
El proletariado internacional celebra el 1º de Mayo como un día de lucha. Lo hacemos así en conmemoración de los luchadores que el 1º de Mayo de 1886 cayeron en Chicago, que se convirtieron en mártires inmortales del proletariado internacional y los pueblos del mundo.
Los grandes medios de comunicación, al servicio de la oligarquía financiera, volverán a hacer balance de lo mucho que ha subido el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y de todas las medidas sociales que ha hecho la coalición progresista desde que viene gobernando el país. Las masas más hondas y profundas, y el proletariado consciente, sabe que esto es una burda mentira del capital. El coste de la vida es más alto que en los últimos años, a pesar de cualquier subida del SMI realizada en el pasado. Especialmente en lo relativo a la comida y la vivienda. Todas las tasas de pobreza y derivadas que registra oficialmente las instituciones burguesas de nuestro país (pobreza infantil, pobreza energética, riesgo de exclusión social, hogares vulnerables, etc.) han subido desde 2019, confirmando una vez más que la crisis económica derivada de la pandemia de Covid-19 era, en realidad, una crisis de superproducción del imperialismo. Los sindicatos mayoritarios, completamente dominados por la socialdemocracia, y sus dirigentes, convertidos en burocracia sindical y aristocracia obrera, volverán a celebrar los “éxitos” que han hecho durante los últimos años de coalición progresista: apagar el fuego de la lucha y mantener la paz social, mientras reciben a Yolanda Díaz, Ministra de Trabajo, al grito de “¡Presidenta! ¡Presidenta!” en sus Congresos y actos públicos.
El Estado español continúa en su continua militarización, aumentando su presupuesto militar tras la Cumbre de la OTAN en Madrid del pasado año 2022, mientras sus gestores -el Gobierno de turno- legislan cada vez más con una política de caridad basada en ayudas económicas (cheques-consumo, ayudas al alquiler, rescates hipotecarios, Ingreso Mínimo Vital, etc.) debido al inmenso ejército industrial de reserva que hay, al inmenso número de parados, especialmente a los parados de larga duración que por más que intentan encontrar trabajo, no encuentran. El Gobierno no puede hacer otra cosa porque la burguesía imperialista necesita reproducir la fuerza de trabajo y evitar que estalle una rebelión por el hambre y la desesperación más absoluta.
Más allá de nuestras fronteras, la situación internacional es evidente: el imperialismo está en profunda crisis y en un avanzado estado de descomposición. La continua lucha de las masas, especialmente en las naciones oprimidas por el imperialismo donde la crisis del capitalismo burocrático se manifiesta de forma clara, confirma la descomposición del imperialismo. El imperialismo es el mayor genocida de la historia, y los Estados que les sirve en las naciones oprimidas, los ejecutores más crueles. La campaña contrarrevolucionaria de asesinatos, y de acoso y derribo contra el pueblo mexicano y brasileño, evidencia esta verdad. Los comunistas y revolucionarios de todo el mundo tenemos la obligación de desplegar y levantar en alto las banderas del internacionalismo proletario con los pueblos del mundo. Especialmente con las naciones que, ya sea directa o indirectamente, oprime el imperialismo español. Podemos y debemos hacer mucho daño al imperialismo en su corazón, en la metrópoli. La masacre de Melilla en verano de 2022 solo tiene de novedoso que fue televisado. ¿Cuántas masacres así ha habido en los últimos cuarenta años de imperialismo español? ¿Cuántas “Melillas” hubo en África? ¿Cuántas “Melillas” hubo en Bosnia y en Irak? ¿Cuántas hubo en Afganistán? ¿Cuantas “Melillas” hubo en la propia Valla de Melilla?
