

Ya se despejó la incógnita dentro de la «izquierda» mercenaria. La pre candidata del Partido «Comunista» fue electa como la candidata oficial del progresismo o mejor dicho de la «izquierda» mercenaria.
La participación en estas primarias, los resultados merecen varias lecturas e interpretaciones todas ellas relacionadas con la lucha interburguesa que se disputan la conducción, la hegemonía en un contexto de clara crisis política y de agotamiento del proyecto hegemónico burgués sumando a ello un altísimo repudio, 97%, del conjunto de la clase política.
Algunos Datos.
Cantidad de Votantes Habilitados para VotarTotal de Votos Emitidos | 15.499.0711.257.068 |
Jeannette Jara Partido Comunista. Acción Humanista, Izquierda Cristiana | 295.838 (60,28%) |
Carolina Tohá Partido Por la Democracia. Socialista, Radical y Liberal | 136.905 (27.89%) |
Gonzalo Winter Frente Amplio (Delfín de Gabriel Boric) | 43.794 (8.92%) |
Jaime Mulet Federación Regionalista Verde Social | 14.253 (2.90%) |
En las primarias pasadas donde fue electo Gabriel Boric como pre candidato presidencial, la participación fue de 1.700.000 votantes lo cual contrasta con los escuálidos 1.257.068 votantes más aún cuando los dirigentes del progresismo señalaban que la participación sería cercana a los 2 millones. Como sea esto refleja un baja considerable de participación considerando que todos los partidos participantes son partidos de gobierno y por lo tanto cuentan con recursos infinitos disponibles que junto al clientelismo expresado en puestos de trabajo en las instituciones del Estado hace que cuenten con una máquina electoral y de acarreo considerable. Estas prácticas son las prácticas históricas de la clase política y que en esta oportunidad no dió los frutos esperados y fueron incapaces de movilizar al conjunto de su militancia y de la burocracia sindical del Estado. Desde el punto de vista de la participación electoral constituye una fracaso estrepitoso y da cuenta también que los partidos del progresismo son más que nada partidos de papel inexistentes en la vida cotidiana y son lo más parecido a una pyme o a un emprendimiento personal o de algún grupo de socios.
¿Qué refleja esta elección al interior del progresismo?
Gonzalo Winter candidato del Frente Amplio, partido de Gabriel Boric, obtuvo solamente un 8.92% lo cual no está ni cerca de lo obtenido por Boric en la elección anterior. Esto muestra la incapacidad de Boric para generar simpatía hacia el Frente Amplio y apunta también a un desfondo del apoyo que alguna vez tuvo el Frente Amplio, y Boric, como novedad en la política. El gobierno de Boric por lo nefasto que ha sido no fue capaz de movilizar a los suyos, a los propios. Hay una desafección enorme desde las propias filas del Frente Amplio.
Carolina Tohá, ex ministra del Interior, apostó desde su cargo de ministra en hacer del combate a la delincuencia, de la aplicación de la «mano dura», del impulso de leyes represivas, de la validación de la policía militarizada de carabineros, de dejar en la impunidad a los crímenes cometidos durante el estallido social el eje de su discurso político y de su campaña electoral. Representó, como siempre lo ha hecho, la derecha al interior del progresismo y defensora de la Concertación y su legado, legado contra el cual el pueblo se alzó durante el estallido del 2019.
Jeannette Jara, ex ministra del Trabajo y Previsión Social, hizo su campaña teniendo como bandera la reforma a las AFPs la cual significó el fortalecimiento del las AFPs y de la entrega a estas de mayores recursos millonarios permanentes a esta industria y negocio. Fue Jara una de los ministros que de espaldas al pueblo se reunió con los dueños de las AFPs para negociar la aprobación de la reforma. La candidata «comunista» pudo ganar la primaria por cuanto el Partido «Comunista» se ha venido sometiendo a un proceso de «descomunitización», de «desplotarización» sólo comparable al proceso de Renovación Socialista de fines de principios de los 80s y que llevó al Partido Socialista a ser una partido socialdemócrata de mercado, capitalista y burgués.
