La batalla de los Groypers (el ala más derechista de los republicanos)

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El líder de los Groypers, Nick Fuentes, en Georgia el 19 de noviembre de 2020. (Zach Roberts / NurPhoto vía Getty Images)

Craig Johnson

Traducción: Florencia Oroz

Con la llegada de Donald Trump al poder, varias facciones del Partido Republicano compiten por imponer su dominio. Entre ellos están los «Groypers», el ala más derechista de la coalición, que busca que el partido adopte una agenda abiertamente nacionalista blanca.

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En otoño de 1964, el Partido Demócrata parecía haberse hecho con el control decisivo de la política nacional estadounidense. Tras el terrible revés que supuso el asesinato del presidente John F. Kennedy el año anterior, el exvicepresidente y ahora presidente en funciones, Lyndon B. Johnson, había vencido a su contrincante republicano ultraconservador Barry Goldwater por un margen casi sin precedentes. Johnson ganó más votos electorales de los estados y una mayor proporción del voto popular, con un 61%, que cualquier candidato desde 1820. Los demócratas arrasaron también en las elecciones al Congreso, obteniendo un total de treinta y seis escaños que les aseguraron una mayoría de dos tercios en la Cámara de Representantes. Fue la mejor elección que los demócratas habían tenido en sus casi 150 años de historia.

Sin embargo, en lugar de sentar las bases de una política nacional dominada por los demócratas, las elecciones Johnson-Goldwater inspiraron a una generación de estrategas y organizadores de derechas. Tras la victoria de Johnson en 1964, solo otro demócrata (Jimmy Carter) consiguió ganar la presidencia hasta 1992, y el Partido Republicano —y en muchos sentidos la política estadounidense en su conjunto— se desplazó decisivamente hacia la derecha. Esto fue en gran parte el resultado del éxito de la organización de un movimiento que llegó a conocerse como la Nueva Derecha, una organización que para los observadores externos parecía una lucha embarazosa al interior del Partido Republicano entre los republicanos centristas y los llamados republicanos de Goldwater. En lugar de perjudicar al Partido Republicano, esta guerra civil de derecha fue la precursora del ascenso de la derecha cristiana que dominaría el partido durante las siguientes décadas.

Un patrón similar puede estar repitiéndose en el Partido Republicano de hoy, esta vez no a raíz de una terrible derrota, sino de una victoria decisiva. Tras haberse aliado con Donald Trump, la coalición del Partido Republicano está revuelta. Y, como en el caso de la campaña de Goldwater, el ala extrema y ahora marginal del partido podría expandir su influencia.

La facción groyper

Quienes intentaron y fracasaron en conseguir que Goldwater fuera elegido no se fueron a casa. Permanecieron en la política durante años y décadas, trabajando duro para que sus ideas fueran aceptadas por la mayoría. Luchando no solo contra los demócratas sino también contra las fuerzas moderadas del Partido Republicano, estos jóvenes radicales fundaron docenas de importantes organizaciones de derecha, desde la Moral Majority hasta la Fundación Heritage. Algunos de sus líderes se hicieron famosos: Phyllis Schlafly, que dirigió la exitosa campaña contra la Enmienda de Igualdad de Derechos, o Paul Weyrich, que creó la Fundación Heritage y sentó las bases para toda una nueva generación de líderes de extrema derecha. La elección de Ronald Reagan en 1980 y la de George W. Bush en 2000 fueron el fruto de su trabajo, una transformación completa del Partido Republicano, que pasó de ser un partido menos ideológico de las grandes empresas a una coalición de evangélicos y devotos del «libre mercado».

Es posible que actualmente estemos viendo algo similar dentro de la campaña de Trump y entre la derecha en general. Como era de esperar, muchos miembros del personal de campaña eran mucho más conservadores que el infame Trump, tan poco ideológico. Una historia tras otra ha mostrado que las oficinas de muchos políticos republicanos de derecha están ahora ocupadas por «Groypers», un movimiento fascista liderado por el joven líder Nick Fuentes.

