Los docentes consideran que las modificaciones afectarán a conocimientos básicos y afean a Educación que no las ha consensuado
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Por lo reciente, por lo cercano y por lo crudo, la Dana es el ejemplo aplastante. Tanto el propio fenómeno como sus consecuencias y su gestión. «La Dana ha dejado en evidencia la falta de conocimientos sobre meteorología, crisis climática, riesgos naturales, las consecuencias de construir en zonas inundables, la necesidad de protocolos … Recortar las horas de Geología y Ciencias Ambientales es no saber leer el momento o no tomarse en serio la emergencia climática», resume un profesor de un instituto de Barcelona sobre los cambios en el bachillerato anunciados por el Departament d’Educació y que contemplan la fusión en una asignatura de Biología, Geología y Ciencias Ambientales, por un lado, y de Física y Química por otro, con la consiguiente pérdida de horas.
«Recortar las horas de Geología y Ciencias Ambientales es no saber leer el momento o no tomarse en serio la emergencia climática»
Este y otros docentes consultados subrayan, además, lo problemático de recortar horas de ciencia en un contexto de avance de los discursos terraplanistas. «Es incomprensible que en el momento en el que la introducción de la perspectiva climática es más importante, recorten horas», insiste este profesor, que apunta que la solución planteada por el Departament de compensar esas horas con optativas del tipo Retos de la Biología, «no tiene ningún sentido». «Para resolver los retos primero hay que tener una base, es un disparate quitar horas de la base para dárselas a contenidos más específicos a los que es imposible llegar sin los conocimientos previos», expone.
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No es ese el único problema que ven. «Si ya no teníamos tiempo de terminar el temario de Biología en tres horas semanales, ¿cómo pretenden abarcar el contenido de las dos materias en las mismas horas?», se pregunta el profesor, quien recuerda que este no es el primer recorte horario que sufre esta materia: hace pocos años Biología ya pasó de cuatro a tres horas semanales.
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Este ha sido un primer trimestre convulso para el profesorado de bachillerato de los institutos catalanes. Cuando aún se estaban haciendo a la idea de la nueva selectividad, que empezará a aplicarse este mismo curso y de cuyos detalles no tuvieron noticias hasta bien entrado el curso, este viernes conocieron casi por casualidad los polémicos cambios en el currículum para el próximo curso. Unos cambios que, según la conselleria, se hicieron públicos «antes de tiempo» (al tratarse de la respuesta a un requerimiento del ministerio, todavía tienen que pasar la fase de alegaciones antes de aprobarse definitivamente) «por un error humano«.
Para resolver los retos primero hay que tener una base, es un disparate quitar horas de la base para dárselas a contenidos más específicos a los que es imposible llegar sin los conocimientos previos
Profesor de Biología
»Alguien» colgó el documento -que la consellera ha calificado este martes de «documento de trabajo vivo»- con las novedades en el Portal del Centro, la ‘intramedia’ docente, lo que hizo saltar todas las alarmas entre el profesorado. Según justificaba el Departament este lunes, eran cambios menores que «la Junta de Direcciones había recibido con tranquilidad»; una visión muy distinta a la expresada por numerosos directores y docentes, todavía asimilándolos: «De pequeños, nada; y consensuados, menos«, se enfadaba un jefe de estudios.
Tal ha sido el malestar –docente y político- generado tras el anuncio de la modificación del currículum, confirmado en una nota de premsa a las 21.00 horas del lunes, que la consellera Esther Niubó ha comparecido este mismo martes a dar marcha atrás en uno de los cambios, políticamente sensible al afectar a la lengua catalana. La consellera ha explicado que las literaturas -la catalana y la castellana- eran «una línea roja» y que el curso que viene seguirían siendo materias de modalidad como hasta ahora (pese a que el requerimiento del Estado es que pasen a ser optativas, ya que las comunidades autónomas tienen competencias solo sobre las materias optativas, no sobre las de modalidad).
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El resto de cambios planteados en la polémica propuesta de modificación del currículum no han sido rectificados por la consellera, así que, a esta hora, siguen hacia adelante, pese a la insistencia de la consellera en hablar de «documento de trabajo». Es decir la fusión de materias en ciencias –con el consecuente recorte de horas lectivas de las mismas- y la disminución drástica del peso del Treball de Recerca (TR), que hasta ahora vale un 10% de la nota y pasará a ser «como una materia más», algo que a ojos de no pocos docentes significa «matarlo».
El sentimiento más generalizado entre el profesorado es el de impotencia al ver la reducción horaria en algunas materias. Por mucho que el Departament insista en que las horas recortadas en ciencias se compensarán en optativas también científicas, los docentes no conciben esa alternativa, que no solo supondrá más trabajo (crear de cero los temarios de esas nuevas materias), sino que dejará otra vez en manos del docente qué se estudia y qué no (y cómo).