LA CIENCIA: ¿UNA HERRAMIENTA DE OPRESIÓN O DE LIBERACIÓN?

Correo
Facebook
Telegram
Twitter
WhatsApp

Del telescopio de Galileo a la biotecnología: el conocimiento como campo de batalla politico.

La ciencia no solo nos permite entender el mundo, sino que lo transforma. Desde la revolución copernicana hasta la inteligencia artificial, cada avance ha sacudido las bases del pensamiento y la sociedad. Pero, ¿quién controla el conocimiento y con qué propósito? ¿Cómo han cambiado la historia los avances científicos? ¿Es el conocimiento una herramienta de transformación social?

POR MANUEL MEDINA (*) PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

      La historia de la humanidad está marcada por cambios radicales que han transformado la forma en que vivimos, trabajamos y pensamos

    Entre estos cambios, las revoluciones científicas han desempeñado un papel crucial. No se trata solo de descubrimientos o avances tecnológicos, sino de verdaderas sacudidas que han derrumbado viejas estructuras y han dado paso a nuevas formas de entender el mundo. 

    Pero, ¿es la ciencia realmente una fuerza revolucionaria? ¿Cómo se relaciona con los procesos sociales y políticos? En este artículo, trataremos de explorar cómo el desarrollo de las ciencias naturales ha impulsado cambios históricos y continúa siendo un motor de transformación social.

 

   LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS A LO LARGO DE LA HISTORIA

      Desde la antigüedad, la ciencia ha sido un elemento clave en la evolución de las sociedades. Sin embargo, no todas las épocas han sido testigos de revoluciones científicas. Algunas han experimentado avances graduales, mientras que otras han vivido verdaderos estallidos de conocimiento que han cambiado radicalmente nuestra concepción del mundo.

       Uno de los primeros grandes cambios se dio con la revolución copernicana en el siglo XVI. Nicolás Copérnico desafió la idea de que la Tierra era el centro del universo y propuso el modelo heliocéntrico, donde los planetas giraban alrededor del Sol. Esto no solo alteró la astronomía, sino que también cuestionó la autoridad de la Iglesia y del pensamiento medieval.

   “La ciencia es un campo de batalla donde se decide el futuro de la humanidad.”

     En el siglo XVIII, la revolución química liderada por Antoine Lavoisier acabó con la teoría del flogisto y sentó las bases de la química moderna. Este avance permitió entender la combustión y la composición de los elementos, facilitando el desarrollo de la industria química y, con ello, de la Revolución Industrial.

      Ya en el siglo XIX, Charles Darwin publicó El origen de las especiesdesafiando la idea de la creación divina y estableciendo la teoría de la evolución por selección natural. Sus ideas no solo transformaron la biología, sino que también impactaron la filosofía, la religión y la política.

     Cada una de estas revoluciones científicas no solo cambió el conocimiento humano, sino que también sacudió las bases económicas y sociales de su tiempo.

 

 LA CIENCIA Y LA REVOLUCIÓN SOCIAL

    Desde una perspectiva marxista, la ciencia no es una entidad neutral ni se desarrolla en un vacío. Su avance está determinado por las condiciones materiales y las necesidades de la sociedad.  Marx y Engels analizaron cómo los cambios tecnológicos impulsaban el desarrollo de las fuerzas productivas y, con ello, modificaban las relaciones de producción.

“El conocimiento puede ser una herramienta de opresión o de liberación, dependiendo de quién lo controle.”

      Por ejemplo, la Revolución Industrial trajo consigo máquinas que aumentaron la producción, pero también transformaron la estructura social al consolidar el sistema capitalista y generar nuevas clases sociales: la burguesía y el proletariado. En este sentido, la ciencia y la tecnología no solo abren nuevas posibilidades, sino que también generan conflictos entre quienes controlan los medios de producción y quienes son explotados en el proceso.

    En la actualidad, esta relación continúa teniendo plena vigencia. La inteligencia artificial y la automatización están desplazando empleos y concentrando el poder en grandes corporaciones tecnológicas. Sin embargo, estas mismas herramientas podrían utilizarse en una sociedad socialista para reducir la jornada laboral y liberar tiempo para el desarrollo personal y colectivo.

  LA CIENCIA COMO MOTOR DE CAMBIO

    A lo largo de la historia, numerosos científicos han reconocido el carácter revolucionario del conocimiento.

