EDUCACIÓN.- ENSAYO SOBRE EL ENFOQUE CRÍTICO DE MICHAEL APPLE Y EL ENFOQUE PRÁCTICO DE SCHWAB

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En el ámbito educativo, existen diversos enfoques que buscan transformar el proceso de enseñanza y aprendizaje. Dos de estos enfoques son el de Michael Apple y el de Joseph Schwab, quienes abordan la educación desde perspectivas diferentes pero complementarias. Michael Apple, con su enfoque crítico, se centra en las estructuras de poder que influyen en el currículo y la enseñanza, mientras que Joseph Schwab propone un enfoque práctico que destaca la importancia de las decisiones pedagógicas en el aula. Ambos modelos ofrecen visiones significativas sobre cómo mejorar la educación, aunque cada uno tiene énfasis distintos: uno en la crítica social y política, y el otro en la acción pedagógica concreta.

POSTURA Y ELEMENTOS DE LOS MODELOS EDUCATIVOS

Michael Apple y su enfoque crítico: Apple sostiene que la educación es un campo de lucha política en el que las ideologías dominantes son impuestas a través del currículo escolar. Según él, las políticas educativas no son neutras, sino que están orientadas a perpetuar las estructuras de poder y las desigualdades sociales. Su enfoque crítico señala que los sistemas educativos deben ser cuestionados y transformados para que puedan servir a los intereses de todos, especialmente de aquellos grupos sociales marginados.

Apple destaca la importancia de reconocer la relación entre la educación y las estructuras de poder en la sociedad, lo que requiere un análisis profundo del currículo y de las prácticas pedagógicas que se emplean. El enfoque crítico de Apple está profundamente enraizado en la idea de que la educación no es un proceso neutral, sino que está cargado de ideologías y relaciones de poder. Según Apple, el currículo escolar refleja y reproduce las desigualdades sociales existentes, al estar diseñado en su mayoría desde las perspectivas de las clases dominantes. Para él, el currículum debe ser un campo de crítica, donde los estudiantes sean capaces de cuestionar las estructuras sociales, económicas y políticas que definen sus vidas. Apple aboga por una educación que fomente la reflexión crítica sobre los valores, las creencias y las prácticas que dan forma a la sociedad. En este contexto, Apple no solo critica la enseñanza como un medio de reproducción de ideologías dominantes, sino que también propone un modelo educativo que permita la transformación social.

Esto implica una revisión de las políticas educativas y de los contenidos curriculares, para que la educación sea un espacio inclusivo y democrático, que garantice la justicia social. En cuanto a los avances tecnológicos, Apple podría ver con escepticismo el papel que las herramientas digitales juegan en la educación, al considerarlas potenciales vehículos para la perpetuación de las desigualdades, en lugar de herramientas liberadoras. Sin embargo, también podría reconocer que las tecnologías pueden ofrecer nuevas formas de acceso a la información, si se utilizan de manera crítica y consciente.

Joseph Schwab y su enfoque práctico:

Por otro lado, Schwab propone un enfoque práctico de la educación, centrado en la toma de decisiones dentro del aula. Su modelo se basa en la idea de que la enseñanza no debe ser un proceso meramente teórico, sino que debe orientarse hacia la resolución de problemas concretos que los docentes enfrentan en su práctica diaria. Schwab se enfoca en la necesidad de que los profesores se conviertan en prácticos reflexivos, capaces de adaptarse a los contextos y necesidades de sus estudiantes. Su modelo sugiere que la educación debe ser flexible, contextualizada y dinámica, considerando siempre las realidades específicas de los alumnos y del entorno educativo. Por otro lado, Joseph Schwab, con su enfoque práctico, pone el foco en la toma de decisiones pedagógicas diarias que los docentes deben realizar dentro del aula. Según Schwab, la enseñanza debe basarse en situaciones concretas, locales y flexibles, más que en teorías abstractas o en enfoques rígidos de currículo.

La clave de su modelo es la «práctica reflexiva», que permite a los docentes ajustar su enseñanza según las necesidades de los estudiantes, los contextos culturales y las circunstancias del aula. Para Schwab, la educación es un proceso dinámico que no puede ser abordado de manera unidimensional, sino que debe tener en cuenta la interacción entre el contenido, el docente y los estudiantes. Este enfoque práctico es más adaptable a los avances tecnológicos, ya que la tecnología puede ser utilizada como una herramienta para facilitar el aprendizaje contextualizado y mejorar la interacción entre estudiantes y docentes. Schwab podría ver en las tecnologías una valiosa ayuda para personalizar la enseñanza y ofrecer a los docentes mayores recursos para tomar decisiones pedagógicas informadas. No obstante, su énfasis en la adaptabilidad y la contextualización sugiere que las tecnologías deben ser usadas de manera cuidadosa, considerando las especificidades del entorno educativo.

