En solidaridad con Palestina, organizaciones vascas llaman a movilizarse contra la presencia del equipo israelí en Vitoria-Gasteiz
Colectivos del País Vasco reclaman la suspensión del partido de baloncesto entre el Baskonia y el Maccabi de Tel Aviv, denunciando que permitir la presencia del equipo israelí en Vitoria-Gasteiz equivale a blanquear el genocidio contra el pueblo palestino (…).
Por A. RAMÍREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El Colectivo de Migrantes Tinkuy y la Plataforma Palestinarekin Elkartasuna, dos organizaciones del País Vasco comprometidas con la justicia social y los derechos humanos, han exigido la suspensión del partido de baloncesto entre el Baskonia y el Maccabi de Tel Aviv, previsto para el 7 de febrero en Vitoria-Gasteiz. Argumentan que permitir la participación de un equipo que representa a Israel implica normalizar la ocupación ilegal y el genocidio contra el pueblo palestino.
El colectivo Tinkuy ha hecho un llamamiento especial a la población migrante de la ciudad para sumarse a la manifestación organizada el mismo día a las 18:30, partiendo desde el Centro Cívico Iparralde. La iniciativa se enmarca en la necesidad de mantener la presión internacional contra las políticas de apartheid del Estado de Israel, denunciadas por diversas organizaciones de derechos humanos.
Genocidio en Gaza y ocupación en Palestina: una realidad insostenible
Desde el 7 de octubre de 2023 hasta el reciente alto el fuego Israel lanzó una de las ofensivas más brutales contra la Franja de Gaza, dejando un saldo de más de 47.000 palestinos muertos y destruyendo el 75% de la infraestructura en la ciudad de Gaza. Se calcula que seis de cada diez edificios en toda la Franja han sido dañados o arrasados.
Si bien el alto el fuego temporal ha detenido momentáneamente los bombardeos sobre Gaza, la represión se ha intensificado en Cisjordania, con bombardeos, detenciones ilegales y el acoso constante a la población palestina. Organizaciones como Amnistía Internacional han denunciado que Israel mantiene un régimen de apartheid, basado en la segregación sistemática y la violación de los derechos fundamentales de los palestinos.
La comunidad internacional ha condenado estos actos, pero gobiernos como el de Estados Unidos y los de la Unión Europea siguen brindando apoyo militar y financiero a Israel, permitiéndole continuar con su política de colonización y exterminio.
El boicot como herramienta de resistencia
El llamamiento a suspender el partido Baskonia-Maccabi no es un acto aislado. Se inscribe dentro de una estrategia más amplia promovida por el movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), que busca presionar al Estado de Israel mediante la exclusión económica, cultural y deportiva, hasta que cumpla con el derecho internacional y ponga fin a la ocupación de Palestina.
Esta estrategia no es nueva. En los años 80, la comunidad internacional implementó sanciones económicas, culturales y deportivas contra Sudáfrica, logrando aislar diplomática y económicamente al régimen del apartheid y acelerando su caída. La exclusión de Sudáfrica de competiciones deportivas internacionales fue clave en su deslegitimación a nivel global.
Siguiendo este precedente, países como Indonesia y Malasia han vetado la participación de equipos y deportistas israelíes en competiciones internacionales, y recientemente un jugador israelí de bolos fue excluido de un torneo en Escocia tras las protestas de activistas propalestinos.
El deporte no debería ser cómplice del genocidio
Para los colectivos vascos que impulsan esta iniciativa, permitir que el Maccabi de Tel Aviv juegue en Vitoria-Gasteiz equivale a enviar un mensaje de normalización y complicidad con las políticas genocidas del Estado de Israel.
En su comunicado, el Colectivo de Migrantes Tinkuy enfatiza que el silencio y la indiferencia convierten a la sociedad en cómplice de la ocupación y la masacre del pueblo palestino. Su llamado a la movilización busca sensibilizar a la población y reafirmar el compromiso con la justicia y los derechos humanos.
«Ganar el partido es tener el valor y la dignidad de atreverse a no jugarlo«, afirman desde la organización.
El 7 de febrero, las calles de Vitoria-Gasteiz serán el escenario donde la sociedad vasca está invitada a alzar la voz en solidaridad con Palestina. La historia ha demostrado que la presión internacional puede marcar la diferencia y que la lucha contra el apartheid y la ocupación no se detiene dentro de las fronteras de un sólo país.