46.788 muertos, 110.453 heridos y un territorio reducido a escombros que tardaría dos décadas en reconstruirse
El alto el fuego que podría entrar en vigor en Gaza tras más de 15 meses de ataques israelíes deja un balance devastador: 46.788 muertos, miles de heridos y un territorio reducido a escombros. Este es el recuento de un año de masacre que la tregua no puede borrar.
POR VICTORIA MARTÍNEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Tras más de 15 meses de ofensiva
Tras más de 15 meses de ofensivaisraelí en Gaza, parece que un alto el fuego podría entrar en vigor en los próximos días, marcando el fin —al menos momentáneo— de una de las campañas militares más devastadoras en la historia reciente del enclave. Sin embargo, incluso en las últimas horas antes del acuerdo, las bombas no han cesado. Más de 80 palestinos han muerto por los bombardeos del ejército israelí desde que se anunció la tregua, dejando un macabro recordatorio de lo que ha sido esta guerra: una catástrofe humana de proporciones inimaginables.
Este es el terrible recuento de más de un año de masacre que ha dejado a Gaza completamente arrasada, con decenas de miles de vidas arrebatadas, un territorio reducido a escombros y un futuro cada vez más incierto para su población.
CIFRAS QUE ESTREMECEN: VIDAS TRUNCADAS Y HERIDAS QUE NO SANAN
Desde el comienzo de la ofensiva israelí el 7 de octubre de 2023, más de 46.788 palestinos han muerto, según el último recuento oficial. De estos, al menos 18.267 eran niños y 9.403 eran mujeres, cifras que desvelan el impacto desproporcionado de los ataques israelíes sobre la población civil. Además, más de 110.453 personas han resultado heridas, muchas de ellas con lesiones graves y discapacidades permanentes, lo que supone un desafío inmenso para un sistema de salud colapsado y sin recursos.
Entre los muertos, se encuentran familias enteras que han quedado sepultadas bajo los escombros de sus hogares, y niños que fallecieron en hospitales sin suministro eléctrico, ni equipos médicos suficientes para salvarles la vida. Cada cifra oculta historias de dolor que la autoproclamada «comunidad internacional» ha consentido.
LA DESTRUCCIÓN DE GAZA: HOSPITALES, ESCUELAS Y HOGARES BORRADOS DEL MAPA
La ofensiva israelí no se ha cobrado solamente un número devastador de vidas humanas, sino que ha dejado la infraestructura de Gaza en ruinas. Según datos de organismos internacionales y organizaciones locales:
- El 80% de los edificios residenciales de Gaza han sido dañados o destruidos, dejando a más de 1,2 millones de personas desplazadas dentro de un territorio que ya era uno de los lugares más densamente poblados del mundo.
- Más de 230 escuelas y 50 hospitales han sido bombardeados. Entre ellos, el Hospital Al-Shifa, uno de los principales centros médicos del enclave, fue reducido a escombros, dejando a miles de heridos sin atención adecuada.
- Se han destruido 250 kilómetros de red eléctrica, dejando a la mayoría de la población sin acceso a electricidad, agua potable y sistemas de saneamiento, lo que ha agravado la crisis humanitaria.
- Más de 40 mezquitas e iglesias han sido atacadas, así como mercados y otros lugares públicos.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que el costo para reconstruir Gaza superaría los 15.000 millones de dólares y que, en condiciones óptimas, llevaría más de 20 años restaurar lo que ha sido destruido. Sin embargo, la realidad es que el bloqueo impuesto por Israel desde 2007 y los ataques recurrentes hacen casi imposible imaginar un futuro estable para la región.
CIVILES COMO OBJETIVO: LA TRAGEDIA DE LA VIDA COTIDIANA
Aunque el Ejército israelí asegura haber tomado «medidas preventivas para minimizar los daños a la población civil», los datos y los hechos demuestran lo contrario. La mayoría de los ataques han afectado a zonas densamente pobladas, incluidas viviendas, escuelas y hospitales, lugares donde los civiles buscan refugio.
En Yabalia, una de las áreas más afectadas, un bombardeo reciente dejó cinco muertos, entre ellos dos niños y dos mujeres. Este tipo de tragedias se ha convertido en una constante. Familias enteras son asesinadas en cuestión de segundos, mientras que las calles se convierten en cementerios improvisados porque las morgues ya no tienen capacidad para más cadáveres.
Israel justifica estas acciones bajo el argumento de que Hamás y otros grupos armados utilizan a los civiles como «escudos humanos». Sin embargo, las evidencias recopiladas por organizaciones humanitarias y observadores independientes muestran una realidad diferente: los ataques israelíes han sido indiscriminados y desproporcionados, violando el derecho internacional humanitario.
LA VIDA BAJO ASEDIO: EL DÍA A DÍA EN EL INFIERNO
Gaza no solo ha sido bombardeada desde el aire, sino también sometida a un asedio que ha llevado a la población al borde del colapso. Durante más de 100 días consecutivos, no ha entrado en el enclave ningún suministro de combustible, alimentos o medicinas, una táctica que Israel describe como parte de su estrategia militar, pero que organizaciones internacionales han calificado como un crimen de guerra.
Los hospitales, sin electricidad ni equipos médicos, se han visto obligados a realizar cirugías sin anestesia y a apagar incubadoras que mantenían con vida a bebés prematuros. Las familias, sin acceso a agua potable, dependen de pozos contaminados, lo que ha provocado brotes de enfermedades infecciosas como el cólera.
La vida cotidiana en Gaza es una lucha constante por sobrevivir. Los niños, que deberían estar en las escuelas, pasan sus días buscando comida entre los escombros o haciendo largas filas para obtener un poco de pan. Para ellos, la infancia ha sido borrada por las bombas y el hambre.
UN ALTO EL FUEGO QUE LLEGA TARDE Y NO GARANTIZA NADA
El alto el fuego anunciado, que podría entrar en vigor en los próximos días, ofrece un atisbo de esperanza para los habitantes de Gaza, pero también despierta un profundo escepticismo. Los acuerdos previos han demostrado ser frágiles, y la historia reciente sugiere que la tregua no detendrá la espiral de violencia.
Desde 2008, Gaza ha sufrido cuatro ofensivas militares a gran escala, cada una más destructiva que la anterior. La «comunidad internacional» condena estas acciones en términos retóricos, pero en la práctica sigue apoyando a Israel con ayuda económica y militar. Estados Unidos, por ejemplo, aprobó recientemente un paquete de asistencia de 3.800 millones de dólares anuales para Israel, una cifra que subraya la complicidad de las potencias occidentales en esta tragedia.
El balance de la última ofensiva israelí en Gaza es catastrófico: casi 50.000 muertos, más de 110.000 heridos, una infraestructura completamente devastada y una población atrapada en un ciclo de violencia interminable. Las cifras, aunque impactantes, no logran capturar el horror vivido por los habitantes de Gaza, quienes, incluso en medio de la destrucción, luchan por sobrevivir.
El alto el fuego, si finalmente se materializa, podría ser tan solo un paréntesis en una tragedia que parece no tener fin. Mientras no se aborden las raíces del conflicto —la ocupación, el bloqueo y las políticas de apartheid de Israel—, la violencia continuará, y la población de Gaza seguirá siendo la más castigada.
Fuentes consultadas:
- Informes de la ONU y organismos internacionales sobre Gaza.
- Al Jazeera – Noticias sobre la ofensiva en Gaza.
- Human Rights Watch – Impacto de los ataques en Gaza.
https://canarias-semanal.org/art/35203/gaza-un-ano-de-masacre-que-deja-una-herida-imborrable