Con 13 años la mejor jugadora del March Madness se mudó a Massachusetts desde las Islas Vírgenes para jugar al baloncesto al más alto nivel
La Universidad de South Carolina ha tenido que esperar cinco años para volver a reinar en la NCAA. El tiempo que ha tardado Aliyah Boston en llegar para quedarse. La pívot de las Gamecocks ha sido nombrada Most Oustanding Player del March Madness después de un torneo para enmarcar tras convertirse en la segunda jugadora en la historia en firmar 30 dobles-dobles durante una temporada.
Aliyah Boston finished the tournament averaging 16.8 PPG and 15.2 RPG.
— ESPN Stats & Info (@ESPNStatsInfo) April 4, 2022
She's the first player to average 15 PPG and 15 RPG in the tournament for a national champion. pic.twitter.com/exDpo1oyhO
Boston ha dominado de inicio a fin la competición con un poderío físico que la convierte en una jugadora única y una de las grandes joyas de futuro del baloncesto estadounidense. Dotada con una gran movilidad y una extraordinaria coordinación, la pívot de 1,95 ha dominado la temporada en la NCAA con 16,8 puntos y 15,2 rebotes de media, siendo la primera en la historia en firmar estas medias en una temporada.
En su caso estos números no son una casualidad, sino más bien fruto de la obsesión que Boston siente por el balón naranja y la canasta. Una relación que comenzó a los nueve años cuando vio a su hermana mayor Alexis jugar un partido de ese extraño deporte llamado baloncesto. Fue amor a primera vista lo que la joven Aliyah sintió por esa actividad hasta entonces desconocida.
Ese día Boston le pidió a su hermana que le enseñara los trucos y secretos que encerraba esa cancha. Sólo quería imitar a Alexis, aunque pronto comenzó a destacar por encima de ella. «Cuando era niña sólo quería hacer lo que hiciera mi hermana. Al principio sólo quería divertirme, pero pronto me di cuenta de lo mucho que podía hacer».
Al principio sólo quería divertirme, pero pronto me di cuenta de lo mucho que podía hacerAliyah Boston
Aliyah comenzó a jugar y a entrenar con la vista puesta en conseguir una beca para estudiar en Estados Unidos. Tanto ella como su hermana sabían que allí tendrían más oportunidades que en Saint Thomas, donde crecieron. Así, con 13 años, Boston tomó la decisión que cambiaría su vida por completo. Hizo de tripas corazón y decidió dejarlo todo atrás, incluido a sus padres, para marcharse con su hermana a la fría Massachusetts
«Evidentemente fue muy duro, pero son las piedras en el camino que me han ayudado a ser quien yo quiero ser. Era difícil, pero es la forma de conseguirlo», asegura hoy la mejor jugadora del March Madness, que se fue a vivir con su tío para poder jugar en la prestigiosa Worcester Academy con apenas 14 años. Una edad temprana en la que tuvo que tomar la decisión más importante de su corta vida y que hoy se ha visto recompensada con el reconocimiento de todo el mundo del baloncesto.
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