Volkswagen y la ironía de la historia: de fabricar para el nazismo a fabricar para el nuevo rearme alemán

La historia tiene formas retorcidas de repetirse. Volkswagen, la automotriz alemana nacida bajo el régimen nazi, podría volver a la industria de la guerra. En plena fiebre de rearme en Europa, la compañía no descarta fabricar equipamiento militar, abriendo un inquietante paralelismo con su pasado. ¿Estamos ante una decisión estratégica o simplemente ante el eterno oportunismo empresarial? ¿Hasta dónde llegará el rearmamento europeo y qué papel jugarán las grandes corporaciones?

POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

     La historia, esa maestra cruel, tiene una particular manera de cerrar sus ciclos. Volkswagen, la icónica automotriz alemana fundada bajo el régimen nazi para motorizar a la población con su “auto del pueblo”, parece estar encontrando un nuevo nicho de mercado: el de la industria militar. 

    Sí, la misma empresa que nació bajo el amparo de Adolf Hitler y que durante la Segunda Guerra Mundial produjo vehículos para el ejército nazi, ahora coquetea con la posibilidad de fabricar equipamiento para el Ejército alemán. La ironía se dibuja sola: el coche del pueblo podría terminar siendo el tanque del pueblo.

    “El coche del pueblo podría terminar siendo el tanque del pueblo.”

ALEMANIA REARMA SU ECONOMÍA… Y VOLKSWAGEN SE APUNTA

      La noticia de que Volkswagen está “abierta” a la posibilidad de producir material militar llega en un contexto en el que Alemania ha decidido volver a tomarse en serio la cuestión de su defensa. Desde la invasión rusa a Ucrania, Berlín ha incrementado su presupuesto militar de manera significativa, impulsado por el temor al regreso de Donald Trump a la Casa Blanca– como efectivamente ha sucedido – debilitara el apoyo de Estados Unidos a Europa, y se presentara la oportunidad de portar la antorcha de la representación del viejo Continente.

    “Cuando fabricar autos ya no es rentable, la guerra siempre ofrece una solución.”

         En este clima de rearmamentista, varias empresas del sector automotriz y de manufactura han comenzado a adaptarse a la creciente demanda de equipamiento militar. Volkswagen, siempre pragmática cuando se trata de asegurar su futuro financiero, no ha querido quedarse fuera del negocio. Oliver Blume, su CEO, ha declarado recientemente que la empresa tiene la capacidad industrial para fabricar material de guerra si fuera necesario. Aunque dice no haber recibido propuestas concretas, la automotriz ha dejado claro que está dispuesta a escuchar ofertas.

     ¿Y cómo no? La compañía ha sufrido reveses económicos en los últimos años, desde la crisis del «diéselgate» hasta la feroz competencia china en el sector de los autos eléctricos. Si fabricar vehículos civiles ya no es tan rentable, quizás la guerra ofrezca un horizonte más prometedor. Después de todo, la historia de Volkswagen demuestra que la empresa siempre ha sabido adaptarse a las circunstancias.

UNA EMPRESA NACIDA DEL TOTALITARISMO, DE VUELTA A SUS ORÍGENES

    Para entender el simbolismo de esta transformación, hay que recordar los orígenes de Volkswagen. Fundada en 1937 por el Frente Alemán del Trabajo, una organización del Partido Nazi, la empresa fue creada con el propósito de fabricar un automóvil accesible para las familias alemanas. Hitler mismo promocionó la idea del “auto del pueblo” (Volkswagen en alemán), un vehículo barato y eficiente que llevaría la motorización a las masas.

     Pero cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, la fábrica de Volkswagen no tardó en convertirse en un engranaje más de la maquinaria guerrera del Tercer Reich. En lugar de autos familiares, comenzó a producir vehículos militares como el Kübelwagen y el Schwimmwagen, utilizados por el Ejército nazi en sus invasiones por Europa. La fábrica también se benefició del trabajo esclavo, empleando prisioneros de guerra y mano de obra forzada extraída de los campos de concentración.

   “Cuando fabricar autos ya no es rentable, la guerra siempre ofrece una solución.”

    Al final de la guerra, la empresa quedó en ruinas. Fue rescatada por los británicos y, posteriormente, por el gobierno alemán, convirtiéndose en un símbolo del celebérrimo “milagro económico” de la posguerra. Durante décadas, Volkswagen trató de limpiar su imagen, distanciándose de su pasado oscuro y consolidándose como una de las mayores automotrices del mundo. Sin embargo, el destino es caprichoso, y hoy la empresa parece volver a coquetear con una industria que, aunque disfrazada de modernidad y geopolítica, sigue teniendo la misma esencia de destrucción que hace 80 años.

CUANDO EL NEGOCIO MANDA, LA MORAL SE APARTA

       Por supuesto, Volkswagen no está sola en esta transición. Otras empresas alemanas, como Rheinmetall y KNDS Group, ya han comenzado a adaptar sus fábricas para la producción de armamento y vehículos blindados. En este sentido, la incursión de Volkswagen en la industria militar no es más que una consecuencia lógica del capitalismo moderno, donde la guerra es un negocio tan lucrativo como cualquier otro.

      Los accionistas de la compañía, sin duda, estarán más que encantados con la posibilidad de diversificar el portafolio de la empresa. Si fabricar autos para el ciudadano común ya no es tan rentable, siempre queda la opción de producir vehículos para el ejército. Y si esto ayuda a estabilizar las cuentas de Volkswagen tras años de crisis y escándalos, ¿quién podría culparlos?

      Quizás dentro de unos años veamos una nueva campaña de marketing, con eslóganes que suenen algo así como: “Volkswagen: de la carretera al campo de batalla” o “La misma calidad alemana, ahora blindada”. Después de todo, la historia ha demostrado que cuando se trata de sobrevivir, las corporaciones no tienen memoria, solo tienen intereses.

Fuentes consultadas:

    Spiegel.de
    Militarnyi.com
    DW.com
    Volkswagen AG – Historia Oficial
    BBC News – Volkswagen y el nazismo
    The Guardian – Dieselgate

https://canarias-semanal.org/art/37495/alemania-rearma-su-economia-y-volkswagen-se-apunta