
El futuro de la geopolítica del norte africano se ha convertido en algo peligrosamente impredecible. El Archipiélago Canario no podrá permanecer ajeno a los cambios que posiblemente se avecinen
La monarquía semifeudal de Marruecos ha concertado unos acuerdos comerciales petrolíferos con Israel a costa de un territorio que según el Derecho internacional no les pertenece. Pero según Manuel Medina, autor de este artículo, con ser grave este hecho, las implicaciones de este acuerdo aparentemente sólo comercial, traspasan ampliamente ese límite, y convierten al Estado sionista de Israel en un peligroso factor perturbador que al irrumpir en el norte de África podría cambiar radicalmente la frágil geopolítica de una zona en la que también está comprendido el Archipiélago Canario.
POR MANUEL MEDINA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Según se informa desde la publicación digital ECS, el Estado sionista de Israel y la Monarquía semifeudal marroquí han iniciado los primeros pasos para la firma de una cadena de acuerdos económicos que violan la normativa internacional, al tener como base los recursos del Sáhara Occidental, un territorio ocupado militarmente por Marruecos y pendiente de un proceso de autodeterminación desde hace cuarenta años.
Los acuerdos comerciales concertados entre ambos países otorgan a la empresa israelí «Ratio Petroleum Partnership» el derecho exclusivo de la exploración de la mitad de las aguas saharauis, comprendidas entre la ciudad de Dajla ocupada por el ejército marroquí, hasta La Güera. Es decir, alrededor de 109.000 kilómetros cuadrados de superficie marina.
La empresa israelí beneficiada por este acuerdo ilegal tendrá en sus manos los derechos exclusivos de la exploración marítima hasta alcanzar los 3.000 metros de profundidad. El objeto de esa exploración será la búsqueda de gas y petróleo.
De acuerdo con las cláusulas aceptadas por el concierto comercial rubricado por ambos países, la empresa israelí «Ratio Petroleum Partnership», en caso de descubrirse hidrocarburos en las citadas exploraciones, adquiere, de forma automática, el derecho a la explotación y producción del petróleo descubierto.
Igualmente -según informan los propios medios de comunicación israelíes- el acuerdo establece en sus condiciones contractuales que los actuales ocupantes marroquíes del territorio saharaui tendrán una regalía del 7%, si el petróleo se descubre a más de 200 metros de profundidad. Si el resultado de la búsqueda fuera el hallazgo de gas, este porcentaje descendería al 3,5 de la producción.
IMPLICACIONES PARA EL ARCHIPIÉLAGO CANARIO
Ni que decir tiene que las repercusiones para el Archipiélago Canario no sólo podrían ser de carácter ecológico, dada la relativa proximidad de las Islas a las áreas marítimas que serán exploradas. Hace ya algunos años, las movilizaciones sociales en Archipiélago pusieron de manifiesto cuál era la opinión de los isleños en relación con ese tipo de exploraciones que un ministro canario del Gobierno de Rajoy, José Manuel Soria, intentó poner en marcha.
Parece evidente que el acuerdo entre Israel y Marruecos trasciende de lo meramente comercial, si se tienen en cuenta los antecedentes históricos que han presidido en los últimos años la relación entre ambos países.
La cuestión clave en este asunto es que con la irrupción de Israel en en el noroeste africano, Canarias se vería igualmente afectada por lo que podría suponer un auténtico cataclismo geopolítico en el área, al irrumpir en ella la presencia de los intereses económicos y geopolíticos de Israel, un país que cuenta con un respetable potencial atómico y cuya injerencia en diferentes puntos del planeta convierte la proximidad de sus intereses en un factor muy peligroso.
La interferencia del Estado sionista de Israel en el norte occidental africano no sólo arrastrará consigo serios riesgos para todo el Norte del Continente, sino también para las áreas limítrofes, como Canarias, en momentos como los actuales en los que se está desarrollando una intensa confrontación bélica entre Marruecos y el Frente Polisario y de la que, directa o indirectamente, tampoco permanecerá ausente Argelia.
Esta atrevida incursión del Estado de Israel, hasta ahora ajeno a la geopolítica de la zona, puede tener repercusiones peligrosamente impredecibles. Y Canarias difícilmente podrá permanecer ajena a las mismas.
Justamente por ello, a los movimientos sociales, organizaciones políticas populares y al grueso de la sociedad sociedad canaria les convendría aprender previsoramente a distinguir entre quienes van a ser los amigos y quienes los enemigos. Nos va en ello nada menos que nuestro futuro como pueblo.