SOBRE LA NUEVA DEMOCRACIA (VIII) FINAL

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MAO ZEDONG

SOBRE LA NUEVA DEMOCRACIA

Enero de 1939

XIV. DESVIACIONES EN EL PROBLEMA DE LA NATURALEZA DE LA CULTURA


Todo lo nuevo se forja a través de una lucha dura y tenaz. Así ha
ocurrido con la nueva cultura, que en los últimos veinte años ha
experimentado tres virajes, describiendo una zeta; de este modo
tanto lo bueno como lo malo ha sido probado y puesto en evidencia.
Igual que en la cuestión del Poder, los recalcitrantes de la
burguesía están totalmente equivocados en la cuestión de la cultura.
No comprenden las características históricas de este nuevo período
de China ni reconocen la cultura de nueva democracia de las
amplias masas populares. Su punto de partida es el despotismo
burgués, que en el terreno cultural es el despotismo cultural de la
burguesía. Una parte de los hombres de cultura de la llamada
escuela europeo-norteamcricana 20 (me refiero únicamente a una
parte), que antes aprobaron de hecho la política del gobierno del
Kuomintang de «exterminio de los comunistas» en el terreno
cultural, ahora, por lo visto, apoyan su política de «restringir» y
«diluir» al Partido Comunista. No quieren que los obreros y
campesinos levanten la cabeza ni en el terreno político ni en el
cultural. Pero el despotismo cultural de los recalcitrantes de la burguesía es un callejón sin salida; lo
mismo que en el caso del despotismo político, no cuenta con
condiciones nacionales ni internacionales. En consecuencia,
también sería mejor que lo «archivaran».
En lo que concierne a la orientación de la cultura nacional, el
papel dirigente le corresponde a la ideología comunista; debemos
propagar activamente el socialismo y el comunismo entre la clase
obrera y educar en forma adecuada y metódica al campesinado y
demás sectores de las masas en el socialismo. Sin embargo, la
cultura nacional, en su conjunto, todavía no es socialista.
Por ser el proletariado quien dirige la política, la economía y la
cultura de nueva democracia, todas ellas contienen elementos de
socialismo, que no son elementos cualesquiera, sino de importancia
decisiva. Sin embargo, tomadas en su conjunto, ni la política, ni la
economía, ni la cultura son todavía socialistas, sino de nueva
democracia. Esto se debe a que la revolución en su presente etapa es
una revolución democrático-burguesa, cuya tarea básica consiste
principalmente en combatir al imperialismo extranjero y al
feudalismo interno, y no es una revolución socialista, llamada a
derrocar el capitalismo. Respecto de la cultura nacional, no sería
acertado creer que la existente cultura nacional es o debe ser
socialista en su totalidad. Esto sería tomar la ideología Comunista,
que debemos difundir, por un programa de acción inmediato a
poner en práctica, y tomar la posición y el método comunistas, que
debemos adoptar al examinar los problemas, realizar estudios,
organizar el trabajo y formar cuadros, por la orientación general
para la educación y la cultura nacionales en la etapa de la
revolución democrática de China. Una cultura nacional de
contenido socialista será necesariamente el reflejo de la política y la
economía socialistas. Hay elementos de socialismo en nuestra
política y nuestra economía, y, como reflejo de ellos, los hay
también en nuestra cultura nacional ; no obstante, tomada nuestra
sociedad en su conjunto, no hemos establecido todavía una política
y una economía completamente socialistas ; por lo tanto, no
podemos tener una cultura nacional totalmente socialista. Puesto
que la presente revolución china forma parte de la revolución
socialista proletaria mundial, la actual nueva cultura de China forma
parte de la nueva cultura socialista proletaria mundial y es una gran
aliada suya. Pero, considerada la cultura nacional en su conjunto, si
bien contiene importantes elementos de cultura socialista, no es por
entero en calidad de tal como forma parte de la cultura socialista
proletaria mundial, sino en calidad de cultura de nueva democracia,
de cultura antiimperialista y antifeudal de las grandes masas
populares. Ahora bien, dado que la revolución china de hoy no
puede prescindir de la dirección del proletariado chino, la actual
nueva cultura de China tampoco puede prescindir de la dirección de
la cultura e ideología del proletariado chino, es decir, de la
dirección de la ideología comunista. Con todo, como en la presente
etapa esta dirección significa conducir a las masas populares en una
revolución política y cultural antiimperialista y antifeudal, el
contenido de la nueva cultura nacional sigue siendo, en su conjunto,
de nueva democracia, y no socialista.
Está fuera de duda que en la actualidad debemos ampliar la
difusión de la ideología comunista y poner más energía en el
estudio del marxismo-leninismo ; de no proceder así, seremos
incapaces tanto de llevar la revolución china a la futura etapa
socialista como de conducir la actual revolución democrática a la
victoria. Sin embargo, debemos no solamente distinguir entre la
difusión de la ideología comunista y del sistema social comunista,
por una parte, y la realización práctica del programa de acción de la
nueva democracia, por la otra, sino, además, distinguir entre la
teoría y el método comunistas para examinar los problemas, realizar
estudios, organizar el trabajo y formar cuadros, por un lado, y la
orientación de nueva democracia para la cultura nacional en su
conjunto, por el otro. No cabe duda de que sería muy inadecuado
confundir lo uno y lo otro.
Así puede verse que el contenido de la nueva cultura nacional
china en la presente etapa no es ni el despotismo cultural de la
burguesía, ni el socialismo proletario puro, sino la nueva
democracia antiimperialista y antifeudal de las amplias masas
populares, bajo la dirección de la cultura e ideología socialistas del
proletariado.