El internacionalismo proletario es un deber, más el mayor acto de internacionalismo es hacer la revolución en tu propio país al servicio de la revolución proletaria mundial. Hoy, nos encontramos en la ofensiva estratégica de la revolución mundial. Hay quién dirá que no es posible que esto sea así, porque no hay ningún país socialista en la actualidad. Sabemos que esto no es correcto, pues el Presidente Mao analizó la lucha de clases internacional gracias a las leyes del marxismo y gracias a la Guerra Popular en el Perú y la definición del maoísmo como tercera, nueva y superior etapa del marxismo, sabemos que esto es cierto. La fundación de la Liga Comunista Internacional (LCI) también es ejemplo de esta fase. Hoy, el proletariado no tiene que esperar más, urge tomar el poder político con la fuerza de las armas, aplicando el principio que el poder nace del fusil y de la omnipotencia de la violencia revolucionaria. Ninguna revolución, ninguna, se ha hecho de otro modo. Los Partidos Comunistas dirigen las guerras populares en Perú, Turquía, India y Filipinas, mientras que en el resto del mundo, los comunistas luchan por reconstituir sus partidos para iniciar la guerra popular.
La tarea estratégica de los comunistas en el Estado español es reconstituir el glorioso y heroico Partido Comunista de España (PCE), pero esto no podrá hacerse sin combatir implacablemente al revisionismo. El imperialismo es el principal enemigo de los pueblos del mundo, y el revisionismo, el principal enemigo de los Partidos Comunistas, ya estén reconstituidos o por reconstituir. Hay toda una amalgama de reaccionarios, oportunistas y revisionistas de todo tipo que se hacen pasar por comunistas, o incluso por revolucionarios.
Como decimos, hay todo tipo de revisionistas y oportunistas en el Estado español: desde muy académicos avakianistas que niegan el maoísmo como tercera, nueva y superior etapa, y el prosovietismo más rancio favorable al socialimperialismo ruso de los 60, 70 y 80, de negar a las naciones que existen dentro del Estado español y su derecho a la autodeterminación, o hasta negar el imperialismo ruso en Ucrania, pasando por apoyar supuestamente las guerras populares pero negar-directa o indirectamente- la Guerra Popular en el Perú, como si no existiese… ¡incluso colaborando en Madrid activa y orgullosamente con la LOD (Línea Oportunista de Derecha), las ratas que traicionaron y continúan traicionando la Guerra Popular en el Perú!
Este 1º de Mayo es especial para los comunistas y revolucionarios en general, pues 2023 es año electoral. La mayoría de Ayuntamientos y Comunidades Autonómicas del Estado español elegirán representantes el próximo 28 de mayo, dentro de apenas un mes, mientras que la cita para las Elecciones Generales será a final de año. Damos gracias a la cita electoral porque sirve como espejo revelador de revisionistas, que niegan el boicot electoral, ya sea presentándose en los comicios, o dejando la puerta abierta a su participación.
El maoísmo enseña que, antes de la guerra popular, que es la guerra de las masas dirigida por el Partido Comunista, todo el trabajo político se orienta a iniciarla. Y durante la guerra popular, todo el trabajo político se orienta para desarrollarla, para servirla. Esto no puede aplicarse sin un Partido que esté ligado a las masas más hondas y profundas, pero que sea clandestino, que funcione al margen de la legalidad vigente. Esto es algo básico, ¿cómo va a ser legal un Partido que quiere acabar con todo el orden existente? Esta es una verdad que los revisionistas no quieren ver, pues siguen amoldados a sus organizaciones legales. Trabajan por y para perpetuarlas. Las viejas organizaciones revisionistas que llevan 40 años presentándose a las elecciones, comicios tras comicios, son buen ejemplo de ello. Este 2023 debemos levantar bien alto la bandera del boicot electoral.
El marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo, es la ideología científica del proletariado. Nada habremos hecho si no combatimos implacablemente al revisionismo y reconstituimos el PCE bajo mando y guía del maoísmo, al servicio de la revolución proletaria mundial.
¡Viva el 1º de Mayo!
¡Abajo el imperialismo español!
¡Abajo la farsa electoral! ¡Boicot activo!
¡Unirse bajo el maoísmo!
¡Viva las guerras populares en Perú, Turquía, India y Filipinas!
¡Por la reconstitución del PCE!
¡Proletarios de todos los países, uníos!