
Por Diario Al-Quds Libération
Las fuerzas de ocupación israelíes siguen obstaculizando el cumplimiento de sus obligaciones en virtud del acuerdo de alto el fuego en Gaza, al vincular la apertura del cruce de Rafah y la ampliación de la ayuda humanitaria a la devolución de todos los cadáveres de sus soldados retenidos en la Franja.
La radio israelí citó a una fuente oficial diciendo que el gobierno había decidido no iniciar la segunda fase del acuerdo hasta que «se recuperen todos los cuerpos de los soldados secuestrados», añadiendo que el cruce de Rafah permanecería cerrado hasta que «Hamás intensifique sus esfuerzos para devolver los cuerpos».
Esta postura se produjo a pesar del anuncio de las Brigadas Qassam, el ala militar de Hamás, de que habían entregado todos los cuerpos que habían recuperado y que necesitaban equipo pesado para retirar los escombros y recuperar los cuerpos restantes de debajo de los escombros.
En una declaración del miércoles, las Brigadas Qassam dijeron que la resistencia había cumplido con los términos del acuerdo de intercambio de prisioneros, confirmando que había entregado a todos los prisioneros vivos y todos los cuerpos accesibles.
Las Brigadas Al-Qassam aclararon en un comunicado recibido por el Centro de Información Palestino que los cuerpos restantes requieren esfuerzos importantes y equipo especial para buscarlos y recuperarlos, señalando que están haciendo esfuerzos intensos para cerrar completamente este archivo.
La evasión de Israel de sus obligaciones se produce en un momento en que continúa con sus ataques y bombardeos. Hasta la fecha, ha matado al menos a 10 civiles y herido a decenas más como resultado de disparos y bombardeos dirigidos contra civiles que intentaban inspeccionar sus hogares en el este de la Franja de Gaza.
Esta postura israelí surge en medio de advertencias de organizaciones internacionales de derechos humanos sobre la continua política de castigo colectivo contra la población de Gaza. Human Rights Watch declaró que Israel debe «levantar completamente su bloqueo ilegal y facilitar la reconstrucción sin restricciones», considerando que el control continuo de la entrada de ayuda humanitaria y la toma de rehenes civiles con fines políticos constituye una flagrante violación del derecho internacional humanitario.
Los observadores creen que Israel está utilizando la cuestión de los cadáveres como pretexto para eludir sus obligaciones humanitarias y mantener la presión sobre Hamás tras su fracaso en alcanzar sus objetivos militares.
Afirman que la negativa a permitir la entrada de maquinaria pesada necesaria para retirar los escombros contradice las afirmaciones del gobierno israelí respecto de su interés en recuperar los cuerpos de sus soldados.
Los funcionarios de las agencias de socorro indican que el continuo cierre del cruce de Rafah y las restricciones al movimiento de la ayuda están exacerbando la crisis humanitaria en la Franja, donde más de dos millones de palestinos sufren una grave escasez de alimentos, agua y medicinas, mientras que los cuerpos de miles de mártires palestinos han permanecido bajo los escombros durante semanas sin posibilidad de recuperación.
Según los observadores, Israel parece decidido a utilizar la situación humanitaria como moneda de cambio política, amenazando con desmantelar los frágiles acuerdos alcanzados y sumergir de nuevo a la Franja de Gaza en una guerra abierta. Esto ocurre en un momento en que aumentan los llamamientos internacionales para el levantamiento inmediato del bloqueo y la reanudación incondicional de la entrega de ayuda.
En el contexto de esta escalada, el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo el miércoles que consideraría permitir que las fuerzas israelíes reanuden los combates en la Franja de Gaza si el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) no respeta el acuerdo de alto el fuego, pese a que el retraso en su implementación es israelí.
El viernes 10 de octubre entró en vigor la primera fase del acuerdo de alto el fuego e intercambio de prisioneros, de acuerdo con el plan de Trump.
A cambio, Israel liberó a 250 prisioneros palestinos que cumplían cadena perpetua, además de los 1.718 prisioneros que había arrestado en la Franja de Gaza después del 8 de octubre de 2023.
Más de 10.000 prisioneros palestinos, entre ellos niños y mujeres, permanecen en cárceles israelíes, sufriendo tortura, hambre y descuido médico. Muchos de ellos han sido martirizados, según informes de medios de comunicación y organizaciones de derechos humanos palestinas e israelíes.
Con el apoyo de Estados Unidos, Israel ha estado cometiendo genocidio en Gaza desde el 7 de octubre de 2023, dejando 67.913 mártires y 170.134 heridos, en su mayoría niños y mujeres, y una hambruna que se cobró las vidas de 463 palestinos, incluidos 157 niños.