XV. CULTURA NACIONAL, CIENTÍFICA Y DE MASAS


La cultura de nueva democracia es nacional. Está contra la opresión
imperialista y por la dignidad e independencia de la nación china.
Pertenece a nuestra nación y lleva sus características. Esta cultura
se alía con la cultura socialista y la de nueva democracia de las
demás naciones, establece con ellas relaciones que permiten un
enriquecimiento y desarrollo mutuos, y con ellas forma
conjuntamente una nueva cultura mundial ; pero, como cultura nacional
revolucionaria, en ningún caso puede aliarse con la reaccionaria
cultura imperialista de ninguna nación. China debe tomar de la
cultura progresista de los otros países gran cantidad de materia
prima para nutrir su propia cultura, labor que en el pasado ha sido
muy insuficiente. Debemos asimilar todo lo que hoy nos sea útil, no
sólo de la actual cultura socialista y de la de nueva democracia de
otros países, sino también de su pasada cultura, por ejemplo, de la
cultura de los países capitalistas en el siglo de las luces. No
obstante, debemos tratar todo lo extranjero como hacemos con los
alimentos – primero los masticamos y luego los sometemos a un
proceso de transformación por las secreciones en el estómago y los
intestinos; de este modo, los descomponemos en sustancias
nutritivas, que asimilamos, y en desechos, que eliminamos -, pues
solamente así podremos sacar provecho de ello. Nunca debemos
engullirnos las cosas y asimilarlas sin crítica. Es erróneo preconizar
la «occidentalización integral»21. China ha sufrido mucho a causa de
la imitación mecánica de lo extranjero. De igual modo, al aplicar el
marxismo en nuestro país, los comunistas chinos deben integrar
plena y adecuadamente la verdad universal del marxismo con la
práctica concreta de la revolución china; en otras palabras, el
marxismo debe combinarse con las características nacionales y
revestir una determinada forma nacional para poder ser útil ; en
ninguna circunstancia es admisible aplicarlo de manera subjetiva y
formulista. Los marxistas formulistas no hacen más que mofarse del
marxismo y de la revolución china ; para ellos no hay cabida en las
filas de ésta. La cultura china debe tener su propia forma, es decir,
una Forma nacional. Nacional en la forma y de nueva democracia
en el contenido, tal es nuestra nueva cultura de hoy.
La cultura de nueva democracia es científica. Está contra toda
idea feudal y supersticiosa y por la búsqueda de la verdad en los
hechos, por la verdad objetiva y por la unidad entre la teoría y la
práctica. A este respecto, el proletariado chino, con su pensamiento
científico, puede formar un frente único contra el imperialismo, el
Feudalismo y la superstición con los materialistas y hombres de
ciencia de la burguesía china que sean progresistas, pero nunca
puede formar un Frente único con ningún tipo de idealismo
reaccionario. En la acción política, los comunistas pueden
establecer un frente único antiimperialista y antifeudal con
idealistas e incluso con creyentes, pero nunca pueden aprobar su
idealismo ni sus doctrinas religiosas. En el curso de los largos siglos
de la sociedad feudal china se creó una espléndida cultura. Analizar el proceso de desarrollo de esa
cultura, eliminar su escoria feudal y asimilar su quintaesencia
democrática es una condición necesaria para desarrollar la nueva
cultura nacional y reforzar la autoconfianza nacional ; pero en
ningún caso podemos recogerlo todo indiscriminadamente y sin
crítica. Es imperativo separar la excelente cultura antigua popular, o
sea, la que posee un carácter más o menos democrático y
revolucionario, de todo lo podrido, propio de la vieja clase
dominante feudal. La nueva política y la nueva economía actuales
de China provienen de su vieja política y su vieja economía, y su
actual nueva cultura también proviene de su vieja cultura; por ello,
debemos respetar nuestra propia historia y no amputarla. Pero
respetar la historia significa conferirle el lugar que científicamente
le corresponde, significa respetar su desarrollo dialéctico, y no
glorificar lo antiguo para denigrar lo presente ni ensalzar el veneno
