Una respuesta a las políticas neoliberales impuestas al país por directivas del FMI
Una vez más el movimiento estudiantil de Pakistán está en pie de lucha como ha sido tradicional. Para muchos analistas estas manifestaciones constituyen una de las manifestaciones del convulso ambiente social que se registra en región que ocupan India, Pakistán y Cachemira con signos de rebeldía. Las luchas no están unificadas, pero hay potencial…
Por JOSÉ MELQUIADES PARA CANARIAS SEMANAL. ORG.-
El movimiento estudiantil en Pakistán ha vidido un ascenso repentino en el último mes. Las universidades de Punjab y la capital del país, Islamabad, se vieron afectadas por una serie de protestas estudiantiles contra los exámenes en el campus y los aumentos de tarifas. En respuesta, el Estado, como de costumbre, recurrió a la represión y la violencia desenfrenadas.
Todo ello en medio de un notable incremento en la tasa de casos de coronavirus, que provocó que el gobierno decidiera avanzara hacia un segundo cierre de las instituciones educativas el 24 de noviembre de 2020.
De acuerdo con una nota de Liga internacional Socialista rubricada por, Ali Hashmi, que durante el primer cierre, las universidades comenzaron se comenzara usar clases virtuales como modo alternativo de instrucción resulto contraproducente en un país tecnológica y culturalmente atrasado -donde más de dos tercios de la población no tiene acceso a Internet, y en áreas periféricas de Gilgit-Baltisitan, Khyber Pakhtunkhwa y Baluchistán, ni siquiera se tiene acceso a la electricidad y mucho menos a Internet.
Ante tal escenario, los estudiantes de las zonas periféricas salieron a protestar contra las clases virtuales y exigieron el suministro de infraestructura, internet gratuito y computadoras portátiles, cuya ausencia solo equivaldría a una violación de su derecho a la educación.
La respuesta de la maquinaria estatal no fue otra que la represión violenta policial y las habituales detenciones. Sin embargo, el estudiantado no se replegó ante la violencia: «Hagan lo que quieran, no nos silenciarán, continuaremos luchando por nuestros derechos humanos básicos, lucharemos hasta el derrocamiento de este sistema educativo basado en las diferencias de clase», dijo Mahrang Baloch, líder estudiantil Baloch, mientras era introducido por la fuerza en una camioneta de la policía junto con otros estudiantes.
Según la fuente, la situación creada ha puesto de manifiesto el abismo que separa a gobernantes y gobernados. Por una parte la camarilla gobernante está tan desconectada de las realidades de la vida de las personas que impone políticas para cuya implementación no cuenta con la infraestructura adecuada ni el pueblo posee los recursos necesarios.
La nota concluye incidiendo en dos aspectos importantes. Uno de carácter histórico: que vuelve a quedar demostrado que el Estado es solo un cuerpo de hombres armados para proteger los intereses de la clase dominante. Y segundo, que movimiento estudiantil en Pakistán avanza con sus logros y reveses.