El P «C» se derechizó hace bastante tiempo, se ciudadinizó, y ha estado dispuesto a que aceptar que Jara, al igual que Camila Vallejos y Carol Cariola, señale que en Cuba se violan los derechos humanos y que también existen presos políticos. Para el P «C» ya no es un problema que Jara esté dispuesta a renunciar a su militancia con tal de ser candidata. El P «C» con su derechización ha hecho de estas políticas y opiniones, se ha convertido en una expresión de «anticomunismo». ¿Puede un partido comunista ser anticomunista? ¡Claro que sí! Cuando es un partido «comunista» sólo de nombre y cuando este mediante su revisionismo permanente ha revisado tanto ya que dio tanta la vuelta revisionista que ha terminado cómodamente en la derecha, en el bloque en el poder. El partido de Jara ya no es comunista sino progresista, es decir, socialdemócrata. Por eso pudo ganar.
¿Y la clase trabajadora, el pueblo?
Con la concurrencia de tan sólo 1.257. 068 se realizaron una primarias sin la participación de la clase trabajadora, sin el pueblo y sin los ciudadanos. La masa a la cual estos politicastros pretenden representar no se sintieron interpretados, convocados ni reflejados en los discursos y en las propuestas.
La vida de las familias de trabajadores, de los pobladores, de los pueblos originarios, de la juventud popular están muy lejos de la zona de confort de los partidos del orden, del bloque en el poder, de la clase dominante. No hay nada que pueda conectar al progresismo en general con las necesidades y vidas cotidianas de la clase trabajadora y del pueblo. Existe una separación abismantes y los debates de la «alta» política hablan de un país, de un Chile, que en el común no existe. Mientras las cifras macroeconómicas hacen que el ministro de Hacienda se encuentre feliz, como perro con pulgas, lo concreto es que seguimos con sueldos de hambre que no superan la línea de la pobreza y con pensiones inferiores al sueldo mínimo. Ser trabajador activo, tener un empleo formal y ser jubilado es ser pobre, indigente. Nuestra realidad nos señala que la enorme mayoría de la fuerza laboral tiene empleo informal o débil y sólo el 20% de esta fuerza laboral tiene un empleo formal. Esta sólo realidad es obra y gracia de la «izquierda» mercenaria y de la derecha fascista las cuales han co-gobernado durante todo este tiempo, desde 1990.
¿Qué hacer?
Ya no hay más tiempo. Si bien es cierto la unidad es una exigencia estratégica no puede ser de esa amplitud que esa unidad acepto todo, cualquier cosa y a toda costa.
De ganar las elecciones presidenciales de noviembre la derecha fascista (cualquiera de los alemanes Matthei, Kast o Kaiser) la lucha de clases, las protestas bien se podrían agudizar tanto en su expresión como en su masividad. Ahí tendremos en la calle no sólo a quienes históricamente, y desde la vereda popular y revolucionaria, vienen luchando hace ya mucho tiempo sino también estarán los progresistas, ahí estará esta «izquierda» mercenaria que se presentará en su versión de «rebelde» y de «anti sistémico». Es en ese momento en que los sectores más claros, los colectivos revolucionarios deben tener la fortaleza de separar aguas, de poner fronteras ante los oportunistas, vacilantes, y mercenarios, todos reaccionarios, en las nuevas contiendas de lucha callejera como en los nuevos espacios «amplios» que de seguro aparecerán.
Es la hora de los revolucionarios. Es hora que nazca la Alternativa Popular y Revolucionaria, que se estructure una Oposición Anti Capitalista. Ya no sirve la unidad amplia con la «izquierda» mercenaria como nunca ha servido. Es hora de purificar el ambiente, limpiarlo, descontaminarlo y ser claros: