Sin embargo, el 98% de los tratamientos convencionales para curar el cáncer fallan estrepitosamente
Los casos de cáncer en España superan ya las estimaciones que se habían previsto para las fechas actuales. A pesar de todo ello, desde el complejo industrial médico-farmacéutico se continúa vendiendo humo sobre los “grandes avances” en la “lucha contra el cáncer»… ¿Es lo mismo «curar» que «cronificar»? La industria farmaceutica ha determinado que sí.
DE «BERLIN CONFIDENCIAL»
Tratar el cáncer es un gran negocio en EEUU. De hecho, se trata de un negocio que mueve más de 200 mil millones de dólares al año. Sin embargo, el 98% de los tratamientos convencionales contra el cáncer no sólo fallan estrepitosamente, sino que también garantizan que no pocos pacientes con cáncer terminen enfermando debido a su uso
Los casos de cáncer en España superan ya las estimaciones que se habían previsto para las fechas actuales. A pesar de todo ello, desde el complejo industrial médico-farmacéutico se continúa vendiendo humo sobre los “grandes avances” en la “lucha contra el cáncer”.
Hace más de veinte años se podían ver anuncios y slogans de este tipo. En la investigación relacionada con el cáncer, la gran mayoría de las veces, la distancia entre el éxito en el laboratorio y el que se obtenía en la farmacia es desgraciadamente infinita. Lo que equivale también a un fracaso infinito. Esto es lo que da sucedido realmente en las últimas décadas con las promesas científicas que anunciaban triunfalmente avances en la “curación” del cáncer. Pese a ello, cada día los medios nos siguen vendiendo falsas esperanzas con titulares del siguiente tenor: «Los nuevos fármacos que curarán definitivamente el cáncer».
Ahí es nada. Las farmacéuticas dicen estar investigando para “curar” una enfermedad cuya total extinción supondría renunciar a seguir engrosando su abultada cuenta de resultados anuales. La cuestión esencial es que «curar» es una cosa, y aumentar la supervivencia -o cronificar- es otra muy diferente.
Pero es más fácil recurrir a la inversión del argumento y publicitar una vergonzante falsedad por parte de los medios que sirven a los intereses de la gran industria farmacéutica. De ahí que de cuando en cuando, Las páginas de los periódicos las pantallas televisivas se llenen titulares sobre tal o cual avance “prometedor” para la cura del cáncer, promoviendo de esa forma un engaño masivo entre los pacientes de cáncer y sus familiares. Pero como dice el gran psiquiatra Peter Breggin, ¿a quién benefician realmente esos estudios tan prometedores?
La industria farmacéutica y los médicos comprometidos con ella, juegan con estadísticas triunfales de supervivencia en base a unos tratamientos yatrogénicos que apenas curan, cronifican a medias y las tasas de mortalidad al cabo de unos años permanecen ahí, impertérritas e imparables. Como se escribe en «Natural News», posiblemente usted habrá escuchado en alguna ocasión a través de los grandes medios de comunicación, que el tratamiento del cáncer de mama, intervenido en una etapa temprana tiene una tasa de curación del 91% a cinco años. Sin embargo, esta aseveración es absolutamente ridícula. Usted podría obtener la misma tasa de curación sin haber hecho absolutamente nada al respecto, ya que el cáncer de mama es un cáncer de crecimiento muy lento .
Tratar el cáncer se ha convertido en un gran negocio en EEUU. De hecho, es un negocio que mueve una cifra gigantesca superior a los 200 mil millones de dólares al año. Sin embargo, el 98% de los tratamientos convencionales contra el cáncer no sólo fallan estrepitosamente sino que también garantizan que los pacientes con cáncer enfermen debido a su uso.
Pero montar un fastuoso circo propagandístico en torno al cáncer, vendiendo la estafa de que se ha descubierto una nueva vía de tratamiento, no pasa de ser sino un escaparate publicitario para las farmacéuticas que, de esta forma, pueden controlar mejor a la opinión pública y hacerse con una posición dominante en el mercado con su “nuevo” fármaco cuando, en realidad, este no es más que un medicamento clonado de una versión anterior.
El mantra más conocido en la industria del cáncer es que “se están produciendo avances en la lucha contra el cáncer”. Pero ya les resulta imposible obviar que “el número de casos continúa en aumento”. Este imparable crecimiento tratan de argumentarlo esgrimiendo que la población cada año es «más vieja». El envejecimiento progresivo de la población es la causa principal de que cada vez existan más casos de cáncer, dicen. Sin embargo, a este argumento deberían de adjuntar La explicación acerca de cuál es la razón por la que cada día hay más gente joven que muere de cáncer en el rango de edad entre los 30 y los 60 años.
¿Cómo se han atrevido a estimar que la población actual, joven, va a vivir lo mismo que nuestros abuelos nonagenarios? ¿Afirmando que, cómo desarrollan cáncer tempranamente, van a “vivir mucho” (sic)? Pero si esas personas no han vivido ni la mitad de su vida y son objeto de un cáncer fatal…¿Cómo se atreven a afirmar que van a vivir un determinado tiempo? ¿Vivimos más o nos están envenenando más?
También entran en el lote casuístico del cáncer las consabidas drogas letales explotadas por el Estado a través de sus respectivos impuestos –tabaco y alcohol-. Pero nunca hemos oido hablar a estos «expertos» decir nada nada acerca de la necesidad imperiosa de impulsar iniciativas que demanden la prohibición total de las mismas, así como enjuiciar al Estado por propagar deliberadamente un crimen.
De otras múltiples causas que puedan provocar el cáncer no interesa hablar demasiado, ya que para los propagadores de mentiras, de forma voluntaria e involuntaria, integran este entramado “conspirativo” que hemos descrito. Es decir, las verdades incómodas que molestan a las grandes Corporaciones mafiosas de la industria alimentaria, tecnológica (eléctricas o nuclear) o farmacéutica.
La industria del cáncer es un gran negocio, y este próspero negocio no puede permitirse el lujo de que nadie pueda encontrar una cura definitiva a un grupo de enfermedades que son “oficialmente” incurables. Si cualquiera de los tratamientos alternativos de bajo costo y altamente exitosos para el cáncer fueran aprobados para su uso, entonces todo este negocio se derrumbaría totalmente. Y el cártel farmacéutico no permitirá jamás que eso suceda.
Todas las investigaciones actuales sobre medicamentos contra el cáncer se basan en una misma premisa: el mercado del cáncer va a crecer y no se reducirán los casos. En EEUU, al igual que en España, las previsiones futuras del número de cánceres diagnosticados son más que alarmantes para el conjunto de la población. Pero fantásticamente opíparas para la industria del crimen farmacéutico. Saben que el número de casos de pacientes curados por cáncer es tan irrelevante que quedará sepultado por las muertes debidas a la propia quimioterapia o radioterapia, las únicas herramientas terapéuticas, junto con la cirugía, actualmente válidas para la “ciencia médica oficial”.