
¿Puede una figura moderada cambiar estructuras profundamente jerárquicas y conservadoras? ¿Es León XIV un aliado de los pobres o un mediador del sistema?
León XIV, el primer Papa nacido en EE.UU. pero también peruano por decisión e historia, llega al trono de San Pedro en un momento clave para la Iglesia Católica. Su perfil pastoral, su cercanía con las comunidades más pobres y su discurso reformista es presentado como «una figura de renovación». Pero ¿es realmente así? Una mirada crítica sobre su trayectoria, revela las tensiones y límites estructurales que harán que su pontificado pueda acabar siendo más el de un gestor que el de un reformador.
POR JORDI RUIZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Este 8 de mayo de 2025, la Iglesia Católica ha sorprendido al mundo con la elección de Robert Francis Prevost como nuevo Papa, que ha adoptado el nombre de León XIV.
Este acontecimiento marca un hito histórico al ser el primer pontífice estadounidense y el segundo del continente americano. Para tratar de aventurar cuáles pueden ser las implicaciones de su papado en las dinámicas sociales y eclesiásticas actuales resulta esencial analizar cuál ha sido su previa trayectoria política e ideológica.
ORÍGENES Y FORMACIÓN: UNA VOCACIÓN MISIONERA
Robert Prevost nació en Chicago en 1955, en una familia católica de raíces obreras y ascendencia hispana. Ingresó a la Orden de San Agustín en 1977, donde se formó en filosofía y teología. Posteriormente, obtuvo un doctorado en Derecho Canónico en Roma.
Su vocación misionera lo llevó a Perú en 1985, donde desempeñó labores pastorales en comunidades marginadas de Trujillo y Chiclayo durante casi dos décadas. Durante su estancia en Perú, Prevost se destacó por su trabajo con poblaciones excluidas, incluyendo migrantes venezolanos y comunidades empobrecidas.
«LEÓN XIV REPRESENTA UN PROGRESISMO QUE NO DESAFÍA LA ESTRUCTURA DEL PODER, SINO QUE LA MODULA.»
Su enfoque pastoral se centró en la cercanía y el servicio, alineándose con la visión de una Iglesia «en salida» promovida por el Papa Francisco. Los medios de comunicación internacionales interpretan, en sus primeras valoraciones biografías sobre León XIV, que ese compromiso con los sectores más vulnerables refleja una sensibilidad hacia las injusticias sociales y económicas que afectan a amplias capas de la población.
Prevost fue nombrado cardenal en 2023 por el Papa Francisco y asumió el cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos, una posición clave en la estructura piramidal eclesiástica. Su elección como Papa León XIV está siendo interpretada por los medios como una continuidad del legado de Francisco en temas como la justicia social, la inclusión y la reforma de la Iglesia. En su primer discurso como pontífice, enfatizó la importancia de la paz, la unidad y la atención a los pobres y migrantes .
Aunque se le considera un reformista muy moderado, León XIV mantiene posturas tradicionales en determinados temas doctrinales. Se ha mostrado en contra de la ordenación de mujeres al diaconado y ha expresado reservas sobre la inclusión de enseñanzas de género en los currículos escolares. Sin embargo, ha manifestado una postura crítica hacia políticas migratorias restrictivas, como las implementadas por la administración Trump, y ha defendido los derechos de los migrantes y refugiados . Hasta aquí las primeras impresiones que hemos recogido de diferentes medios de comunicación internacionales
LEÓN XIV Y LA TENSIÓN ENTRE EL DISCURSO PROGRESISTA Y LA PRÁCTICA INSTITUCIONAL
Al margen de las diferentes valoraciones que los medios han venido realizando sobre las características del nuevo Papa, condicionadas en no pocas ocasiones por los intereses económicos de quienes las emiten, una de las claves para entender el perfil ideológico de León XIV consiste en hacer un seguimiento entre sus declaraciones a favor de la justicia social y el papel que él mismo ha desempeñado en el marco de una de las instituciones más conservadoras, patriarcales y jerárquicas del planeta.
¿Cuál es el balance objetivo de ese contraste? Por un lado, el nuevo Papa ha hablado sobre la necesidad de una Iglesia que escuche a los pobres, que dialogue con las periferias y que “no tenga miedo de renovarse” para responder a los desafíos que plantea el presente. Pero, por otro lado, su trayectoria institucional se ha encontrado siempre a distancias kilométricas de cualquier intento de «subvertir» el omnímodo poder eclesiástico.
«LA IGLESIA NO CAMBIA POR LAS INTENCIONES DE UN SOLO HOMBRE, SINO POR LA PRESIÓN DE LAS LUCHAS QUE VIENEN DESDE ABAJO.»
Por ello, un análisis crítico sobre la figura del nuevo pontífice de la Iglesia Católica no debe conformarse con evaluar solo los gestos o discursos. Debería también rastrear la función social que cumple cada actor.
Y en el caso de León XIV, pese a su alegada cercanía con los pobres en su labor pastoral, nunca se ha enfrentado directamente a los intereses del capital, ni a la estructura patriarcal de la Iglesia. Más bien ha tendido a adaptarse con inteligencia a los equilibrios de poder, algo que se observa a lo largo de todo su ascenso silencioso y sin escándalos, pero constante, desde las periferias latinoamericanas hasta el corazón mismo del Vaticano.
