«La delicada línea entre la justicia y la ilegalidad: la posible confiscación de los fondos rusos genera un debate crucial.»
En el epicentro de una complicada crisis geopolítica, la Unión Europea podría estar considerando una movida audaz pero polémica: usar los activos congelados de Rusia para la restauración de Ucrania. Mientras algunos ven en ello una estrategia viable, otros alertan sobre el riesgo de deshonra y de pisar el terreno de la ilegalidad.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
La Unión Europea (UE) ha decidido dar un paso firme en respuesta a las acciones militares de Rusia en Ucrania. Ha procedido a congelar bienes y reservas rusas por la friolera impresionante de 207.000 millones de euros (equivalentes a 226.000 millones de dólares). Esta decisión forma parte de las medidas sancionadoras que se han impuesto a Rusia.
Este ‘enfriamiento’ afecta principalmente a los activos del banco central ruso, que suman cientos de miles de millones de euros. Algunas proyecciones sugieren que estos activos podrían generar hasta 3.000 millones de euros en intereses.
«ENTRE EL RECONSTRUIR Y EL RESPETAR»
Este dinero no está destinado a quedarse inmóvil. La Comisión Europea debate la posibilidad de utilizar estos ingresos para financiar la restauración de Ucrania. Sin embargo, este plan no está exento de controversia.
Algunos líderes de la UE han propuesto aplicar un impuesto especial sobre las ganancias generadas por los activos congelados para ayudar a Ucrania. Pero esta opción ha levantado preocupaciones sobre su legalidad. De hecho, cualquier intento de confiscar estos activos por parte de los gobiernos occidentales ha sido calificado por Moscú como un robo y un acto ilegal de acuerdo con el derecho internacional.
LA UE CAMINANDO POR LA CUERDA FLOJA DE LA LEGALIDAD
Este delicado acto de equilibrio entre la ayuda y el respeto por el derecho internacional ha llevado a líderes como el ministro de Relaciones Exteriores de Austria, Alexander Schallenberg, a emitir advertencias. Según Schallenberg, la UE debería tener un fundamento legal claro para la confiscación de los activos rusos. De no hacerlo, podría empañar su reputación.
Cualquier medida de confiscación, dice, debe ser «irrefutable» desde un punto de vista legal. Los países de la UE son «estados de derecho» y deben mantener ese enfoque en las relaciones internacionales. Cualquier desliz en este sentido sería un revés enorme y potencialmente vergonzoso para la UE.
Por otro lado, a pesar del conflicto actual, el ministro austriaco enfatiza que Rusia seguirá siendo parte de la historia europea debido a factores geográficos. Por tanto, el cierre completo de las líneas de comunicación sería un error. Asegura que las políticas de la UE hacia Rusia deben ser guiadas por algo más que emociones.
La UE tiene por delante un camino espinoso. Debe navegar entre el deseo de ayudar a Ucrania y el respeto por el derecho internacional. Su capacidad para manejar este desafío sin duda definirá su posición en el escenario mundial en los próximos años.