      Stephen Hawking, uno de los físicos más influyentes del siglo XX, afirmó:


    “Cada vez que hacemos un nuevo descubrimiento científico, nos damos cuenta de que aún sabemos muy poco.”

     Su perspectiva destaca cómo la ciencia nunca se detiene y siempre nos lleva a nuevas fronteras del conocimiento.

    Richard Lewontin, biólogo marxista, sostuvo en su libro The Dialectical Biologist que la ciencia no es neutral y que siempre está vinculada a las condiciones económicas y políticas. Para él, los avances científicos pueden ser usados tanto para la opresión como para la liberación, dependiendo de quién los controle.

    Noam Chomsky, al analizar el impacto de la inteligencia artificial, advierte sobre el peligro de que la tecnología quede en manos de las élites y no se democratice para el beneficio de la sociedad en su conjunto.

     Estos testimonios reflejan que la ciencia es mucho más que un conjunto de conocimientos; es una herramienta que puede ser usada para transformar la sociedad.

 

EL FUTURO DE LA CIENCIA: ¿REVOLUCIÓN O CONTROL?

    En el siglo XXI, vivimos una nueva revolución científica con avances como la edición genética, la inteligencia artificial y las energías renovables. Sin embargo, la pregunta central sigue siendo: ¿estos avances beneficiarán a toda la humanidad o solo a una minoría?

     La lucha por el acceso a la tecnología y el conocimiento es una batalla política. Mientras las corporaciones buscan patentar y monopolizar descubrimientos, los movimientos sociales y científicos críticos exigen que el conocimiento sea un bien común.

“Cada revolución científica no solo cambia el conocimiento, sino que transforma la sociedad.”

    En el campo de la biotecnología, la técnica CRISPR permite modificar genes y potencialmente curar enfermedades. Pero, ¿quién tendrá acceso a estos tratamientos? ¿Serán solo para los ricos o estarán disponibles para todos?

     Las energías renovables están desafiando el modelo basado en combustibles fósiles, pero las grandes empresas petroleras intentan frenar la transición energética para seguir obteniendo ganancias.

     Estos ejemplos muestran que la ciencia no es un ente aislado, sino un campo de batalla donde se juega el futuro de la humanidad.

 

LA CIENCIA, UNA FUERZA REVOLUCIONARIA

        A lo largo de la historia, la ciencia ha demostrado plenamente ser una fuerza revolucionaria capaz de cambiar el mundo. Desde la teoría heliocéntrica hasta la inteligencia artificial, cada avance ha traído consigo una transformación social y política.

     Sin embargo, el conocimiento científico no es neutral. Su desarrollo y aplicación dependen de las relaciones de poder que se estén dando en la sociedad. En manos de unos pocos, la ciencia puede ser una herramienta de opresión; en manos de la sociedad, puede ser la clave para la emancipación y el bienestar colectivo.

      Por eso, más que nunca, es fundamental que las nuevas generaciones no solo estudien ciencia, sino que también se cuestionen quién la controla y con qué fines. Solo así podremos garantizar que el conocimiento sirva para construir un mundo más justo.

(*) Manuel Medina es profesor de Historia y divulgador de temas relacionados con esa materia

FUENTES CONSULTADAS:

  1. «Acerca del carácter revolucionario del desarrollo de las ciencias naturales«, Bonifatiy Kédrov.
  2. The Dialectical Biologist, Richard Lewontin.

https://canarias-semanal.org/art/37582/la-ciencia-es-una-herramienta-de-opresion-o-de-liberacion

Nuestro periodismo es democrático e independiente . Si te gusta nuestro trabajo, apóyanos tú también. Página informativa sobre eventos que ocurren en el mundo y sobre todo en nuestro país, ya que como dice nuestro editorial; creemos que todo no está perdido. Sabemos que esta democracia está presa sin posibilidad de salvarse aunque su agonía es lenta. Tenemos que empujar las puertas, son pesadas, por eso, necesitamos la cooperación de todos. Soñamos con una patria próspera y feliz, como idealizó el patricio Juan Pablo Duarte. necesitamos más que nunca vuestra cooperación. Haciendo clic AQUÍ ó en el botón rojo de arriba
Correo
Facebook
Telegram
Twitter
WhatsApp

Noticas Recientes

Opinión