UNA “TEOLOGÍA SOCIAL” QUE MIRA DE REOJO A LA «TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN»
Otro aspecto que merecería ser analizado con atención, es su relación ambigua con la «Teología de la Liberación». Este movimiento, que surgió con fuerza en América Latina en los años 70, intentó articular un cristianismo con una opción preferencial por los pobres, que no fuera meramente asistencialista sino profundamente crítica con el sistema capitalista.
Muchos de sus representantes —como Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff o Jon Sobrino– incorporaron herramientas del marxismo para leer la realidad desde las contradicciones de clase y denunciar el carácter estructural de la explotación y la dependencia.
Prevost jamás se identificó abiertamente con esta corriente. No es, pues, un “cura rojo”, como se les solía llamar despectivamente desde las filas conservadoras a los sacerdotes que se alineaban ideológicamente con ellos.
Pero tampoco fue, —hay que precisarlo— un enemigo declarado de los mismos. Prevost llegó en alguna ocasión a citar, incluso, documentos de Aparecida, Puebla o Medellín, que estaban fuertemente influenciados por esta tradición. Es decir, Prevost tomó sus aspectos más compatibles con la doctrina oficial – la atención a los pobres, la crítica moral al egoísmo capitalista), pero sin asumir, desde luego, su contenido transformador ni su crítica radical al imperialismo o a la acumulación de capital como causa estructural del sufrimiento humano.
Sus actitudes han sido calificadas por algunos sectores de la Iglesia católica de base como una “versión descafeinada” de la Teología de la Liberación: es decir, una preocupación por la justicia que trata de armonizarse con el sistema, en lugar de desafiarlo.
En términos gramscianos, podríamos llegar a decir que trataba de aplicar una estrategia a través de la cual intentaba incorporar elementos del “bloque opositor”, con el deliberado propósito de neutralizar su potencial transformador.
UNA IGLESIA COMO “SUPERESTRUCTURA”: LOS LÍMITES DE LO POSIBLE
La Iglesia forma parte de la superestructura ideológica que reproduce las condiciones de existencia del sistema económico dominante. Esto no significa, ni mucho menos, que todos sus miembros sean reaccionarios. O que entre ellos mismos no existan contradicciones internas. Pero sí significa que su papel histórico ha sido mayoritariamente funcional al orden establecido. Lo que en realidad sucede es que cuando en una sociedad dada las contradicciones de clase se profundizan, las instituciones se reorganizan, pero no para abolir esas contradicciones, sino para gestionarlas con nuevos ropajes.
Y eso es, justamente, lo que parece estar ocurriendo con la Iglesia de Francisco y ahora, posiblemente, continuará ocurriendo también con la del nuevo León XIV. Frente a la crisis del capitalismo neoliberal, el colapso ecológico, la rebelión de los márgenes y la desafección social hacia las élites, el Vaticano necesita reformular su rol. No, desde luego, para liderar una revolución, sino para seguir manteniendo su influencia. Esto explica por qué se promueven discursos contra la pobreza, pero no contra el capital; a favor de los migrantes, pero no contra el imperialismo que los expulsa; de defensa del planeta, pero sin cuestionar el modelo extractivista global.
En ese sentido, León XIV parece estar encarnando un tipo de liderazgo carismático-moderado que busca “humanizar” el capitalismo, sin llegar a desbordar sus límites. No ha existido hasta ahora una crítica estructural al sistema de propiedad privada, a la financiarización de la economía, ni a la explotación de los países periféricos. Si algún día Robert Francis Prevost llegara a redactar una encíclica, probablemente hablaría en ella de justicia, pero en los mismos términos de la Rerum Novarum: con llamados a la cooperación entre clases, no a la lucha de clases.
UN PAPADO ENTRE LA ESPERANZA Y LA GESTIÓN DEL CONSENSO
La figura de León XIV se nos presenta, pues, como todo un símbolo de las contradicciones de nuestro tiempo: un Papa que viene del Sur global pero que también es ciudadano del Imperio; que habla de justicia social, pero desde una institución profundamente jerárquica; que conoce la miseria del Perú profundo, pero que ahora ocupará un trono en los jardines del Vaticano.
En cualquier caso, no se trata de demonizar ni de idealizar. Se trata de comprender. Y en ese sentido, este nuevo Papado podría ser también una oportunidad para abrir debates, articular reclamos y desenmascarar las tensiones que atraviesan tanto a la Iglesia como al mundo capitalista que la rodea.
Pero también, y esto es clave, debemos recordar que ninguna transformación vendrá desde arriba, por muy buena voluntad quehaya. El cambio verdadero, como siempre, vendrá desde las luchas organizadas de los pueblos, no desde las cúpulas vaticanas.
FUENTES UTILIZADAS
Reuters: Prevost, first U.S. pope, supported Francis and shunned spotlight
AP News: Robert Prevost, first pope from US in history of the Catholic Church, takes the name Leo XIV
HuffPost España: Perfil de Robert Francis Prevost
La Vanguardia: León XIV, un nombre que invoca el impulso del catolicismo en EE.UU.
Wikipedia (versión mayo 2025): Pope Leo XIV