feudal. En cuanto a las masas populares y a la juventud estudiantil,
lo esencial es orientarlas para que miren hacia adelante y no hacia
atrás.
La cultura de nueva democracia pertenece a las masas y es, por
lo tanto, democrática. Debe servir a las masas trabajadoras, a los
obreros y los campesinos, que constituyen más del 90 por ciento de
la nación, y convertirse gradualmente en su propia cultura. Hay que
hacer una distinción de grado entre los conocimientos impartidos a
los cuadros revolucionarios y los impartidos a las masas
revolucionarias y, a la vez, vincularlos, así como distinguir entre la
elevación del nivel cultural y la popularización de los
conocimientos y, a la vez, vincularlas. La cultura revolucionaria es
para las grandes masas populares una poderosa arma de la
revolución. Antes de la revolución, prepara ideológicamente el
terreno, y durante ella, constituye un sector necesario e importante
de su frente general. Los trabajadores revolucionarios de la cultura
son comandantes en diferentes niveles de este frente cultural. «Sin
teoría revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento
revolucionario”22; de esto se desprende lo importante que es el
movimiento cultural revolucionario para el movimiento práctico de
la revolución. Tanto el movimiento cultural como el práctico deben
ser de masas. Por consiguiente, los trabajadores progresistas de la
cultura deben tener, durante la Guerra de Resistencia contra el
Japón, su propio ejército cultural, y éste no puede ser sino las
grandes masas populares. Un trabajador revolucionario de la cultura
que no vaya a las masas es un «comandante sin tropas» y no dispone
de la potencia de fuego para abatir al enemigo. Para alcanzar este
objetivo, la lengua escrita debe ser reformada bajo determinadas condiciones y nuestro
lenguaje tiene que aproximarse al de las masas populares, porque
son ellas la fuente inagotable de nuestra cultura revolucionaria.
Cultura nacional, científica y de masas: tal es la cultura
antiimperialista y antifeudal de las amplias masas populares, la
cultura de nueva democracia, la nueva cultura de la nación china.
La política, la economía y la cultura de nueva democracia,
combinadas, constituyen la república de nueva democracia, la
República de China digna de su nombre, la nueva China que nos
proponemos crear.
La nueva China está a la vista. ¡Saludémosla!
Ya los mástiles del barco se divisan en lontananza. ¡Acojamos a
la nueva China con una ovación!
¡Levantemos los brazos! ¡La nueva China es nuestra!
NOTAS
1 Revista fundada en Yenán en enero de 1940; el presente artículo apareció en
su primer número. 2
Véase V. I. Lenin, «Una vez más sobre los sindicatos, el momento actual y
los errores de Trotski y Bujarin». 3
C. Marx: «Prólogo de Contribución a la crítica de la economía política». 4
Véase C. Marx, Tesis sobre Feuerbach. 5 J. V. Stalin: «La Revolución de Octubre y la cuestión nacional».
6 Véase V. I. Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo. 7 Se refiere a una serie de campañas antisoviéticas lanzadas por el gobierno
del Kuomintang después de que Chiang Kai-shek traicionó a la revolución. El 13
de diciembre de 1927, el Kuomintang hizo asesinar al vicecónsul soviético en
Cantón, y al día siguiente su gobierno en Nankín promulgó el «Decreto de
ruptura de relaciones con Rusia», retirando el reconocimiento a los cónsules
soviéticos en las provincias y ordenando la suspensión de las actividades de los
establecimientos comerciales soviéticos. En agosto de 1929, Chiang Kai-shek,
por instigación de los imperialistas, organizó en el Nordeste actos de provocación
contra la Unión Soviética, que resultaron en encuentros armadas. 8
Mustafá Kemal fue el representante de la burguesía comercial de Turquía en
el período posterior a la Primera Guerra Mundial. Los imperialistas ingleses
ordenaron a Grecia, país vasallo, agredir a Turquía; pero el pueblo turco, con la
ayuda de la Unión Soviética, derrotó a las tropas griegas en 1922. En 1923″
Kemal fue elegido Presidente de Turquía. A este respecto, Stalin dijo:
