El 29 de noviembre, el presidente imperialista de Estados Unidos (EE.UU.), Joseph Biden, envió a Guyana a oficiales del Comando Sur de las Fuerzas Armadas yanquis. El nuevo paso del intervencionismo yanqui en América Latina se dio mientras Venezuela se preparaba para el referendo que decidirá el próximo 3 de diciembre si reconoce o no el territorio del Esequibo, actualmente bajo control de Guyana, como territorio venezolano. Y continuará monitoreando el desarrollo de la situación.
El territorio en disputa es la porción a la izquierda del río Esequibo, que tiene una superficie de 160 mil km² y corresponde a ⅔ del territorio de Guyana. Tiene 160 mil habitantes que serían considerados ciudadanos venezolanos en caso de anexión.
Intervención directa
El territorio de Esequibo, reclamado durante siglos por Venezuela como territorio nacional, también es rico en petróleo. En 2015, la empresa imperialista ExxonMobil anunció la disposición de alrededor de 11 mil millones de barriles de petróleo en la región. El descubrimiento intensificó aún más las disputas en la región, con el creciente deseo del imperialismo yanqui de acaparar las riquezas naturales de la región. En los últimos acontecimientos, el reaccionario ejército brasileño, dispuesto a defender los intereses de sus amos yanquis, también movilizó tropas en Roraima, en la frontera con Guyana y Venezuela.
La movilización del imperialismo yanqui representa un caso grave de escalada del intervencionismo estadounidense en la región, ahora mediante intervención directa. Los intereses detrás son claros: además de intensificar la militarización del subcontinente, garantizar su hegemonía sobre el petróleo de la región e impedir el dominio y la explotación venezolana de los recursos naturales de la zona, lo que llevaría a los yanquis a tener que competir más ferozmente por la compra de El petróleo venezolano con el socialimperialismo chino y el imperialismo ruso.
Histórico
Los intereses venezolanos no surgen únicamente de la disputa por el petróleo: el territorio del Esequibo ha sido reclamado por Venezuela desde su independencia formal en 1810, sin embargo el reclamo fue negado por el imperialismo inglés, que tomó posesión del territorio y pasó a llamarlo parte del Guayana Británica. En 1966, el Acuerdo de Ginebra reconoció que la región de Guyana Esequiba era un territorio en disputa. En el mismo período, Guyana comenzó a ver reconocida su independencia y pasó de ser una colonia inglesa a convertirse en una semicolonia bajo el dominio principalmente del imperialismo yanqui.
A lo largo de este período, Venezuela reclamó el territorio de la Guayana Esequiba y actuó para que fuera reconocido internacionalmente. El descubrimiento de reservas petroleras hizo crecer la disputa, dada la importancia de las riquezas naturales para la economía del país, en la disputa el organismo imperialista yanqui llamado Organización de las Naciones Unidas (ONU) no reconoce el territorio como venezolano, sin embargo Venezuela afirma no reconocer la legitimidad de la institución.