALL STREET Y HITLER, UNA CONEXIÓN QUE CAMBIÓ LA HISTORIA

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¿Fue la ayuda de Wall Street a Alemania una mera coincidencia o un plan premeditado?

¿Qué papel desempeñó Wall Street en el ascenso de Hitler al poder? ¿Fue «casual» la ayuda financiera y técnica que los empresarios estadounidenses prestaron a los grandes capitanes de la industria alemana o, por el contrario, hubo en ello un grado deliberado de premeditación. Descubre las revelaciones de nuestro colaborador Hansi Quednau sobre la conexión entre los financieros estadounidenses y el Régimen nazi.

ENTREVISTA:
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   CANARIAS SEMANAL: ¿Es cierto que en las vísperas de la II Guerra Mundial se produjo en los EEUU una corriente de simpatía social y política hacia el nazismo? ¿Qué características tuvo esa corriente profascista en el seno de la sociedad norteamericana?

  HANSI QUEDNAU: Sí, en efecto, es cierto. En las vísperas de la II Guerra Mundial hubo una corriente de simpatía hacia el nazismo en algunos sectores de sociedad estadounidense. Pero esa simpatía no estuvo, desde luego, generalizada entre la opinión pública de ese país, y fue, además, objeto de una considerable oposición.  

   CS ¿Cómo pudo articularse esa corriente pronazi en el seno de la sociedad norteamericana? ¿A través de qué vehículos organizativos?

   HQ: Pues como suelen articularse todo este tipo de movimientos. En un principio, los simpatizantes nazis utilizaron publicaciones, radio y otros medios para difundir su mensaje. También importantes medios de comunicación estadounidenses fueron justamente acusados de difundir propaganda pro-nazi, o de minimizar las atrocidades que ya en la década de los treinta cometía el régimen hitleriano.

    En cualquier caso, las primeras organizaciones pro-nazis norteamericanas encontraron en algunos Estados del país un terreno abonado para que sus ideas pudieran fructificar. La propaganda pronazi compartía ideas antisemitas y racistas con otros movimientos ya preexistentes, a los que no les resultó difícil alinearse con la ideología de la pureza racial del nazismo.  
 

    Una de las organizaciones que se encargó en EEUU de organizar el apoyo a los nazis alemanes fue  la «German American Bund», que había sido fundada en 1936. Además de promover la ideología nazi a través de sus numerosas publicaciones, organizaba campamentos y manifestaciones, llegando a congregar en una concentración en 1939 en el Madison Square,   a más de  20.000 simpatizantes.

    Sin embargo, los simpatizantes nazis no lograron nunca un impacto significativo en la política estadounidense, aunque sí trataron de influir en la opinión pública. Por otra parte, hubo políticos y figuras públicas de renombre, a los que se acusó de tener simpatías pro-nazis o de apoyar políticas de no intervención en los primeros años de la guerra.

 
  CS: Pasemos a otro tema no menos interesante, Hansi. ¿A qué fecha se remontan las relaciones entre los empresarios estadounidenses y las autoridades del Tercer Reich?

    HQ: Las relaciones entre los empresarios estadounidenses con Alemania se remontan a la década de 1920. Es decir, bastante antes del ascenso de Hitler al poder en 1933 y de que fuera instaurado en Tercer Reich. Estas relaciones se vieron facilitadas por los programas de préstamos y asistencia financiera que surgieron después de la Primera Guerra Mundial. Los dos programas principales fueron el Plan Dawes , en 1924, y el Plan Young en 1928.


  CS: ¿En qué consistió el Plan Dawes y cómo se relaciona este con los estrechos vinculos entre el gran capital estadounidense y el nazismo alemán?

    HQ: Claro, el Plan Dawes, adoptado en agosto de 1924, fue un intento de resolver la crisis de las reparaciones de guerra impuestas a Alemania tras la I Guerra Mundial. Este Plan estableció una serie de préstamos internacionales, principalmente de Estados Unidos, destinados a estabilizar la economía alemana. Sin embargo, diferentes investigaciones sugieren que estos préstamos también fueron destinados a fortalecer a los cárteles industriales alemanes, que luego terminarían apoyando el ascenso de Hitler al poder.  Este plan fue inicialmente diseñado para facilitar los pagos de las reparaciones de guerra que Alemania debía hacer tras el Tratado de Versalles. Involucraba préstamos internacionales significativos, principalmente de bancos estadounidenses, destinados a estabilizar la economía alemana.

