Tercetos dantescos a casiano basualto (dedicado a Pablo Neruda) por Pablo de Rokha

Correo
Facebook
Telegram
Twitter
WhatsApp
Pablo de Rokha

Pablo de Rokha

Gallipavo senil y cogotero

de una poesía sucia, de macacos,

tienes la panza hinchada de dinero.

Defeca en el portal de los maracos,

tu egolatría de imbécil famoso

tal como en el chiquero los verracos.

Legas a ser hediondo de baboso,

y los tontos te llaman: ¡«gran podeta»!

en las alcobas de lo tenebroso.

Si fueras un andrajo de opereta,

y únicamente un pajarón flautista,

¡sólo un par depatadas en la jeta!…

Pero tu índole sadomasoquista,

un tiburón de las cloacas suma

a la carroña del oportunista.

Y si eres infantil como la espuma,

eres absurdo Cacaseno oscuro,

si el escribir con menstruación te abruma.

Granburgués, te arrodillas junto al muro

del panteón de la Academia Sueca,

a mendigar… ¡dual amoral impuro!

Y emerge el delincuente hacia la pleca

de la carátula facinerosa,

que exhibe al sol la criadilla seca.

Astuto, ruin, tarado, voz gangosa,

saqueas a la U.R.S.S, envilecido,

con la tremenda mano estropajosa.

Flojo arribista, tonto y bien comido,

dijiste de este norme pueblo ardiente:

«Chile, país de cafres», ¡gran bandido!

Eres la negra cabeza de puente

de la horrorosa corrupción burguesa

en el filo—marxismo decadente.

Avido como pájaro de presa,

refleja tu persona a un mar de idiotas,

y es su retrato, en ti, lo que interesa.

Por eso no caminas, y rebotas

contra la parte más noble y sufriente

de tu partido, y te ladran las botas.

¡Tú, el discriminador impenitente,

burócrata y plutócrata racista

que insulta a herida, a eterna, a heroica gente!…

Es que tienes costumbres de alquimista

de fiambrería, y es que estás vendido,

todo, al gran criminal imperialista.

Es que tienes costumbres de alquimista

de fiambrería, y es que estás vendido,

todo, al gran criminal imperialista.

La baba oscura del hampón, hundido

en la maldad oblicua del plagiario,

te chorrea del corazón podrido.

Y las pelotas del «estravagario»,

juegan al campeonato del canalla

en el gran orinal «crepusculario».

Eres el «jefe» de una tal morralla,

tan desleal como todo cobarde,

y mereces escupos, no metralla.

Calumniador e infamador, tu alarde

de apropiarte de un muerto es de demente,

que se ahoga en los mares de la tarde.

Abominando del hombre valiente,

echas en cara la desgracia humana,

y, al insultar, muestras la bestia ingente.

¡Es tan abyecta tu actitud marrana

y es tan de amoral tu ejecutoria…

¡debiste ser hijo de puto y rana!…

Chillas por eso pidiendo euforia

necio—anormal de «un puntapié en el culo»,

y el ser pro—imperialista es tu victoria.

Tu condición de Judas y de Chulo,

corrompe con dinero mal habido,

y a quien explotas, lo declaras nulo.

Tu verso inmoral se ha «enriquecido»

de un mil de pederastas de prontuario:

cantas por paga, en tu rabel transido.

Estafándola, alzando su calvario,

a aquella fiel humilde «hormiguita»,

formas la roña del prostibulario.

Por tu gran colección hermafrodita

sin que falte una loca Concha sola,

la Reacción mundial te felicita.

la miendo por debajo de la cola

al ladrón del Viet Nam, al asesino,

eres el héroe de la coca—cola.

Gran comensal del Wall Street ladino

miras a Cuba como los «gusanos»,

y su martirio te importa un comino.

Tu comunismo es farsa de Casi Anos

emputacidos y escandalosos,

que vende, como reses, sus hermanos.

Ceñido de mugrientos y roñosos,

tinterillo de latifundistas,

yo te comparo a los perros tiñosos.

Defiendes, pisoteando comunistas,

a los patrones contra los peones,

y los dueños de fundo son tus pistas.

