ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS: CUANDO ES EL DINERO EL QUE HABLA MÁS FUERTE»

Correo
Facebook
Telegram
Twitter
WhatsApp

Conoce las fuentes opacas de financiación que nutren las campañas electorales de los candidatos en los EE.UU.

El dinero en la política estadounidense es un elemento crucial que marca la diferencia entre ganar y perder. En un sistema donde la financiación millonaria puede inclinar la balanza, las elecciones se convierten en una lucha de poder entre los más adinerados. ¿Una democracia o un juego de multimillonarios?

 POR MANUEL MEDINA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-

      Cuando se habla de las elecciones en Estados Unidos,  no solo deberíamos referirnos, como hacen la mayoría de los medios, al anecdotario superficial de las campañas, a las frases espectaculares pronunciadas por los candidatos a lo largo de la misma o a los engañosos y acalorados debates.  Hay una parte esencial de estas campañas que no se suele mentar: las cantidades multimillonarias de dólares que se mueven tras las bambalinas de ese espectáculo de luces y colores. 

   Tener acceso al conocimiento de esa parte oculta del iceberg podría ayudarnos a comprender cuáles son los mecanismos invisibles que mueven la economía y la política  en los EEUU.

   La mayoría de nosotros ignoramos que las campañas electorales estadounidenses están fundamentalmente impulsadas por una recaudación y un gasto publicitario gigantesco cuya envergadura puede resultarnos inimaginable.  Se trata de inversiones que no son inocentes, pues su tamaño determinará el peso, la influencia y los privilegios que disfrutaran las grandes Corporaciones donantes a lo largo de la legislatura siguiente.

    En este artículo trataremos de desmenuzar solo algunos de los mecanismos que determinan el funcionamiento del dinero en la política estadounidense, cuáles son las consecuencias de este método de financiación y las tibias reformas que un sector minoritario de la sociedad norteamericana propone para lograr que el juego electoral en las campañas  sea «un poco más justo».

¿DE DÓNDE SALEN  TODAS ESAS CANTIDADES SUPEMILLONARIAS?

     Para empezar, la financiación de las campañas electorales en EE.UU. no es un asunto sencillo. Se nutren de varias fuentes: donaciones individuales, fondos públicos, Comités de acción política (los famosos PACs) y los más polémicos «super PACs». A éstos se les suma el llamado «dinero oscuro», que suena misterioso porque realmente lo es: son fondos de organizaciones que no tienen que decir cuál es el origen del dinero, lo cual deja la puerta abierta para que intereses ocultos influyan en las elecciones sin que nadie  pueda enterarse.

«En las elecciones de 2024 el

gasto en la campaña ha

ascendido por encima  de los

1.700 millones de dólares»

     Imagínese el lector que los PACs son como clubes que juntan dinero para apoyar a su candidato favorito o atacar a su oponente. Los super PACs son lo mismo, pero con esteroides, porque no tienen límites para recaudar y gastar, aunque no pueden coordinarse directamente con los candidatos. Y el «dinero oscuro» es como ese amigo en una fiesta que te trae regalos pero nunca dice quién los manda. Este dinero fluye desde organizaciones que, legalmente, no tienen que revelar cuáles son sus donantes, lo cual es para echarse a temblar, ya que detrás de esos apoyos podría haber grandes empresas, millonarios, o mafias del tráfico de drogas  con intereses muy particulares.

 

LAS ELECCIONES DE 2024: MÁS CARAS QUE NUNCA

    De cara a las elecciones de 2024, el gasto en campañas ha ascendido por encima de las nubes. Hasta el pasado mes de septiembre, los super PACs y otros grupos externos ya habían invertido la friolera de unos 1.700 millones de dólarescasi el doble de lo que se gastó en el mismo período para las elecciones de 2020. Esta cifra récord ha convertido a las actuales en las elecciones más costosas de la historia, con una fuerte concentración del gasto en la carrera presidencial y las disputas clave en el Congreso.

     Aquí, el protagonismo de los multimillonarios es evidente. Por ejemplo, super PACs asociados a Elon Musk han apoyado la campaña de Donald Trump, mientras que un grupo llamado «Americans for Prosperity Action», financiado por Charles Koch, ha invertido cerca de 50 millones de dólares en contiendas legislativas. Esto hace que la política estadounidense se parezca cada vez más a un club exclusivo donde solo los más adinerados tienen voz y voto, poniendo en duda la tal alegada igualdad de oportunidades en el proceso electoral.

 «En 2010, la Corte Suprema

de EEUU cambió las reglas del

juego, decidiendo que el gasto de 

las grandes en las campañas era

también una forma de libertad

de expresión» 

 

¿QUIÉN ES EL QUE LLEVA LA BATUTA EN LA POLÍTICA ESTADOUNIDENSE?