ELEMENTOS QUE CONFORMAN EL MODELO EDUCATIVO DE CADA AUTOR

Los enfoques de Michael Apple y Joseph Schwab representan dos perspectivas educativas contrastantes, pero ambos ofrecen elementos clave que han influido en la teoría y práctica educativa contemporánea. A continuación, se detallan los elementos fundamentales que conforman cada uno de estos enfoques. Elementos del modelo crítico de Apple: Currículo y poder:Apple destaca que el currículo escolar refleja las relaciones de poder existentes en la sociedad. Los contenidos, enfoques y métodos de enseñanza a menudo están diseñados para reproducir las ideologías dominantes y las desigualdades estructurales. Apple argumenta que el currículo no es neutro, sino que refleja las relaciones de poder dentro de la sociedad. Los contenidos, las estructuras y los enfoques pedagógicos son, en gran parte, productos de intereses de las clases dominantes. Estos contenidos perpetúan una visión del mundo que favorece a los grupos poderosos, mientras que marginaliza a otros.

Crítica social:

El modelo de Apple pone énfasis en la necesidad de una educación crítica que forme ciudadanos capaces de cuestionar el orden social y político. Es crucial que los estudiantes desarrollen una conciencia crítica de las realidades sociales, económicas y políticas que los rodean. Transformación educativa:Apple aboga por un cambio profundo en el sistema educativo, proponiendo una educación más inclusiva y equitativa, que cuestione las estructuras jerárquicas y permita a los estudiantes acceder a una educación que promueva la justicia social.

Apple propone una educación liberadora que tenga como objetivo la transformación social. Esto implica que la educación no debe ser vista solo como un proceso de adquisición de conocimientos, sino como un espacio donde se promueva la conciencia crítica y la capacidad de los estudiantes para cuestionar el status quo.

Elementos del modelo práctico de Schwab: Joseph Schwab, por su parte, adopta un enfoque centrado en la práctica pedagógica, que pone énfasis en la toma de decisiones diarias que los docentes deben hacer en función de las realidades del aula. Su modelo educativo es más flexible y contextualizado, y está orientado a resolver problemas específicos y concretos que surgen en el contexto educativo. Los elementos clave de su enfoque son los siguientes:

Práctica reflexiva:Schwab pone un énfasis especial en la necesidad de que los docentes reflexionen constantemente sobre su práctica pedagógica. Esta reflexión les permite ajustar sus métodos de enseñanza a las necesidades de sus estudiantes y al contexto específico en el que trabajan. La práctica reflexiva permite que los educadores evalúen lo que funciona o no en su enseñanza, y a partir de ello, adapten sus métodos y enfoques, haciendo de la enseñanza un proceso dinámico y adaptable. Resolución de problemas:La educación, según Schwab, no debe ser vista como un proceso teórico aislado, sino como un medio para resolver problemas educativos concretos. La enseñanza debe ser pragmática y centrada en la acción. Los educadores deben estar preparados para abordar y resolver problemas que surjan en el aula, tales como la diversidad de estudiantes, las diferencias de rendimiento, las dificultades emocionales, y los desafíos relacionados con el contexto social y cultural de los alumnos. En lugar de adherirse a un currículo rígido, Schwab propone que los educadores se enfrenten a situaciones concretas y resuelvan problemas educativos de forma práctica. La enseñanza se convierte en un proceso de adaptación continua. Flexibilidad y contextualización:Schwab defiende un enfoque que sea adaptable a las circunstancias locales, ya que los problemas educativos no son universales. Los educadores deben ser capaces de modificar su enfoque según las características de los estudiantes y el entorno en el que enseñan.

POSIBILIDAD DE CONSTRUIR UN AMBIENTE EDUCATIVO SEGÚN LOS ENFOQUES DE APPLE Y SCHWAB

Enfoque crítico de Apple:Construir un ambiente educativo acorde con el modelo crítico de Apple implica replantear las estructuras tradicionales de enseñanza y curriculum. Sería necesario promover una educación que cuestione las relaciones de poder y que fomente el pensamiento crítico entre los estudiantes. Sin embargo, esto puede resultar un desafío dentro de los sistemas educativos actuales, que a menudo están estructurados para mantener el status quo. No obstante, los docentes pueden fomentar un ambiente crítico mediante la creación de espacios de diálogo, reflexión y análisis de los problemas sociales. Enfoque práctico de Schwab: Implementar un ambiente educativo según el modelo de Schwab parece más viable en el salón de clases, ya que se enfoca en la práctica diaria del docente. Los maestros pueden adaptar sus métodos de enseñanza según las necesidades de sus estudiantes y el contexto, lo que permite una mayor flexibilidad. La creación de un ambiente práctico depende de la habilidad de los docentes para reflexionar sobre su enseñanza y ajustarla a las circunstancias cambiantes, lo que es posible en muchos contextos educativos.