Ladroneando, eres tú flor de bribones,

y como vives de seres dudosos,

auspicias guardaespaldas maricones.

Insultador de héroes grandiosos,

como Mao Tse—tung y su Partido,

entregas sangre ajena alos golosos.

Tu «pedosita» es pacotilla, herido

de vanidad añeja de ramera,

«gozas» de «fama», pero estás vencido.

A la siniestra mafia aventurera

de la chacota en la literatura

tu camarilla le dio pedorrera.

¡Oh! mixtificador, tu sinecura

de atorrante político, «escruchante»

poético, es un tarro de basura.

Engañas a «las musas», y el cantante

de prostíbulo que hay en tus muletas,

en las ideas es un comerciante.

Sodomitas, rufianes, proxenetas,

pacotilleros y filibusteros,

te corretean entre cuchufletas.

Bohemio y metafísico, en usleros

de material confuso estás sentado,

como en grandes divanes de braseros.

De «Derecha» y de «Izquierda» te has timbrado

y oscilas de entre alones y loyolas,

manoseando para lado y lado.

Como te arrastran las sesenta bolas

de las antologías criminales,

te balanceas en las carambolas.

Un rebizno mundial de homosexuales,

monta la máquina cosmopolita

de tus negocios internacionales.

Y hasta el cura pronazi aranedita

llorando se arremanga las polleras

en honor de tu gran guata «bendita».

Yegua de arreo, riega las praderas

de la bohemia tu meada de piojo

funeral, corroído de goteras.

Los de Hernanes, el negro y el rojo,

son los sucios eunucos amarillos

de tu harem: Cardenal y Matapiojo.

Ellos te chupan de los calzoncillos

la bazofia, con lengua de lacayos:

pían sin pico, aunque son pajarillos.

Tal como dos esclavos, dos cipayos

enmascarados en su podredumbre,

sirvientes del verdugo y papagayos.

Los «capos» de la antigua servidumbre

te abandonaron por ingrato e inmundo

como a un cuchillo mordido de herrumbe.

Hoy por hoy, solo, en el hoyo del mundo

chillas y gritas, espantosamente,

lo mismo que un zapato moribundo.

Y aunque manchas tu patria, impunemente,

contrbandeando éxito por mérito,

te escupe un gran gargajo frente a frente.

Vendido a Norteamérica, el pretérito

de tus engaños al proletariado,

da vuelta la chaqueta al benemérito.

Traidor y desertor calificado,

te burlaste de los trabajadores

yendo de negociado en negociado.

Tu frenesí es corruptor de menores

intelectuales, «regolucionario»

a lo Mansilla, «Rey» de embaucadores.

«La araña negra» y «el patibulario»

te llamó Juan de Luigi, al cual echabas

en cara la ceguera… ¡oh!, mal corsario.

Telarañoso y mercantil, alabas

lo que negaste, como equilibrista,

y al Premio Nobel lo llenas de babas.

De país en país, gran arribista,

tu gonorrea literaria has ido

vendiendo como egregio pendolista.

Tu «reconciliación» de forajido

con el imperialismo, es lo más lógico:

se van de corrompido a corrompido.

Como un bruto o eunuco patológico

estás sobre las clases defecando

y a tu estiércol lo estimas antológico.

Un viejo perro muerto anda aullando

en tus quejidos de gran roña ahita

y, al vomitar, te vas desintegrando…

Toda tu obra mal robada, imita:

«Macchu—Picchu» es Ramponi, el argentino,

a quien plagiaste su «Piedra Infinita».

Tagore, Baudelaire, Vallejo, (vino

y mito), te encubren, y te aterra

haber transado tu alma de cochino.

El fosil colonial de Inglaterra

entre biblias y whiskyes y serpientes

engendró «Residencia en la Tierra».

Si hablando a gentes proletarias, mientes,

mientes cantando y llorando y, mintiendo,

mientes a delincuentes y a inocentes.

Como lo heroico no lo estás viviendo,

tú frenas la potencia de las masas

con tu veneno «poético» horrendo.

Por tus siete maletas, sobrepasas

el equipaje multimillonario,

cuando el botín repleta tus tres casas.