    CS: Eso parece muy interesante. ¿Podrías explicarnos cómo los préstamos del Plan Dawes beneficiaron a la industria alemana y, en última instancia, al Régimen nazi?

     HQ: Por supuesto. Entre 1924 y 1931, Alemania recibió préstamos significativos que no solo estabilizaron su economía, sino que también permitieron la creación y consolidación de grandes conglomerados industriales, como I.G. Farben Vereinigte Stahlwerke. Estos grandes cárteles industriales fueron cruciales para la preparación de Alemania para la guerra, produciendo materiales bélicos y suministros esenciales. Sin estos fondos y la transferencia de tecnología desde Estados Unidos, es muy probable que la maquinaria bélica alemana no hubiera podido resultar después tan efectiva y arrolladora.

  CS: ¿Sugieres entonces que hubo un nivel de premeditación en la ayuda financiera y técnica proporcionada por Wall Street?

   HQ: Rotundamente sí. Las evidencias apuntan a que no se trató de una mera coincidencia. Los documentos y testimonios, incluyendo los del Comité Kilgore (1) del Senado estadounidense después de la II Guerra Mundial, indican que los financieros estadounidenses eran perfectamente conscientes del uso que se le estaba dando a su dinero y tecnología. Además, estos capitalistas continuaron sus inversiones a pesar de las crecientes tensiones políticas y militares… como si nada estuviera sucediendo.

  CS: ¿Qué papel jugaron las empresas estadounidenses en la industria de guerra alemana específicamente?

   HQ: Empresas estadounidenses como la Standard Oil de New Jersey desempeñaron un papel crucial. Por ejemplo, Standard Oil transfirió patentes y tecnología de hidrogenación a I.G. Farben, permitiendo a Alemania producir grandes cantidades de petróleo sintético. Esta tecnología fue vital para el esfuerzo bélico alemán, ya que les permitió producir millones de toneladas de petróleo sintético, lo cual era esencial para mantener operativa su maquinaria de guerra.

   CS: Existe, sin embargo, una percepción bastante generalizada de que esta ayuda fue «accidental», y que los industriales estadounidenses «no eran conscientes» del impacto que iba a tener. ¿Qué nos puedes comentar al respecto?

   HQ: Pues bien, lo que puedo decir es que se trata de una percepción absolutamente errónea. Los industriales y financieros estadounidenses no solo eran conscientes, sino que muchos de ellos veían con regocijo las suculentas ganancias que estaban obteniendo. La gran prensa económica estadounidense de la época, como señaló en su día muy acertadamente en historiador estadounidense Gabriel Morris Kolko, estaba al tanto de los preparativos bélicos alemanes y, también, de la naturaleza del régimen nazi. A pesar de ello, continuaron con sus inversiones, motivados fundamentalmente por los cuantiosos beneficios económicos que obtenían de esos intercambios.

  CS: Pero hablemos del otro Plan, del Plan Young. ¿En qué se diferenció del Plan Dawes y cómo contribuyó al ascenso de Hitler al poder?

   HS: El Plan Young fue implementado en 1928. En realidad, se trató de una continuación del Plan Dawes, pero con condiciones financieras aún más estrictas. Este Plan exigía pagos en efectivo en lugar de mercancías, lo que aumentó significativamente la carga financiera sobre Alemania. Según figuras tan pronazis como Fritz Thyssen, – sí, sí, el progenitor de quien donó a España los famosos cuadros a través de Tita Cervera von Thyssen-, reconocieron que este Plan había desestabilizado aún más a la economía alemana, contribuyendo al alto desempleo y al descontento social, que Hitler supo explotar para ganar más apoyo social.

  CS: Para finalizar, ¿cuáles son, en tu opinión, las implicaciones que todo lo que nos has relatado tiene para nuestro entendimiento de la historia económica y política del siglo XX?

   HQ: En mi opinión, todos estos datos deberían de servirnos para reevaluar el papel que  las finanzas internacionales desempeñan en eventos históricos clave. La colaboración económica entre Wall Street y los cárteles industriales alemanes tuvo consecuencias profundas, no solo para el ascenso de Hitler, sino también para la configuración del orden mundial de la post-Segunda Guerra Mundial.  Entender estos vínculos resulta crucial para comprender cómo las decisiones económicas pueden influir decisivamente en el curso de la historia.

CS: Muchas gracias, Hansi, por compartir el resultado de tu curiosidad intelectual con nosotros.

HQ: Gracias a ustedes por la invitación.

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