LA CRISIS MIGRATORIA EXPLICADA SIN TAPUJOS: MÁS ALLÁ DE LA NARRATIVAS «HUMANITARIAS»

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Otros 50 muertos en la ruta migratoria de África hacia Canarias, la más letal del mundo

La migración africana hacia Canarias y Europa no es fruto del azar, ni de una elección libre. Es el resultado de un sistema global que saquea los recursos de África, perpetúa guerras y destruye las economías locales. Mientras Europa mira hacia otro lado, miles de personas pierden la vida en rutas cada vez más peligrosas.

Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

   El inicio de este año 2025 ha vuelto a recordarnos, de la forma más cruel, el drama de la migración forzada desde África hacia Canarias. Un naufragio en la ruta atlántica ha dejado al menos 50 personas fallecidas, según la ONG Caminando Fronteras.  El cayuco, que partió de Mauritania con 86 personas a bordo el pasado 2 de enero, fue rescatado por Marruecos, salvando la vida de 36 migrantes, entre ellos un adolescente. Las cifras de víctimas de esta tragedia se suman a las ya estremecedoras de 2024, cuando más de 9.700 personas perdieron la vida en esta ruta. Mientras políticos y medios de comunicación  selimitan a hablar dela «crisis migratoria», es necesario analizar las raíces profundas de este fenómeno, más allá de las narrativas humanitarias o securitarias, y desvelar las verdaderas causas de este éxodo masivo.

Un fenómeno que no se detiene: migración forzada, no elegida

    La travesía hacia Canarias es la ruta migratoria más letal del mundo. Sus cifras son alarmantes: en 2024 murieron un promedio de 28 personas al día en su intento de alcanzar las costas del archipiélago. Las embarcaciones precarias, como los cayucos que parten de Mauritania, están sobrecargadas de personas que huyen de condiciones insostenibles en sus países de origen: conflictos bélicos, explotación económica, crisis climática o matrimonios forzados, entre otros.

    A menudo, este fenómeno se presenta como un «deseo» de migrar, pero la realidad es que no se trata de una elección libre. Hombres, mujeres y niños arriesgan sus vidas porque no tienen otra opción. En muchos casos, la migración es la única salida ante un sistema global que explota y despoja a sus países de recursos y oportunidades y  frente a las políticas explotadoras y represivas de las propias elites locales. 

 

La hipocresía del sistema: explotación y expulsión

   Para entender las raíces de la migración africana resulta imprescindible señalar al sistema capitalista global y su dinámica de saqueo. Países africanos como Mauritania, Senegal o Gambia están atrapados en una red de relaciones económicas neocoloniales que los condenan a la pobreza y al subdesarrollo. Las multinacionales occidentales, con la complicidad de gobiernos locales corruptos, extraen riquezas naturales sin que los beneficios lleguen a la población.

   En Mauritania, por ejemplo, gigantes como BP (British Petroleum) y Kosmos Energy controlan el complejo gasístico de Tortue, exportando millones de toneladas de gas natural a Europa. Simultáneamente, empresas chinas como Hong Dong Group dominan la industria pesquera, saqueando los recursos marinos esenciales para las comunidades locales. Pescanova, una empresa española, también participa en la sobreexplotación de los mares de Mauritania y Senegal, dejando a los pescadores locales sin sustento y agravando la crisis económica.

   El sector energético de Senegal no es diferente. Empresas británicas, australianas y estadounidenses, como Cairn Energy y ConocoPhillips, operan en los campos petroleros de Sangomar, destinando gran parte de su producción a la exportación. La sobreexplotación de recursos en estos países no solo destruye las economías locales, sino que también expulsa a miles de personas que ya no pueden sobrevivir en sus propias tierras.

   En Gambia, la industria pesquera ha sido devastada por empresas como Golden Lead Fishmeal Company, de origen chino, que han agotado los recursos marinos y contaminado las aguas, provocando protestas locales.

