Los estudiantes de Estados Unidos se han movilizado en defensa del pueblo palestino y las represalias han comenzado. La rectora de la Universidad de Pensilvania, Liz Magill, fue despedida el sábado porque los millonarios que la financian así lo han exigido.
En las universidades tampoco mandan los rectores sino los que ponen el dinero.
Junto con la rectora de la Universidad de Harvard, Claudine Gay, y la presidenta del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Sally Kornbluth, Magill fue sometida a una audiencia macartista en la Cámara de Representantes.
Las directoras de tres de las instituciones académicas más prestigiosas de Estados Unidos han sido sometidas a un interrogatorio delirante por no impedir la “ola de antisemitismo” que azota a las universidades.
Durante los últimos dos meses, universidades y colegios de todo el país han tomado medidas para prohibir las protestas de estudiantes, tanto de los defensores de Palestina como de los judíos antisionistas. Las represalias menudean. Los estudiantes han sido expedientados y sus ofertas de trabajo revocadas.
La exhibición del documental “Israelismo”, que denuncia el lavado de cerebro de la juventud judía estadounidense por los sionistas, ha sido prohibida en el Hunter College de la Universidad de Pensilvania en Nueva York y en otros centros académicos.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, ha amenazado con retirar los fondos públicos de las universidades si los rectores no acaban con el “antisemitismo” en los campus universitarios.
La campaña represiva se ha extendido a los institutos. Los estudiantes de secundaria de Nueva York y San Diego que han convocado protestas contra la limpieza étnica en Palestina han sido denunciados como “antisemitas” por los medios de comunicación.
Cualquiera que se atreva a expresar oposición o incluso a cuestionar los crímenes israelíes debe ser silenciado y expulsado de la universidad, incluido en las listas negras, atacado y acosado por los sionistas en el campus y en los lugares de trabajo.
El objetivo central de esta caza de brujas es someter a las escuelas y universidades a la política exterior estadounidenseintereses, al Estado y a los militares. El pretexto es el de siempre desde 1948: el antisemitismo.
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