Subconjunto particularmente nocivo de la alt-right que ganó notoriedad mediática a raíz de la victoria de Trump en 2016, los Groypers aparecieron en escena en 2019, justo antes de la derrota de Trump en la reelección (como la Nueva Derecha surgió de la derrota de Goldwater en 1964). Los Groypers representan la extrema derecha de la política estadounidense, la vanguardia entre los outsiders fascistas y la facción nacionalista cristiana que intenta llevar la campaña de Trump al corazón del Partido Republicano. Son abiertamente antisemitas, difunden amenazas contra el pueblo judío y empatizan abiertamente con Hitler. Son nacionalistas cristianos y blancos, y utilizan imágenes y lenguaje asociados a las Cruzadas para sus mensajes llenos de ira y violencia. También son orgullosamente misóginos y anti-LGBTQ, invirtiendo el eslogan «mi cuerpo, mi elección» por «tu cuerpo, mi elección», subrayando su oposición al aborto y su apoyo desnudo a la dominación patriarcal. Son en su mayoría jóvenes, y no son muchos. Pero son ruidosos, activos y están decididos a transformar la política estadounidense.

Antes de la reelección de Trump, su golpe más público fue una cena en 2022 a la que asistieron Donald Trump, Fuentes y Ye (el rapero antes conocido como Kanye West), pero su pan de cada día ha sido organizar conferencias alternativas de extrema derecha al margen de la Conservative Political Action Conference y Turning Point USA. Más recientemente, han lanzado los primeros disparos en la contienda sobre la estructura de poder interna del Partido Republicano, en este caso sobre el uso de visas H-1B para atraer a expertos de otros países a trabajar en empresas estadounidenses.

Según los Groypers y sus aliados de extrema derecha, estos visados fomentan la inmigración, diluyen la blancura natural de la población estadounidense y quitan puestos de trabajo a los estadounidenses. Caracterizan a su oposición en el Partido Republicano como «globalistas», aliados de las grandes empresas (e implícitamente una conspiración judía global), en oposición a su propia posición abiertamente nacionalista y racista. Esta otra facción del Partido Republicano podría llamarse más neutralmente «tecnócratas», como los ha etiquetado Laura Loomer, una antigua candidata del Partido Republicano al Congreso y asesora informal de Trump (al menos en un momento dado).

Los Groypers no esperaron a que Trump ganara para empezar a disputar el control del Partido Republicano. El verano pasado, «declararon la guerra» a la campaña de Trump con la esperanza de desplazar al expresidente más hacia la derecha. Su esperanza es «salvar» a Trump de lo que consideran su mayor fallo: escuchar a los republicanos más moderados que aún están en su nómina, así como apoyar a Israel en su guerra en Gaza y Líbano (a la que se oponen no por solidaridad con los palestinos, sino por su antisemitismo). Desde que lanzaron su «guerra» contra Trump y la derecha tradicional, han expresado orgullo por su poder para mover el amperímetro de la política de derecha al estar «en las respuestas de Donald Trump» e influir en la conversación online.

¿Qué viene después?

Los Groypers han tenido un éxito innegable a la hora de labrarse un espacio para sus ideas en la política republicana, ya que sus temas de conversación y su retórica entran en el léxico cotidiano del partido. El hecho de que su oposición a los visados H-1B fuera suficiente para causar días de historias sobre una guerra civil del Partido Republicano es prueba suficiente de su influencia, además del hecho de que ayudaron a catapultar el lenguaje extremista sobre la supremacía masculina, el nacionalismo blanco y el antisemitismo hacia la corriente principal del discurso republicano.

Trump parece estar del lado de sus donantes en la cuestión del visado H-1B, y algunos observadores lo anuncian como prueba de que, a la hora de la verdad, Trump trabajará con multimillonarios como Elon Musk y Mark Zuckerberg en lugar de con los elementos más extremistas de su base. Puede que tengan razón. Pero esta es solo la primera batalla de lo que sin duda se convertirá en una larga guerra por el liderazgo de la coalición de Trump, y los Groypers, como los republicanos de Goldwater de una época anterior, se están preparando para una lucha prolongada.

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