   Esta explotación de riquezas no es un problema aislado, sino una constante en toda África Occidental, donde el saqueo de recursos naturales es la norma.

 

 Políticas neoliberales y guerras: armas de destrucción social

   La expoliación de recursos, sin embargo, no es el único factor que empuja a los africanos a migrar. Las políticas neoliberales impuestas por instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han desmantelado también servicios públicos, privatizado sectores clave y contribuyendo a la destrucción de las economías locales. Estas políticas, lejos de fomentar el desarrollo, perpetúan la dependencia de los países africanos y los convierten en eternos proveedores de materias primas y mano de obra barata para Europa y otras potencias emergentes.

  A esto se suma la responsabilidad directa de Occidente en la desestabilización de regiones enteras mediante guerras y otros conflictos armados. El caso de Libia es emblemático. Antes de la intervención de la OTAN en 2011, Libia tenía un alto nivel de vida y servía como destino para miles de migrantes africanos. Tras la caída de Gadafi, el país se convirtió en un estado fallido, dominado por milicias y redes de tráfico de personas. Este colapso no solo desató una crisis migratoria en Libia, sino que también desestabilizó toda la región del Sahel.

 En Mali, otro ejemplo de intervención occidental fallida, la guerra ha desplazado a miles de personas, obligándolas a huir a países vecinos como Mauritania, que a su vez no tiene capacidad para absorber a tantos refugiados. Estos conflictos, alimentados por intereses geopolíticos y económicos, son otra de las principales causas de la migración forzada.

El cinismo de los «solidarios» y los xenófobos

   Mientras la extrema derecha culpa a los migrantes de todos los males sociales, desde la pretendida «izquierda» institucional se evita realizar un análisis profundo de las causas de la migración. Los sectores progresistas que participan del statu quo, beneficiarios indirectos de este sistema global de explotación de las periferias,, se limita a emitir discursos sobre «multiculturalidad»  o el «derecho a emigrar», que  ocultan las verdaderas raíces del problema. Este enfoque superficial, que no cuestiona las bases del sistema capitalista global, es una forma de complicidad con las dinámicas que perpetúan el saqueo y la expulsión de millones de africanos.

   Además, este discurso «progresista», que niega también las consecuencias y los conflictos generados en Europa por esta migración masiva forzada,  da alas a la extrema derecha, al no ofrecer una respuesta realista y coherente frente a este fenómeno.  Sin un análisis crítico de las causas estructurales de la migración, las políticas promovidas por las dos opciones – «progresista» o «conservadora»- de la gobernanza capitalista acaban generando, igualmente, el rechazo social hacia los migrantes y favoreciendo el crecimiento de discursos racistas.

 

Un sistema que roba vidas y condena futuros

    Huelga decir que la migración africana hacia Canarias y Europa no es un fenómeno que pueda resolverse con más muros, deportaciones o políticas de acogida mal planificadas. Es el resultado de un sistema global que saquea recursos, desestabiliza regiones y expulsa a millones de personas de sus hogares.  

   Las cifras hablan por sí solas: en 2024, 9.757 personas murieron intentando llegar a Canarias, mientras que multinacionales extranjeras continuaron extrayendo gas, petróleo, minerales y recursos pesqueros de África sin control, ni redistribución de beneficios. Esta dinámica perpetúa un ciclo de pobreza y dependencia que obliga a generaciones enteras a buscar una vida mejor en Europa, solo para enfrentarse a la explotación laboral, la discriminación y, en muchos casos, la muerte.

    La última tragedia en la ruta atlántica, con 50 vidas perdidas, es solo la punta del iceberg de un problema mucho más profundo.  África no necesita caridad, sino justicia económica y social. Mientras sigamos extrayendo sus recursos y apoyando guerras que destruyen su tejido social, estaremos perpetuando un sistema que condena a millones a la desesperación y al exilio.

https://canarias-semanal.org/art/36626/tragedias-anunciadas-la-migracion-africana-a-canarias-y-el-expolio-sistematico-de-un-continente

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