
“Israel es el Estado que más periodistas mata en el mundo”: testimonio directo
Yanis Mhamdi, periodista del medio francés Blast, fue arrestado ilegalmente por Israel cuando documentaba la misión humanitaria de la Flotilla de la Libertad rumbo a Gaza. En esta crónica denuncia el cerco informativo sobre Palestina, la persecución a periodistas y la complicidad internacional que sostiene la impunidad israelí.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
El pasado 1 de junio, un grupo de doce personas —entre ellas diez voluntarias humanitarias y dos periodistas— partió desde Catania (Italia) rumbo a Gaza a bordo del buque Madleen.
Su objetivo: romper el bloqueo impuesto por Israel a la Franja de Gaza, donde la hambruna se ha convertido en una herramienta bélica más.
Entre los tripulantes se encontraba Yanis Mhamdi, periodista del medio independiente francés Blast, conocido por su documental Netanyahu: retrato de un criminal de guerra.
Lo que debía ser una acción humanitaria y simbólica acabó convirtiéndose en una experiencia de detención ilegal, intimidación y tortura psicológica por parte del Estado israelí.“Nos secuestraron en aguas internacionales”
Según relata Mhamdi, en la noche del 9 de junio comenzó con una alarma a bordo.
“Escuchamos el ruido de un dron, que empezó a rociar un líquido blanco —quizás pintura— sobre el barco. Poco después, un segundo dron hacía un ruido ensordecedor. Luego apareció un barco militar israelí del que descendieron decenas de soldados”.

Fue entonces cuando un soldado lo apuntó con un arma y le ordenó dejar de grabar. “Me dijo: o sueltas la cámara o te disparo”.
Los tripulantes fueron obligados a permanecer en la cubierta bajo frío intenso durante horas. Después, los encerraron en el interior del barco. Finalmente, tras una travesía de más de 19 horas, fueron llevados al puerto de Ashdod, en territorio israelí. Todo ello a pesar de que se encontraban en aguas internacionales, a unos 200 kilómetros de Gaza.
Presiones, amenazas y cárcel
Ya en el puerto, el ejército israelí ofreció un documento a Mhamdi: si lo firmaba, reconocía haber entrado ilegalmente en Israel y se le prohibiría la entrada al país durante cien años.
“Rechacé firmarlo —explica el periodista— porque yo no entré en su territorio; ellos vinieron a por mí”.
La negativa tuvo consecuencias: una semana de prisión bajo condiciones que califica como “tortura psicológica”.
“Nos mantuvieron con la luz encendida todo el tiempo, lo que hacía imposible dormir. La celda estaba infestada de chinches, no sabíamos en qué hora vivíamos. Otros presos tenían derecho a leer y ver televisión. Nosotros no”.
La jueza encargada del caso dejó claro a su abogado que Mhamdi sería de los últimos en ser liberados: una forma de “dar ejemplo” a futuros periodistas que pudieran unirse a misiones similares.
“A los periodistas palestinos, simplemente, los matan”
Mhamdi afirma que su situación no fue peor gracias a su pasaporte occidental.
“Cuando eres periodista occidental tienes más suerte. A los periodistas palestinos simplemente los asesinan”. Desde el 7 de octubre de 2023, más de 200 periodistas palestinos han sido asesinados por Israel. “Es el Estado que más periodistas mata en el mundo”, sentencia.
Este bloqueo informativo no es nuevo. Mhamdi denuncia que Gaza está sellada a los ojos del mundo:
“Ningún periodista internacional puede entrar. La censura es total. Y cuando alguien como yo intenta romperla, acaba detenido o silenciado”.
Un sistema de impunidad
Las autoridades francesas, lejos de denunciar la situación, instaron a los detenidos a firmar el documento israelí.
“El propio cónsul francés hizo presión para que aceptáramos y así poder repatriarnos”, explica Mhamdi. “Francia quería que nos liberaran rápido, pero siempre bajo las condiciones de Israel”.
Tampoco los medios franceses han respaldado su labor. Algunos lo han tildado de “militante” en lugar de periodista.
“Eso es parte de la propaganda sionista que se ha infiltrado en Europa. El 90% de la prensa francesa pertenece a multimillonarios, y ellos promueven una ideología de extrema derecha disfrazada de información”.
Testimonios de compañeras de la Flotilla
Marie Dubois, voluntaria humanitaria francesa también a bordo del Madleen, recuerda con angustia su detención:
“Nos trataron como criminales. Nos gritaban en hebreo, nos esposaron sin explicaciones. Lo que más me dolió fue ver cómo a Yanis le arrancaban la cámara de las manos mientras intentaba documentar lo que pasaba”.
Por su parte, Leila Hassan, activista noruega, añade:
“Nos quitaron teléfonos, ordenadores, todo. Pero lo peor fue el silencio. Nadie nos decía qué iba a pasar, si nos iban a deportar o encarcelar. El miedo fue constante”.
El proyecto de denuncia continúa
Pese a todo, Mhamdi ha recuperado parte del material incautado y ya trabaja en un nuevo documental sobre esta travesía. Además, tiene previsto estrenar Alice in Setterland, sobre la vida de una mujer palestina con ciudadanía israelí que vive bajo el terror de los colonos.
“Intento desmontar el mito de que los palestinos que viven en Israel tienen una vida normal. No es así. Viven con miedo, con menos derechos y bajo vigilancia permanente”, denuncia el periodista.
Y concluye con una advertencia clara:
“El verdadero periodismo está bajo ataque. Si documentar un crimen te convierte en criminal, es que los verdugos son los que están escribiendo la historia”.
https://canarias-semanal.org/art/38104/los-periodistas-la-pieza-mas-codiciada-del-ejercito-israeli