
Enfrentamiento Iglesia-Estado
Arzobispo Portes y Santana
Narrado por el historiador Vetilio Alfáu Durán:
“El 14 de marzo de 1853 la desarmonía del gobierno de Santana con la Iglesia llegó al colmo. Ese día el Presidente hizo comparecer al anciano prelado al Salón de sesiones del Congreso Nacional, donde tuvo lugar una escena que puso angustia en la conciencia popular.
“Una vez allí, en presencia de los Diputados y Senadores, reunidos en sesión conjunta, de los miembros el gabinete y de otros funcionarios civiles y militares de la nación, se inició la escena que según el Arzobispo Portes había sido ensayada de antemano. No puede ser más fiel la patética acta legislativa de ese día, a la cual atribuyo Félix María del Monte la mayor exactitud.
“Veamos el citado documento en la parte que nos interesa:
“General Santana: Señor Arzobispo: he llamado a S. Ilma. ante el Congreso Nacional, porque así lo exige el interés público.
Los dominicanos señor Arzobispo se alzaron contra los haitianos en 1844 para disfrutar de independencia y sosiego; la Divina Providencia corono el suceso y los pueblos se reunieron en masa para dictar sus leyes políticas. En 1845, esos mismos pueblos pusieron en práctica el Código de la Restauración francesa. Esas leyes señor Arzobispo, son las que el Presidente de la República ha jurado ante la Nación guardar y hacer guardar, cumplir y hacer cumplir. Y, Señor Ilmo. el Presidente está resuelto a hacer ejecutar esas leyes a que los tribunales las guarden y las ejecuten.
El país Señor Ilmo., está en anarquía porque los poderes se confunden y las consecuencias de esto las soportaremos inmediatamente un corto número de individuos que siempre presenta el pecho a los peligros. Así que lo he llamado a V. para que ante el Congreso Nacional jure la Constitución del Estado.
Monseñor Portes: Señor Presidente: Voy a contestarle a V. en pocas palabras. Yo he jurado guardar la Constitución del Estado; pero sin renunciar a las prerrogativas de mi Iglesia. Yo no juro leyes inicuas.
General Santana: Señor Ilmo.: El pueblo está en la necesidad de darse leyes y no puede consentir dos Poderes en el Estado, porque no puede haberlos.
Monseñor Portes: No, no Señor Presidente: no diga V. eso. Hay dos potestades aquí, la Civil y la Iglesia. Yo soy un enviado de Dios.
General Santana: Señor Arzobispo, repito a S. Ilma. que yo he jurado hacer observar las leyes del país; y los Códigos están en vigor o no, Señores Representantes de la Nación?.
Varios Representantes: Si, Señor!
General Santana: Pues bien: con esas leyes se me ha entregado el país, con esas leyes esta en relación con otras naciones y sabré hacerlas cumplir. Vosotros sabéis que el Presidente debe observarlas. El las observara.
Monseñor Portes: No, no! No, Señor Presidente.
Varias voces del pueblo y de la Representación Nacional: Si! Si! Si!
Monseñor Portes: Dirigiéndose a los Representantes: Esta bien; ya veo que esto estaba ensayado.
General Santana: No, se equivoca V. Señor Arzobispo: el Presidente Santana nunca usa tales medios. Y además, no es hoy la Representación Nacional quien va a resolver, sino yo, que soy el depositario de la tranquilidad pública y veo que la Republica esta en anarquía.
Monseñor Portes: Son herejes los que imbuyen a V. en esas ideas.
General Santana: No, Señor Arzobispo, yo procedo por mi; a mi no me influye nadie. Si son herejes son los que no piensan como V. todos seremos herejes; pero V. está en la obligación de jurar la Constitución política del Estado.
Monseñor Portes: No Señor, yo no juro esa Constitución maldita, esa Constitución herética. Me embarcare primero.
General Santana: Advierta S. Ilma. que yo no soy hombre de la fuerza; yo soy un hombre del pueblo, yo sigo al Pueblo, yo voy con el. Y si el pueblo me dice –vamos a lanzarnos en un despeñadero- yo me lanzo con el!
Varias voces se alzan: ¡Viva el Presidente de la Republica!
Monseñor Portes: Bueno: embárqueme.
General Santana: No, no Señor Arzobispo, yo no lo embarcare a V.
Monseñor Portes: Pues yo me iré.
General Santana: (Presentándole un pliego). Bien: Aquí tiene V.
Monseñor Portes: (Tomándolo): ¿Qué es esto? Abriéndolo. Mi Pasaporte!…corriente, me embarcare y V. Señor Presidente, tendrá que acordarse de mi
General Santana: Señor Arzobispo: Yo siempre he sido y soy muy religioso, muy católico. El pueblo dominicano lo sabe bien; yo le aprecio a V. mucho como individuo; pero ahora me veo forzado a proceder como Presidente de la Republica, encargado de guardar la tranquilidad de ella. El Clero amenaza alterarla y es mi deber adoptar una medida que salve el país. Yo siempre he sido el mediador del Clero y del Pueblo. Yo siempre he vencido sus dificultades; ¡y cuantas veces se me ha requerido azuzar contra el orden publico! (Aquí se detuvo el Presidente como evitando revelar especies trascendentales del Clero contra el Pueblo).
Pero Pueblo Dominicano! Yo no abuso del Poder, yo no hago fuerza! Yo lo que quiero es salvar el País !!!
Al oír esto el pueblo y la Representación Nacional volvieron a vitorearlo gritando: Viva el Presidente Santana!
En este momento se retiro el Señor Arzobispo, acompañado de la Comisión que había ido antes a buscarlo, aunque la rehusaba.
General Santana: El Clero no debe tener ninguna participación en los asuntos del Estado. Ahí está la primera nación del mundo, la Francia, que va a la vanguardia de la civilización, ¿Y que es allí el Clero? ¿Cuántas penas no tiene allí el Sacerdote que sube al pulpito y se mezcla en los negocios políticos?. Y entre nosotros porque han de excederse en sus facultades los sacerdotes? Vosotros sabéis los abusos que han cometido en las provincias del Seybo, –de donde era oriundo el General Santana– reduciendo a prisión a algunos de nuestros conciudadanos así como en la del Cibao, poniéndola en peligro de formar una secta aparte; y mucho más por la excomunión de que tenéis tantas noticias como yo”.
Hasta aquí el relato del enfrentamiento del general Santana con el Arzobispo Tomas de Portes e Infante.
Publicado 5th March 2015 por Anonymous
https://guidoriggio.blogspot.com/2015/03/enfrentamiento-iglesia-estado-portesy.html