«La revolución kemalista es una revolución de las altas esferas, una revolución de
la burguesía comercial nacional, nacida en la lucha contra los imperialistas extranjeros, y que en su desarrollo posterior va, en esencia, contra los campesinos y los obreros, contra las posibilidades mismas de una revolución
agraria.» (Véase «Entrevista con los estudiantes de la Universidad Sun Yat-sen».) 9
Se refiere a Chang Chün-mai y sus secuaces. Después del Movimiento del 4
de Mayo, Chang se opuso abiertamente a la ciencia y pregonó la doctrina
metafísica de la «cultura espiritual», lo que le valió el mote de «traficante en
metafísica”. Por orden de Chiang Kai-shek, publicó en diciembre de 1938 una
«Carta abierta al Sr. Mao Tse-tung», en la que abogaba frenéticamente por la
supresión del VIII Ejército, el Nuevo 4.° Cuerpo de Ejército y la Región
Fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia, con lo que prestó un servicio a Chiang Kaishek y a los invasores japoneses. 10 Cita del manifiesto del Comité Central del Partido Comunista de China,
publicado en septiembre de 1937, anunciando el establecimiento de la
cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista. 11 Véase Sun Yat-sen, «Conferencias sobre el Principio de la Vida del Pueblo», 1924, segunda conferencia. 12 Un grupo de plumíferos reaccionarios, contratados por Chen Li-fu, uno de los cabecillas del servicio secreto de la camarilla de Chiang Kai-shek,
escribieron, bajo el tristemente celebre nombre de aquél y con el título de
Vitalismo, un libro en el que lanzaron una sarta de disparates predicando el
fascismo kuomintanista. 13 Consigna de la que alardeaba impúdicamente Yen Si-shan, caudillo militar
y representante de los grandes terratenientes y de los magnates de la burguesía
compradora de la provincia de Shansí. 14 Así se titulaba un artículo escrito por Wang Ching-wei después de su
traición ala revolución en 1927. 15 J. V. Stalin: «En torno a la cuestión nacional en Yugoslavia», discurso
pronunciado el 30 de marzo de 1925 en la Comisión Yugoslava del Comité
Ejecutivo de la Internacional Comunista. En el, Stalin dice que los campesinos
son «el ejército básico del movimiento nacional, que sin el ejército campesino no
hay ni puede haber un movimiento nacional potente. (. . . ) el problema nacional
es, en esencia, un problema campesino». 16 Expresión con que algunos dogmáticos dentro del Partido Comunista
satirizaban al camarada Mao Tse-tung por insistir en la importancia de las bases
de apoyo revolucionarias en el campo. Aquí, el camarada Mao Tse-tung la utiliza
para recalcar el gran papel de estas bases. 17 por «sistema escolar moderno» se entendía el sistema educacional copiado
de los países capitalistas de Europa y Norteamérica. Hacia fines del siglo XIX,
los intelectuales chinos partidarios de las reformas abogaban por la abolición del
sistema de exámenes imperiales y el establecimiento de centros de enseñanza
modernos. 18 A principios de junio de 1919, el patriótico Movimiento del 4 de Mayo
entró en una nueva etapa. El 3 de junio, los estudiantes de Pekín realizaron actos
públicos y pronunciaron discursos desafiando la persecución y la represión del
ejército y la policía. En seguida, declararon una huelga, que se extendió a los
obreros y comerciantes de las ciudades de Shanghai, Nankín, Tientsín, Jangchou,
Wuján y Chiuchiang y de las provincias de Shantung y Anjui. De este modo, el
Movimiento del 4 de Mayo creció hasta transformarse en un amplio movimiento
de masas con la participación del proletariado, la pequeña burguesía urbana y la
burguesía nacional. 19 Renegado del Partido Comunista, que se convirtió en trotskista y
paniaguado del servicio secreto del Kuomintang.
20 Se refiere a un grupo cuyos representantes eran Ju Shi y otros.
21 Punto de vista sostenido por un sector de intelectuales burgueses chinos que
elogiaban incondicionalmente la decadente cultura individualista de la burguesía
occidental y abogaban por una total imitación de los países capitalistas de Europa
y Norteamérica. 22 V. I. Lenin: ¿Qué Hacer?, I, d.

FINAL

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