La integración de la tecnología en el ámbito educativo representa un reto considerable, tanto desde la perspectiva crítica de Apple como desde la práctica de Schwab. En primer lugar, los avances tecnológicos han transformado la manera en que accedemos a la información, pero también han planteado nuevas desigualdades. Apple podría argumentar que las tecnologías, como las plataformas de aprendizaje en línea o las aplicaciones educativas, pueden ser utilizadas por las instituciones educativas y las corporaciones para controlar el conocimiento y perpetuar la brecha digital entre diferentes clases sociales. Para Apple, la tecnología podría funcionar como una extensión de las estructuras de poder que ya existen en la sociedad, lo que obliga a los educadores a cuestionar cómo y para qué se utilizan estas herramientas en el aula. En este sentido, la educación digital puede tener el potencial de reforzar las desigualdades sociales si no se lleva a cabo de manera inclusiva. Por ejemplo, el acceso desigual a dispositivos tecnológicos y a internet puede profundizar las brechas de aprendizaje entre estudiantes de diferentes contextos socioeconómicos.

Apple destacaría la importancia de que la tecnología no sea vista como un fin en sí misma, sino como una herramienta que debe ser utilizada de manera crítica, teniendo en cuenta las implicaciones políticas, sociales y económicas que conlleva. Por otro lado, Schwab, al centrarse en la práctica pedagógica, ofrece un enfoque más flexible frente al uso de la tecnología en el aula. Desde su perspectiva, los docentes pueden utilizar las tecnologías como herramientas para resolver problemas concretos dentro del aula, adaptándolas a las necesidades específicas de los estudiantes. Esto podría incluir el uso de plataformas interactivas para promover el aprendizaje colaborativo, herramientas de gamificación para aumentar el compromiso de los estudiantes, o aplicaciones personalizadas que ayuden a los estudiantes a aprender a su propio ritmo.

Sin embargo, Schwab también advierte sobre la importancia de no caer en la trampa de la tecnología por la tecnología misma. Las tecnologías deben ser seleccionadas y utilizadas con cuidado, teniendo en cuenta el contexto específico de cada aula y las necesidades particulares de los estudiantes. Para Schwab, la clave es la flexibilidad: las herramientas digitales deben ayudar a los docentes a tomar decisiones pedagógicas fundamentadas en la realidad de su entorno educativo, sin que estas herramientas se conviertan en una distracción o en un sustituto de la interacción humana en el proceso de enseñanza.

CONCLUSIÓN:

Al comparar ambos enfoques, considero que ambos tienen un valor significativo para la educación, aunque personalmente me identifico más con el enfoque práctico de Schwab. Su énfasis en la reflexión pedagógica y la resolución de problemas concretos me parece fundamental para el trabajo diario de los docentes, quienes deben enfrentar una variedad de situaciones inesperadas y diversas en sus aulas. No obstante, reconozco la importancia del enfoque crítico de Apple, especialmente en lo que respecta a la necesidad de transformar el sistema educativo para hacerlo más justo e inclusivo.

Ambos enfoques, aunque diferentes en su naturaleza, pueden complementarse en el desarrollo de una educación más equitativa y efectiva. Tanto el enfoque crítico de Michael Apple como el enfoque práctico de Joseph Schwab ofrecen perspectivas valiosas sobre la educación en el contexto de los avances tecnológicos.

Apple nos invita a cuestionar las estructuras de poder y a reflexionar críticamente sobre el papel de las tecnologías en la perpetuación de desigualdades, mientras que Schwab nos propone un enfoque más flexible y contextualizado en el que la tecnología se convierte en una herramienta al servicio de la práctica educativa diaria.

El reto de los avances tecnológicos en la educación no radica únicamente en el acceso a las herramientas, sino en cómo estas herramientas son utilizadas y contextualizadas. La reflexión crítica que propone Apple es crucial para evitar que la tecnología refuerce las desigualdades existentes, mientras que la flexibilidad que sugiere Schwab es esencial para adaptarse a las necesidades específicas de cada aula. Al integrar ambos enfoques, se podría crear un entorno educativo en el que la tecnología no solo facilite el aprendizaje, sino que también promueva la equidad y el acceso a la educación para todos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS•

Apple, M. W. (2004). Ideología y currículo. Ediciones Morata.

•Apple, M. W. (2012). Educación y poder. Ediciones Morata.

•Schwab, J. J. (1973). The practical philosophy of education. Philosophy of Education Society.

•Schwab, J. J. (1978). The practical: A language for curriculum. School Review, 86(3), 473-501.

•Apple, M. W. (2004). Ideología y currículo. Edición Morata. •Schwab, J. J. (1978)

. The Practical: A Language for Curriculum. School Review.

https://www.collegesidekick.com/study-docs/24041595

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