Los niñitos por Juan Antonio Alix

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Juan Antonio Alix

Los niñitos

Que se oían gritando en noches pasadas
en la Iglesia de Nuestra Señora de la
Altagracia.

El caso que resultó

En la Iglesia de Altagracia,

Aunque falto soy de gracia

A contarlo vengo yo.

Tal cual como lo contó

De aquel templo una vecina,

Que se halló en la fajina,

Dizque de unos niñitos

Trancados y dando gritos

En esa mansión divina.

Los niños dizque decían

¡Ay mamá! ¡ay mamá!…

¡Ay papá! ¡ay papá!…

Y a carcajadas reían.

Pero tanta bulla hacían

Que la policía corrió,

Y el vecindario acudió

Lleno de miedo profundo;

Y así fué que todo el mundo

Por allí se alborotó.

Unos cuantos que miraban

Por el abra de una puerta.

Decian como cosa cierta

Que en el coro se encontraban.

Unos niños que cantaban

En fila todos parados;

Y a otros veían sentados

Desnuditos en los bancos;

Y que todos eran blancos

Con gorritos colorados.

El sacristán de la Ermita.

Que se apareció en chancleta.

Armado de una escopeta

Y de un revólver marmita.

Para cantar el rosario

Por aquellos angelitos

Que de los cielos benditos

Bajaron a aquel santuario.

“Que salga una comisión

dijo allí un mequetrefe—

Para darle parte al Jefe

De esta sagrada mansión”.

Tocó allí una campanita

Así fue, sin dilación,

Y reunió al vecindario

El cura al momento vino,

Y al abrir con mucho tino

De la Sacristía la puerta,

Salió a carrera abierta

Huyendo un perro barcino.

Es todo cuanto ha pasado

En la Parroquia Altagracia,

Que no ha sido una desgracia

Como ya se ha propagado;

Un pobre perro trancado

En la iglesia dando gritos;

Eran pues los angelitos

Que ¡ay mamá! dlzque decían,

Y que también los veían

Con gorros y desnuditos.

Lo que sí es cosa cierta,

Y se puede asegurar,

Que no pueden ya dejar

Iglesia ninguna abierta.

Ya es preciso andar alerta

Con los brujos hoy en día,

Pues toda esa ratería

En las iglesias divinas,

Son los brujos y adivinas

Para arreglar brujería.

Y es cierto que al Padre Armando

Le han robado del altar,

Un vaso que suele usar

Cuando él está consagrando

Y Luis Pérez predicando

Se ha quejado ya con pena.

Que alguna persona buena,

Creyendo hacerle un favor

Entró a la Iglesia Mayor

Y le robó su patena.

(1904)

Los brujos y las adivinas están de
plácemes! No hay quien les llegue al
cuero.
Así memo, así!

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