«Si se siguen ignorando las señales de alarma puede que no quede nada para salvar»
Canarias ha alcanzado cifras récord en turismo: más de 18 millones de visitantes en 2024 y una facturación superior a los 24.000 millones de euros. Sin embargo, estos datos no se han traducido en bienestar para la población (…).
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Canarias ha alcanzado cifras récord en turismo: más de 18 millones de visitantes en 2024 y una facturación superior a los 24.000 millones de euros. Sin embargo, estos datos no se han traducido en bienestar para la población. Todo lo contrario: la especulación inmobiliaria, la precariedad laboral y la saturación de los servicios esenciales están empujando a muchos canarios al límite de la resistencia.
Antonio Santana, portavoz de la plataforma ciudadana Canarias Se Agota, lo resume con indignación: «Nos venden el turismo como la salvación económica, pero lo que vemos es precariedad, precios inasumibles y un colapso total de nuestros servicios públicos. Necesitamos límites ya.»
El sector inmobiliario es un reflejo de esta crisis. El alquiler ha subido un 80% en la última década, con ciudades como Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria alcanzando precios desorbitados. Mientras, los grandes grupos turísticos y los propietarios de alquileres vacacionales continúan beneficiándose de un modelo que prioriza la rentabilidad sobre el derecho a la vivienda.
Carmen Suárez, trabajadora en un hotel de cinco estrellas en Tenerife, es una de las muchas afectadas por esta situación: «Trabajo en un hotel de lujo, pero con mi sueldo no puedo pagar un alquiler en condiciones. Hay compañeros viviendo en habitaciones alquiladas por 500 euros al mes sin contrato».
Pero la saturación no se limita a la vivienda. Hospitales, carreteras y recursos naturales también se encuentran al borde del colapso. En islas como Lanzarote y Tenerife, la sobreexplotación de los acuíferos ha generado restricciones en el acceso al agua potable.
UN GOBIERNO AL SERVICIO DE LA INDUSTRIA TURÍSTICA
Frente a este panorama, el Gobierno de Canarias, liderado por Coalición Canaria (CC) y Partido Popular (PP), ha decidido mirar hacia otro lado. A pesar de las protestas multitudinarias del 20 de abril de 2024, donde miles de ciudadanos exigieron una regulación del turismo, el Ejecutivo regional ha optado por reforzar el mismo modelo de siempre.
Una de las propuestas más debatidas ha sido la tasa turística. Una medida aplicada en lugares como Baleares, París o Roma, que permitiría recaudar millones para paliar mínimamente los efectos del turismo masivo. Sin embargo, el Gobierno de Fernando Clavijo (CC) se ha negado a implementarla con el pretexto de que «no se puede diferenciar entre turistas y residentes». Una excusa poco convincente, dado que en Baleares esta distinción ya se aplica sin problemas.
Además, mientras otras regiones han empezado a limitar el alquiler vacacional, Canarias sigue sin tomar medidas en este mercado. En Baleares, Palma prohibió los pisos turísticos en edificios residenciales para frenar la expulsión de los vecinos. En Canarias, por el contrario, cada vez más viviendas son convertidas en alojamientos turísticos, disparando los precios y dejando a miles de familias sin opciones.
Fernando Sabaté, geógrafo y activista medioambiental, advierte del peligro de esta inacción: «Canarias está hipotecando su futuro por un modelo de turismo insostenible. Las islas tienen un límite, y lo estamos superando».
TURISMO QUE ENRIQUECE A UNOS POCOS, PERO EMPOBRECE A MUCHOS
A pesar de que el 40% de los empleos en Canarias dependen del turismo, la precariedad laboral sigue siendo la norma en el sector. Las kellys (camareras de piso), los cocineros y el personal de hoteles y restaurantes trabajan bajo condiciones extenuantes y con bajos salarios bajos.
Los trabajadores denuncian que, mientras los hoteles baten récords de ocupación y facturación, los sueldos siguen sin permitirles vivir con dignidad.
Este contraste entre las ganancias de la industria turística y la precariedad de quienes la sostienen pone en evidencia una profunda desigualdad estructural. Mientras los grandes empresarios celebran los beneficios, miles de trabajadores apenas llegan a fin de mes.
DESTRUCCIÓN DEL ENTORNO: EL COSTE OCULTO DEL TURISMO
El turismo masivo no solo afecta a la vida de los residentes, sino también al medioambiente. Un estudio de la Universidad de La Laguna ha alertado de la amenaza que supone el desarrollo descontrolado del turismo sobre la flora y fauna de las islas.
Las playas están sufriendo un aumento alarmante de contaminación y erosión, mientras que las especies endémicas, como el cardón canario o la siempreviva de Tenerife, están en peligro debido a la urbanización descontrolada.
La paradoja es evidente: el turismo que vende Canarias como «paraíso natural» es el mismo que está destruyendo ese paraíso.
¿HACIA UN NUEVO MODELO O HACIA EL COLAPSO?
Pese a la extrema gravedad de la situación, la respuesta del Gobierno de Canarias a la crisis del turismo masivo ha sido clara: mantener el statu quo y favorecer a los grandes grupos hoteleros.
Mientras tanto, Baleares demuestra que existen alternativas. Con su tasa turística, regulación del alquiler vacacional y medidas para reducir la saturación, está consiguiendo equilibrar el turismo con la calidad de vida de sus ciudadanos.
El tiempo dirá si Canarias sigue ignorando las señales de alarma o si, por fin, escucha a quienes llevan años advirtiendo que este modelo es insostenible.
«Si no frenamos esto ahora -concluye Antonio Santana, de Canarias Se Agota- dentro de unos años no quedará nada que salvar.»