    Todo este gasto extravagante está acompañado necesariamente de una pregunta importante: ¿quién controla realmente el poder en Estados Unidos?  No son pocos los que en ese país critican que el sistema actual favorezca a quienes tienen el bolsillo más largo, lo que, desde luego, nada tiene que ver con esa idea tan pregonada en Occidente de que en ese supuesto arquetipo de «democracia perfecta» todos disponen de  las mismas oportunidades. 

   El sociólogo C. Wright Mills ya hablaba hace años de una «élite del poder» en EE.UU., formada por líderes empresariales, gubernamentales y militares. Hoy, – y, también, ayer-, el dinero en la política no solo refuerza esta élite, sino que además ensancha la brecha entre los más ricos y el resto de la sociedad. Parece claro que la dependencia de los candidatos del dinero oscuro y de los super-PACs desincentiva la adopción de políticas que beneficien a las clases trabajadoras o que busquen reformar las reglas de financiación electoral.

LA PARADOJA ENTRE DINERO Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN

    En 2010, la Corte Suprema cambió las reglas del juego con el caso «Citizens United contra FEC». Decidió que el gasto de los super PACs y las Corporaciones en campañas es una forma de libertad de expresión protegida por la Primera Enmienda. Básicamente, dijo que donar dinero para apoyar a un candidato es una forma de hablar. Ni que decir tiene que tal determinación de la Corte Suprema estadounidense suscitó la iracundia de los sectores más avanzados de la sociedad norteamericana ya que. según ellos, esa decisión judicial legitimaba la política como un escenario donde los que más gritan, – es decir, los que más dinero tienen-, son los que son escuchados.

    La paradoja es, pues, evidente: todos los ciudadanos tienen derecho a la libertad de expresión, pero no todos tienen el mismo acceso al dinero necesario para hacer que su voz se escuche. Eso viene a ser algo así como si en un concurso de canto los que tienen micrófono pudieran cantar más fuerte, mientras que el resto solo puede gritar sin ser escuchados.

¿Y LAS REFORMAS? ¿FUNCIONARÁN?

     Hay en los EEUU quienes piensan que la solución consistiría  en limitar el poder de los super PACs y del dinero oscuro, y en fortalecer la financiación pública para que los candidatos no dependan tanto de los grandes donantes. Si se financiara con fondos públicos, piensan, el escenario electoral sería más equilibrado, permitiendo que candidatos con menos recursos tengan alguna  oportunidad real de competir.

   Otra de las propuestas que se formulan consiste en imponer límites más estrictos a las donaciones individuales y corporativas, y exigir que todas las donaciones sean transparentes y se divulguen en tiempo real. La transparencia, alegan, será clave para que los votantes sepan quién está financiando a cada candidato y puedan juzgar las influencias detrás de cada propuesta.

   No obstante, incluso reformas tan tímidas  y reformistas como estas, siguen tropezando con enormes obstáculos. Los intereses que defienden el statu quo son extraordinariamente fuertes, y cualquier intento de cambiar el sistema se encuentra con una fuerte oposición blindada. Sin que se produzcan cambios drásticos y significativos, la política en EE.UU. continuará siendo un juego donde el dinero es el principal protagonista, y no parece que se atisben muchas esperanzas  de que puedan cambiar pronto.

 

   En síntesis, podríamos decir que la política en los  Estados Unidos viene a ser algo así como un gran tablero de ajedrez donde no todos los jugadores tienen la misma cantidad de piezas. Es el dinero el que dicta quién tiene más posibilidades de ganar.  Y mientras más dinero entre en juego, más desigual será el panorama. 

https://canarias-semanal.org/art/31954/elecciones-en-estados-unidos-cuando-es-el-dinero-el-que-habla-mas-fuerte

Nuestro periodismo es democrático e independiente . Si te gusta nuestro trabajo, apóyanos tú también. Página informativa sobre eventos que ocurren en el mundo y sobre todo en nuestro país, ya que como dice nuestro editorial; creemos que todo no está perdido. Sabemos que esta democracia está presa sin posibilidad de salvarse aunque su agonía es lenta. Tenemos que empujar las puertas, son pesadas, por eso, necesitamos la cooperación de todos. Soñamos con una patria próspera y feliz, como idealizó el patricio Juan Pablo Duarte. necesitamos más que nunca vuestra cooperación. Haciendo clic AQUÍ ó en el botón rojo de arriba
Correo
Facebook
Telegram
Twitter
WhatsApp

Noticas Recientes

Opinión