FOGARATE
RAMÓN COLOMBO
Sospecho que este país ya casi llega a la plena modernidad. Créanlo. Porque recientemente se me perdió la cédula, y empecé a enloquecer con solo pensar que tendría que pasarme un día, turno tras turno, en la Junta Central Electoral. Pero no. Pues sucedió que de pronto me topé con una oficina de esa Junta en un centro comercial, a la que me acerqué a indagar cuál sería el trámite para obtener un duplicado. Y sepan lo que sucedió: el empleado me pidió el número de la cédula perdida, y ahí mismo hurgó en la computadora y…(créanlo, no les miento!)…me tomó una foto, y en menos de diez minutos me entregó el duplicado. Definitivamente nos estamos civilizando.