A alguna menopáusica de acuario,

«tu Farewell» ¡de Blomberg!, le produjo

alteraciones en su calendario.

Sabat Ercasty te dejó con pujo

sangriento, y «El Hondero Entusiasta»,

es la baraja y el moco del brujo.

Siendo un feto, te das de iconoclasta,

y a mí me has estafado desde el nombre

a esta línea de fuego, que te aplasta.

No eres un hombre pobre un pobre hombre

condecorado como a un espía

del anticomunismo, cobre a cobre.

«Punta de lanza» de la porquería

capitalista, porque no batallas,

en la agonía de la burguesía.

Ni Trujillo agregó a tantas medallas

tanta asquerosa maldad engañosa,

y «Chapitas» fue ejemplo de canallas.

El gran oficialismo es tu ruidosa

pantalla, adulas a cualquier Gobierno

y le cambias por plata, verso o prosa.

«Gran mal poeta», (engendro del infierno),

te llamó Juan Ramón en «Españoles

de Tres Mundos», Caín de mas de un cuerno.

¡Y tú, coleccionando caracoles

o mascarones en que te defines!…

«Radio La Habana» baleó tus controles…

Entre los más rosados querubines,

te «canonizarán» de comunista

con la trompeta de los malandrines.

Un Belaúnde pronacifascista

y asesinador de guerrilleros

coronó tu cinismo de pancista.

Como a chancha «matada», los culeros

te lastiman el lomo y las berijas,

(dos instrumentos de los marulleros).

Es decir, las ambiguas sabandijas

de la retórica y de la poética,

ya sólo en los sobacos las prohijas.

Porque como eres «loco» de la estética

y el robot parroquial de un clan idiota,

hasta tus cómplices piden genética.

¿Tú revolucionario? La pelota

del trotzquismo te cuelga del hocico,

enmascarándote. Y Lenin te azota.

Con tu conducta de sapo y de mico

ofendes a la inmensa clase obrera,

y a costillas del pueblo eres tan rico.

Además, el Pentágono reitera

en dólares sonantes y contantes,

su amor a la canalla aventurera.

Y la CIA procura resonantes

éxitos al carajo «bien portado»

y condecoraciones y diamantes.

Y un horrendo esplendor prefabricado

y queso y pan y vino, todo de oro,

y los difraces del enmascarado.

La gritería universal, el toro

de cartón rojo, el Caballo de Troya,

la gran máquina—jaula para el loro.

Turbia gran bruja macabra de Goya

es tu aflicción de «Toribio Gallina,

el Náufrago», colgando de una bo… ya.

A tu «realismo» échale formalina

en el tronco esencial de la macana,

porque muestra su lengua femenina.

La épica social americana

la escribo yo, rugiendo pueblo adentro,

con mi pluma—fusil, (gran hacha humana).

Y tu canción de amor es epicentro

de mistificadores, y bolina

de maricas, con punto y como al centro.

Lo bautizaste como «Guillermina»

al «Mascarón», que oculta tus «apremios»

de bailarín de la Tía Carlina.

Y si aún deseas premios y más premios,

te ofrezco el premio a la sirvengüenzura

colosal y feroz de los bohemios,

que se cavan la propia sepultura:

no importas tú, ¡importa tu impostura!…

https://www.poeticous.com/pablo-de-rokha/tercetos-dantescos-a-casiano-basualto-dedicado-a-pablo-neruda

Nuestro periodismo es democrático e independiente . Si te gusta nuestro trabajo, apóyanos tú también. Página informativa sobre eventos que ocurren en el mundo y sobre todo en nuestro país, ya que como dice nuestro editorial; creemos que todo no está perdido. Sabemos que esta democracia está presa sin posibilidad de salvarse aunque su agonía es lenta. Tenemos que empujar las puertas, son pesadas, por eso, necesitamos la cooperación de todos. Soñamos con una patria próspera y feliz, como idealizó el patricio Juan Pablo Duarte. necesitamos más que nunca vuestra cooperación. Haciendo clic AQUÍ ó en el botón rojo de arriba
Correo
Facebook
Telegram
Twitter
WhatsApp

Noticas Recientes

Opinión